EL DOMINIO POLÍTICO GLOBAL DE LA USURA INTERNACIONAL
EL MAMONISMO ES UNA PESTE ECONÓMICA Y MORAL QUE DETERMINA
LA POLÍTICA INTERNACIONAL EN ORDEN AL DOMINIO MUNDIAL; FUE IMPUESTO POR EL
IMPERIALISMO JUDEO-CALVINISTA ANGLO-AMERICANO LUEGO DE SU TRIUNFO EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL...
ESTA DENUNCIA CRÍTICA EXPLICA EL FUROR BÉLICO ALIADO EN PROVOCAR LA
GUERRA, PARA ACABAR CON ESTAS IDEAS QUE
ATACABAN EL FUNDAMENTO ESENCIAL DE SU
EXISTENCIA:
LA
USURA MAMONÍSTICA.
GOTTFRIED FEDER
Explica en pocas palabras lo que es el
Mamonismo, en un párrafo que separamos de su libro:
“MANIFIESTO CONTRA LA USURA Y LA SERVIDUMBRE DEL INTERÉS DEL DINERO”
(Editorial
Maxim pg. 18)
El mamonismo
es una afección económica y moral.
M
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ormonismo es el imperio siniestro e invisible de las
grandes fuerzas internacionales del dinero. Pero mamonismo es también, como ya
dijimos, una disposición del espíritu; es
la adoración de estos poderes del dinero por parte de todos aquellos que
están infestados por el veneno mamonístico. Mamonismo es la exageración
desmedida del instinto adquisitivo, en sí sano, del ser humano. Mamonismo es la avidez de dinero tornada
locura, que no conoce meta más alta que amontonar dinero sobre dinero, que
con una brutalidad sin parangón trata de forzar a todas las energías del mundo
a su servicio y conduce a la
esclavización económica, a la explotación de la fuerza productora de todos los
pueblos de la tierra. Mamonismo es
un estado del espíritu que ha llevado a una declinación de todos los conceptos
éticos. El mamonismo considerado como fenómeno mundial es equiparable al
egoísmo brutal y desconsiderado del individuo. Mamonismo es el espíritu de la
codicia, del despotismo absoluto, el principio del pensamiento orientado exclusivamente
a apropiarse con rapacidad de todos los bienes y tesoros del mundo; es, en su
esencia más profunda, la religión del
tipo humano que está orientado puramente a lo terrenal. El mamonismo es
exactamente lo contrario de socialismo. Socialismo concebido como la más alta
idea moral, como idea de que el ser humano no está por sí solo sobre la tierra,
que todo ser humano tiene deberes para con la Comunidad, y también con toda la
humanidad, y no sólo eso, sino que es responsable del bienestar actual de su
familia y de su estirpe, y también tiene obligaciones éticas insoslayables
frente al futuro de sus hijos y de su pueblo.
Más concretamente debemos ver en el mamonismo el
deliberado juego acordado por los grandes capitalistas ávidos de poder sobre
todos los pueblos.
Los grandes poderosos del dinero están, por cierto, como
última fuerza impulsora detrás del imperialismo anglo-americano que abarca el
mundo; así es, no de otra manera. Las grandes potencias del dinero efectivamente
han financiado la horrible matanza de seres humanos de la Guerra Mundial. Las
grandes potencias del dinero, ciertamente, como propietarias de todos los
grandes periódicos, han envuelto al mundo en una red de mentiras. Han excitado
con placer todas las pasiones bajas; han cultivado cuidadosamente los anhelos
absurdos y las utopías; llevó al paroxismo, mediante una hábil propaganda, la
idea de revancha francesa, ha nutrido cuidadosamente la idea paneslavica, la
presunción de gran potencia servia, en fin, el afán de prestigio de estos
Estados. Como corolario se produjo el incendio mundial. También entre nosotros,
en Alemania, el espíritu del mamonismo, que sólo quiso conocer cifras de
exportación, riqueza nacional, expansión, proyectos de la gran banca,
financiación internacional, etc., ha conducido a una ruina de la moral pública,
al hundimiento de nuestros círculos dirigentes en el materialismo y el ansia de
placer, a un achatamiento de la vida nacional, factores todos que son culpables
del terrible derrumbe.
Con asombro debemos preguntarnos ¿de dónde el mamonismo,
de dónde el gran capital internacional saca su poder irresistible?
No puede pasar desapercibido que la cooperación
internacional de las grandes potencias del dinero representa un fenómeno
totalmente nuevo sin paralelo en la historia. Las obligaciones internacionales
de naturaleza monetaria eran prácticamente desconocidas. Recién con la economía
mundial naciente, con el tráfico mundial, se impuso la idea de la economía de
interés internacional, y aquí tocamos la raíz más profunda, aquí hemos dado con
la fuente de energía más íntima, de la cual la Internacional dorada recibe su
fuerza irresistible.
El interés es
la fuente de energía del Gran Capital.
Es el interés, la afluencia de bienes sin esfuerzo y sin
fin, la posesión de dinero sin ninguna clase de trabajo, lo que ha hecho crecer
las grandes potencias del dinero.
El interés prestamista es el principio criminal del cual
se genera la Internacional dorada. En todas partes y por doquier el capital
prestamista se ha prendido cual ventosa. Con tentáculos de pulpo, el mecanismo
de la usura capitalista envuelve y asfixia a todos los Estados y a todos los
pueblos del mundo.
Obligaciones estatales, empréstitos estatales,
empréstitos ferroviarios, empréstitos de guerra, hipotecas, cédulas
hipotecarias, en suma, títulos de préstamos, de diversa índole han envuelto a
toda nuestra vida económica de un modo tal que ahora los pueblos del mundo se
agitan indefensos en las redes doradas. En obsequio del principio del interés,
una concepción social fundamentalmente errónea según la cual toda propiedad
tiene derecho a renta, nos hemos puesto en la
servidumbre del interés del dinero. No se puede proporcionar ningún
argumento racional verdaderamente irrebatible de que la pura posesión de dinero
proporcione derecho a una permanente renta de interés.
El interés es
inmoral.
Esta resistencia interna contra el interés y la renta de
todo tipo sin el agregado de trabajo creador, se extiende a través de la vida
espiritual de todos los pueblos y de todas las épocas. Pero nunca esta profunda
e íntima resistencia contra el poder del dinero ha cobrado tan clara conciencia
en los pueblos como en nuestro tiempo. Nunca el mamonismo ha reinado en una
forma tan universal en el mundo. Nunca como ahora ha puesto a su servicio toda
la bajeza, la avidez de poder, la sed de venganza, el ansia de riquezas, la
envidia y la mentira, de una manera tan astutamente encubierta y sin embargo
brutalmente apremiante como ahora. La Guerra Mundial en el fondo encierra una
de las magnas disyuntivas del proceso evolutivo de la humanidad, ha sido y será
la lucha decisiva para determinar si en el futuro ha de fijar los destinos del
mundo la cosmovisión mamonística-materialista o la cosmovisión
socialista-aristocrática.
El
bolcheviquismo es un medio falso de la reacción antimamonística.
Externamente ha vencido por ahora, la coalición mamonística
anglo-americana. Como supuesta reacción contra ella se ha levantado en el Este
el bolcheviquismo. Los métodos que el bolcheviquismo intentó aplicar son, por
cierto, intentos de abstrusas curas forzosas. Son la tentativa de curar a un
enfermo que padece de intoxicación interna mediante la amputación con bisturí
de la cabeza, brazos y piernas.
A esta furia del bolcheviquismo, a esta subversión
insensata debemos oponer un pensamiento nuevo y orgánico que unifique
vigorosamente a todas las clases productoras, para expulsar la sustancia
venenosa que ha enfermado al mundo.
Este medio lo veo en el quebrantamiento de la servidumbre
del interés del dinero.
GOTTFRIED FEDER.
Comentario
nacionalista: esta denuncia nos atañe dolorosamente a los argentinos, pues el
mamonismo nos degradó convirtiéndonos en un país hipotecado, sin posibilidades
de saldar la deuda externa, cada vez más inmensa; y menos aún de moralizar el
patriotismo de los cipayos entreguistas. Las soluciones que propone Feder en su libro, para
evadirse de las garras del mamonismo, por supuesto, deben ajustarse a la
realidad argentina.
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