DOCTRINA NACIONALISTA
¿Qué ES EL NACIONALISMO?
Profesor Jordán Bruno
Genta
El
Nacionalismo es la reacción lúcida, enérgica e imperiosa en defensa de la Patria en peligro. Es la
reivindicación del ser nacional, negado, disminuido o traicionado.
La
fuerza interior que impulsa al Nacionalismo es el amor a la Patria , exaltado por la
conciencia del peligro. Se expresa en una doctrina de afirmación de lo que hace a .la esencia y al fin de la Nación : su unidad, su integridad, su honor, su
soberanía y su vocación histórica. Y de negación de todo lo que divide,
disgrega, ablanda, envilece y humilla.
La
definición nacionalista se proyecta en una política restauradora de deberes y
servicios que serán cumplidos por amor i o por fuerza, en el sacrificio del
propio bien al Bien Común.
En
lugar de la retórica pusilánime y servil
de los derechos y libertades individuales, el Nacionalismo proclama que la
persona humana tiene deberes previos para con Dios, la Patria , la familia, la
profesión y consigo misma, cuyo leal cumplimiento es imprescindible para
ejercer legítimos derechos y libertades.
La
ética de los deberes que se apoya en la roca inmutable de la Iglesia Católica , Apostólica y
Romana, permitirá restablecer las jerarquías de los cuerpos sociales en un
Estado Nacional fuerte.
El
Nacionalismo argentino repudia la servidumbre del Patronato y promueve la
libertad de la Iglesia
para el cumplimiento de su sagrada misión, a la vez que acata su indiscutible
soberanía espiritual. La Iglesia Católica
está en la Nación ,
pero sobre ella, porque es
sobrenatural y divina.
Las
otras confesiones son toleradas siempre que no pretendan misionar ni convertir
a la Patria en
una Babel de creencias y costumbres.
El
Nacionalismo argentino no tolera en absoluto y combate sin cuartel a las
ideologías de la antipatria y del anticristo: el judaísmo, la masonería y el
comunismo, así como sus frutos de muerte, el pluralismo religioso, el laicismo
escolar, la
Reforma Universitaria , la indiscriminación de los hijos, el
divorcio vincular, la ciudadanía automática, el relajamiento de las costumbres,
las concesiones petroleras y territoriales, la explotación financiera y la
dictadura del proletariado.
En
cuanto a los medios para lograr la regeneración política de la Patria , el Nacionalismo declara
que la vía de la democracia, de los partidos y de las elecciones libres o
fraudulentas, es un callejón sin salida y una trampa masónica para asegurar el
fracaso de todo empeño patriótico y precipitar la ruina definitiva de la Nación.
El
Nacionalismo quiere el reinado de Cristo sobre las almas y las instituciones,
tanto como liberarlas de la superstición de la democracia. El Nacionalismo
quiere la verdad en todo, en la inteligencia, en la historia, en la política. No puede concebir siquiera que se planteen
soluciones económicas de una crisis que
es principalmente religiosa y moral.
El
Nacionalismo es una apelación suprema a la vergüenza nacional, a la capacidad
de Verdad y de heroísmo que resta en los argentinos. No admite nada más que el
esfuerzo y el sacrificio de generaciones para salvar a la Patria , los mismos que
fueron necesarios para fundarla y darle un lugar entre sus pares del mundo.
El
Nacionalismo repudia el plan de estabilización
financiera y económica que nos somete al yanqui bárbaro y prepotente,
incapaz de respetar y tratar con honor. A ese yanqui que en Comodoro Rivadavia,
con la billetera repleta cree que puede comprarlo todo, hasta el vil privilegio
de exhibirse sucio, descamisado, las patas sobre la mesa y acompañado con
prostitutas, en los salones del hotel principal. Que contrata obreros y
empleados nativos al margen de las leyes
vigentes; insulta y humilla hasta provocar las más violentas reacciones de sus
víctimas, o hace cuñas con billetes de mil para estabilizar una mesa que se
mueve.
No
se trata de casos aislados ni de mala educación, sino del estilo de mandar
propio de la barbarie prepotente. Los mejores agentes de Moscú no serán jamás
tan eficaces como la conducta de estos yanquis para la propagación del
Comunismo en la Argentina.
El
Nacionalismo declara que tan sólo los nativos que tienen alma de cipayos,
pueden creer que los dólares de la usura y sus prepotentes administradores van a salvar a la Patria.
Si.
todavía hay un resto de vergüenza y de virilidad, se impondría la reacción
nacionalista que movilice a todos los argentinos para realizar el esfuerzo
supremo del patriotismo. Una movilización de tiempos de guerra exterior para el
trabajo agobiador y el servicio abnegado
que deberá vertebrarse en la más rigurosa disciplina militar, comenzando
por las mismas Fuerzas Armadas de la
Nación , gravemente afectadas en su espíritu y en su estilo,
por la desmovilización civilista y burguesa que viene sufriendo desde hace
años.
Las
Fuerzas Armadas de la Nación
no son una clase, ni un partido, ni una casta, sino “la expresión carnal de la Patria ”; así como la Iglesia de Cristo es el
principio de su unidad espiritual y de sus tradiciones legítimas.
El
Nacionalismo es, pues la política de restauración nacional, fundada en las dos
instituciones fijas e inmutables que permanecen en medio de la movilidad de todas las cosas: la Iglesia Católica
y las Fuerzas Armadas de la
Nación.
El
Nacionalismo no rechaza al extranjero ni la convivencia internacional. Admite
la ayuda exterior y la inversión de capitales foráneos; pero se opone a que la Patria sea avasallada en su
espíritu y en su economía por la Plutocracia
Internacional o por la Internacional Proletaria.
El
Nacionalismo es la reacción natural de la fidelidad argentina.+