SÓLO HACE FALTA:
¡ UN CAUDILLO !
Si apareciera un
Caudillo, por una de esos milagros inesperados, se lanzarían sobre él, con
intenciones homicida, emergiendo desde las tinieblas de las logias omnipotentes,
todas las bestias carroñeras, para infamarlo y degradarlo hasta el asesinato.
Don Juan Manuel de Rosas, paradigma de los Caudillos argentinos, por amor a la Patria, sacrificó su vida, su honor, su familia, su patrimonio, ante el embate expoliador y miserable de los liberales luego de 1853. Entregó todo lo suyo porque intuyó que era el único, el insustituible, el deseado para salvar a la Patria en uno de sus momentos más funestos. Y se transformó en un poderoso Héroe mítico, donde los argentinos se miraban y mirarán por siempre, mientras exista la Patria, para seguir su ejemplo. Arrastró al pueblo entusiasmado y dignificado a librar luchas heroicas por Dios y la Patria, causando la admiración de americanos y europeos.
Cuando todo se
derrumbaba, ante la traición de los unitarios, la conspiración de los lomos
negros, los malones de la indiada, y el ataque imperialista, tomó el Poder y se
erigió en el Restaurador. elaborando su
política en orden al Bien Común y a la Soberanía patria, desde las entrañas
fundacionales, populares y tradicionales. Y por veinte años Argentina fue una
soberana.
El Caudillo es un
verdadero Señor, rodeado de una aristocracia de Señores, los mejores por mérito
y patriotismo--, que no asciende por acomodo
ni soborno ni por sufragio amañado-; y de un pueblo enfervorizado, siguiendo al
Caudillo, en una auténtica expresión democrática, única manera que el pueblo
jerarquizado logre vigencia política. Así fue Rosas.
Por el contrario, un presidente,
liberal y ‘democrático’ se lo imponen al pueblo desde las tinieblas de las
logias. Es un ente burocrático, irresponsable y repudiado, que usurpa
ladinamente las facultades extraordinarias en nombre del pueblo, a quien
explota, degrada y abandona en la ruina; luego de llenar su bolsa y la de todos
sus compinches. Sabe que, mientras mantenga a la Nación como factoría del
imperialismo, su corrupción será impune, para ser luego nombrado en los
manuales de Historia como un ilustre prócer nacional. Así se fabrican falsos próceres.
De nuestro
Restaurador expresó un brasilero, el señor Pedro Calmon, en “El Vizconde de Abrantes y Rosas”,
publicado en Río de Janeiro, 1937, una visión encomiable, mítica, distinta, pero veraz, respecto a su actuación
ante la intervención prepotente de los imperialistas:
“Francia y Gran Bretaña consumían en balde en el estuario
del Plata el combustible de sus fragatas mientras intentaban engañarse
mutuamente e intimidar al hombre de Palermo, que se burlaba de ambas.
El fracaso de la presión internacional contra Buenos Aires
aumentó el prestigio y adornó de leyenda y popularidad el rostro sombrío de don
Juan Manuel de Rosas.
Por el error
extranjero se convirtió en el mayor “criollo’ americano. Para él toda la
América del Sud volvería su mirada conmovida cuando se anunció la inaudita y
desesperada iniciativa española de ataque a las antiguas colonias para instalar
aquí príncipes de la casa de Borbón. Si necesitaran una espada para combatir al
intruso lo convocarían a él, el caballero de la pampa. La estatura titánica del
dictador proyectaba una sombra extensa en el continente: tras los navíos de
bloqueo tremolaba en el aire su poncho punzó. Crecía en el peligro. Desafiaba a
las potestades del mundo”.+
¡Que Dios lo tenga en su Gloria!
EL CAUDILLO DE ESTA ÉPOCA ERA COSME BECCAR VARELA... LÁSTIMA EL AÑO PASADO SE NOS FUE. NO LO SUPIERON VALORAR.
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