miércoles, 24 de marzo de 2021

 

¿POR QUÉ EL NACIONALISMO?

Porque la soberanía es la vida de las naciones.

El nacionalismo exige prioritariamente ganar la Soberanía nacional, sobre las bases de sus propias características nacionales.  El nacionalismo es el único movimiento político que se lo propone.  País nacionalista es país soberano; el cual disfruta de una vida independiente y libre, puede acceder al Bien Común, e implementar una respetable política exterior, en defensa de la Patria, actualmente a punto de desaparecer ante el ataque de los buitres, de adentro y de afuera.   

 Cada país defiende sus propios valores fundacionales, los que le dieron el ser; que no son intercambiables con otros. No se pueden suplantar ni imitar. Ningún nacionalismo es artículo de exportación. El nacionalismo argentino es totalmente diferente al yanqui, al alemán, al inglés o al sionista o al chino.

Los políticos debieron haber respetado nuestra esencia nacional y no repudiarla, como hicieron los unitarios, considerándonos bárbaros incapaces de vivir con lo nuestro civilizadamente. La Soberanía se debe basar en esos principios que nos dieron el ser:  católicos, Hispano-americanistas y sanmartiniano rosistas.  

El nacionalismo vive en las entrañas populares, porque es la afirmación del amor a la Patria. El hombre, animal político, ama instintivamente a su Patria; como ama a su familia. Es una reacción natural y espontánea; pero a su vez debe ser lúcida e intelectual, para dirigirla hacia su auténtico bien. Porque amor verdadero es sacrificio y entrega por el bien de quien se ama. Políticamente, ese bien que anhelamos es la auténtica personalidad de la Patria amada, para descubrirla y resguardarla; no eliminarla por una ideología extranjerizante.

Y el pueblo debe saber que, para enfrentar la guerra solapada que nos agrede, debemos sacrificarnos patrióticamente; porque nadie nos regalará la Soberanía: hay que ganarla y mantenerla. Si se pierde por abulia, guerra o diplomacia, nos invadirá la miseria; tal como viene aconteciendo desde antaño.

Para subsistir, las naciones avanzadas y progresistas del 1º mundo progresista, como Inglaterra, USA, Israel, China, etc. desarrollan una inflexible política nacionalista y proteccionista, pagana, estrecha y agresiva, para defender su identidad, y desde allí lanzarse a avasallar el mundo, sin reparar en ‘prejuicios’ éticos.

Nuestra Patria debería haber asumido una política nacionalista y católica, luego de Caseros, para vivir como nación soberana; fraternalmente entre las demás. Pero, los traidores planearon todo lo contrario, con ese odioso complejo de inferioridad de los ‘iluminados’ unitarios, que subsiste hoy día en todos los partidos. ¿Existe acaso, algún gobernante liberal que prometa restaurar nuestra soberanía? ¿Alguno que hable de sacrificios para lograr la Soberanía, único camino para el Bien Común y la grandeza patria? ¿Alguno que desafíe a la burguesía achanchada pidiéndole sacrificios? ¿Alguno que hable virilmente de honor y dignidad? ¿Que no suba para robar sino para sacrificarse por la Patria?

Inclusive hoy día, desgraciadamente, hay personas que distinguen nacionalismos de patriotismo. Ellos, buenos e inteligentes patriotas son demócratas liberales, o sea: no son ‘demócratas’. Aman esa ficción inventada por los unitarios que no es la Patria verdadera, pero que les permitiría acceder al menos a un puestito. Son los famosos pescadores ‘nacionalistas de derecha’. Usan el verso de siempre de los acomodaticios. Y nos tienen la tirria acostumbrada como cualquier liberal, porque lo son, deseando justificar su anexión al Régimen partidocrático con esa falsa sutileza. Por embarullar malignamente son enemigos peligrosos.

Además, el Poder internacional del Dinero usurario, que maneja tanto al liberalismo  como al marxismo, nos prohíbe a los nacionalistas comunicarnos públicamente,  mediante todos los recursos perversos a su alcance, empleando el famoso “complot del silencio”, por el cual el periodismo publicita a todos los partidos, desde la extrema derecha a la izquierda; mientras estén  suscriptos al imperialismo capitalista o al marxista. Y a nosotros nos niega un lugarcito para hacer conocer al pueblo nuestra solución, la única patriótica, como alternativa válida e indispensable para sobrevivir con dignidad.

Sin posibilidades de restaurar la Soberanía, mientras esté instaurada en el gobierno la política liberal y marxista, continuaremos agonizando como miserable factoría de cualquier imperialismo; pareciera que solo con la ayuda Divina podríamos evitar ser el hazmerreír del mundo.+

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