LA REVOLUCIÓN
NACIONAL:
Es indispensable, para acabar con la demolición
argentina, pero ajustada a estas sucintas enseñanzas ‘directoriales’, por
verdaderas irreemplazables; que nos ofrece la sabiduría y el patriotismo del
Padre Leonardo Castellani
Los exabruptos de los
nacionalistas jóvenes que dicen: “El liberalismo es un montón de ruinas, el
liberalismo ha muerto, el liberalismo ha desaparecido”… me dejan sonriente. ¿Y
la USA y su “american Way of Life”, que quieren imponer y están imponiendo en todo
el mundo? La herejía es fructífera cuando su impulso dura.
Habrá muerto el liberalismo de
Rusó, de Echeverría, y si quieren el de Mazzini y Croce.
El neo liberalismo o
neocapitalismo, alabado incluso por Sombart, se nos aparece como un enorme
edificio todo cuarteado por enormes grietas, rellenadas con inyecciones de
cemento y grapas de acero. Se sigue agrietando, a osadas, pero lo siguen
rellenando.
El esquema es el siguiente:
existe el capitalismo con una enorme fuerza; y ha surgido frente a él otro monstruo,
el comunismo, que es su contrario más no su contradictorio; pues ha nacido de
las misma (mala) madre y bautizado en la misma pila; bautismo judío, por
supuesto, si eso existe; o calvinista, si quieren.
El capitalismo se defiende con
todas las armas, desde la propaganda hasta la bomba atómica. Para un último
caso tienen en su arsenal una bien probada, la “dictadura jacobina”,
sangrienpapada en la Revolución Francesa y terriblemente eficaz; pues la
democracia abomina, como es sabido, de toda dictadura… de los otros. Contra
ella el comunismo apronta, si es que puede, la “revolución de masas” o sea la
sedición; “que es pecado mortal” decía pacatamente Tomás de Aquino. Del choque
destos dos monstruosidades salió otra, la dictadura militar de Napoleón Bonaparte.
Y ahora podría salir un dictador del Universo unificado, que en la Biblia lleva
el nombre de Anticristo.
La
ruptura satánica del mundo está en vías de realización. Esto el espíritu del
mal no lo trata directamente, más queda oculto tras sus fuerzas ocultas para
establecer un Gobierno Mundial ligado a una pseudo Iglesia universal
considerada como su expresión filosófica.
“Desde
hace más de un siglo todo un trabajo subterráneo de orquestación de los
acontecimientos, de zapa a las resistencias, de puesta en sitio de hombres u
organizaciones camufladas… está en fin dirigido a imponer un día a la humanidad
el dominio de la Contra-Iglesia” –copiamos de uno de estos zahoríes.
Este esquema lo dan ellos como único y
necesario; pero otros zahoríes dan otro esquema, a saber:
Capitalismo y comunismo tienen
una afinidad profunda, la abolición de la propiedad privada; y en puridad, la
abolición de las Cuatro Columnas del Orden Romano, Familia, Propiedad, Ejército
y Religión.
Caminan por tanto a fusionarse. O
sea, hablando en plata, una guerra descomunal entre EEUU aliados a Rusia contra China. Desa “Guerra de Continentes” saldrá nadie sabe
qué… cualquier cosa. Probablemente lo mismo del esquema anterior.
Bonito futuro nos predicen los
dos. Pero no es peor que el predicho por la profecía del Apokalypsis.
¿Y por qué no podrían seguir así
nomás las cosas, ser superada la crisis hodierna como lo han sido tantas otras,
y entrar el mundo en la Paz, la Prosperidad y la Populorum Progressio? Este es
el tercer esquema, de los No-Zahoríes; que a diferencia de los otros dos
mantiene algo sociológicamente indispensable al hombre, el Estado; el Estado no
tiránico, como es el de los otros dos.
“…Superadas las causas del actual estado de cosas la
reacción favorable que YA se opera en la mente humana operará la recuperación
de lo más valioso de la vida en este mundo: ¡LA LIBERTAD! (Alberto Benegas
Lynch (h), nuevo académico de Ciencias Morales e Inmorales).
Bien supongamos que este
traqueteado mundo ingrese (¿con España a la cabeza?) en un intermedio de
tranquilidad que dure dos generaciones.
Para ese caso no imposible es que
hay que planear para la Argentina la tan decantada “Revolución Nacional”, que
hasta ahora no es más que una palabra.
“En toda revolución de carácter
social, la clase más rica, si está unida ha de triunfar casi con certeza”;
anoser el despiole tenga un carácter netamente bolchévico. De otro modo se
convierte obviamente en una “Revolución Argentina”.
La “Revolución Nacional”, para
poder ser, debe ser netamente política. Por tanto:
1.- La monarquía es la forma
normal y permanente del gobierno humano. El gobierno “presindencialista” de la
Argentina es en el fondo monárquico; pero con monarcas efímeros; y si provienen
de esa farsa que son los partidos políticos y el sufragio universal, monarcas
corruptos, o muy corruptibles, o impotentes.
2.- La superación deste sistema
corrompido llamado “democracia” (plutocracia oculta) aunque fácil de formular,
es terriblemente difícil de implantar.
Si es fácil de formular, podemos
osadamente formularlo.
El presidente ha de ser
vitalicio; o si quieren, de período 20 años para empezar.
El presidente ha de ser elegido
por los Gobernadores de Provincia y dentre ellos. Los gobernadores provinciales
pueden ser elegidos por sufragio directo cualificado.
El Parlamente, convertido en
“Consejo de Estado”, debe estar formado por representantes de los cinco grandes
sectores de los intereses nacionales, que integran el Procomún, a saber:
1)
Intereses del Trabajo.
2)
Intereses de la
Defensa Nacional.
3)
Intereses de la Religión.
4)
Intereses de la Inteligencia.
5)
Intereses de las diferentes Regiones.
Todos ellos convenientemente
unificados e integrados.
El Poder Municipal debe ser
restaurado con vigencia propia, independiente en su esfera; y en general,
instaurados todos los cuerpos intermedios, comenzando por la familia… Velay.
Como ven, esto es un capivolgimente de gran calibre, que no
se puede hacer con sólo juntar una “Convención” y haciendo una Nueva
Constitución – en el papel.
Tendría que surgir, no sólo un
gran Político, sino todo un gran equipo político. Pide por esa boca. Soñar no
cuesta plata.
La Iglesia argentina tendría que
espabilarse; los sindicatos, que disciplinarse; las Fuerzas Armadas que
armarse… de sabiduría.
¿Y quién le pone el cascabel al
gato?
En la Argentina cada día uno tropieza con
cuatro estupideces; y hace una.
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