Revisionismo y
Revolución
Interesante artículo
publicado en la revista ULISES, abril
1967, sin firma, titulado: ¿La
Revolución , para qué?, del que extraje unos párrafos que fueron dedicados a
relacionar el revisionismo histórico con la necesidad apremiante, ya en aquella época, de
realizar la Revolución
nacional; aspiración que subsiste, pues
las condiciones degradantes y corruptoras la hacen cada vez más imperiosa; aunque esa Revolución está
más y más lejana de concretarse, por la incidencia del derrumbe moral y político de estas
últimos decenas. Al finalizar los mismos, me permitiré escribir mi opinión al
respecto.
La conciencia revolucionaria: he aquí la piedra de toque del problema
nacional. Quizá por primera vez en nuestra historia del siglo XX, el pueblo total, la íntegra comunidad de
los argentinos que se saben y se sienten tales, aspira de manera conciente y
firme a conquistar el Estado. No es ésta la oportunidad de recorrer
retrospectivamente los presupuestos de la conciencia revolucionaria nacional.
Pero no hay duda que ella se alimenta de dos elementos contrapuestos –positivo
el uno, negativo el otro-, que por ahora se hallan disponibles para todo
argentino que lo sea realmente. Ellos son el dominio del pasado histórico y la
certeza de nuestra alienación económica.
No cabe duda que el único
fenómeno contemporáneo realmente positivo para el desarrollo de nuestra
conciencia revolucionaria nacional, ha sido el auge y definitivo triunfo del
revisionismo histórico sobre la llamada “historia oficial”. El revisionismo ha
demolido la fábula trabajosamente urdida por los traidores, hijos de los traidores
de Caseros. La coherencia del esquema liberal presuponía la adscripción
integral al dogma del progreso indefinido de la República. La
civilización era riqueza, la barbarie atraso. No hubo demasiados problemas
mientras el país, entregado a los imperios ”progresistas” asimilaba
desordenadamente los avances de la
técnica. La generación del centenario no dudó nunca del dogma liberal; la
abundancia era una prueba de la verdad de los Sarmiento, los Mitre, los
Alberdi.
Pero bastó que –como decía
Scalabrini Ortiz- la libra se fuera de $11,45 a $12 y 13 para que toda la
forzada arquitectura del universo liberal se resquebrajara… La conciencia
histórica sirve a la comunidad para ver con la lente exacta los actos inicuos
de los herederos de Rivadavia, Echeverría y Urquiza…
Comentario nacionalista: el revisionismo histórico realizó una obra
intelectual patriótica gigantesca en pro de la identidad argentina; pero sus
verdades no cuajaron en el pueblo, que continúa siendo profunda e inconscientemente liberal. El pueblo –la comunidad- está
satisfecha en su ignorancia, con las mentiras propaladas por la escuela de
Sarmiento; y se resiste a aceptar la verdad histórica. Hable usted mal de
Sarmiento y bien de Rosas y lo comprobará. Niegue los crímenes adjudicados a
Rosas y será el hazmerreír… o tildado de nazi. La propaganda masónica bien se cuidó de que el
revisionismo no haya llegado al pueblo. Si
el Estado argentino rindiese culto a la verdad histórica, podría hacer explotar
un entusiasmo patriótico popular exaltando la política del Restaurador y sus
federales; denigrando y acusando simultáneamente la traición de los unitarios,
acabando con la mistificación histórica
liberal del Régimen corrupto y cipayo.. Mientras éste subsista, sin asumir un
espíritu revolucionario, Argentina continuará siendo un país falsificado e irreal,
carente de auténtica soberanía y grandeza, incapaz de levantar cabeza. Y si no aparece un hombre providencial, movido
por la mano de Dios, capaz de ejercer patrióticamente el poder político, la íntegra
comunidad de los argentinos continuará
durmiendo políticamente al ritmo angustioso de la miseria.
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