Artículo del Padre Leonardo Castellani, publicado en Cuadernos de “Estudios”,
en 1940, donde el excelente maestro del Nacionalismo expone con crudeza y
valentía ciertos rasgos de la indignante degradación liberal, ya en esa época,
hoy día a acrecentada, del pueblo
argentino. Reitero lo que advertí en otras ocasiones, la característica picardía criolla del Padre,
conque ameniza a veces sus artículos, puede engañar a aquellos que no captan la profundidad de sus
análisis, considerándolos ligeros y
entretenidos, sin advertir el tremendo
índice acusando las lacras provocadas en el pueblo por el liberalismo.
LOS ESPURIOS
“E
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l observador que abra los ojos
sobre nuestras ciudades desproporcionadamente superpobladas (colmenas hiperzangánicas)
encontrará con toda facilidad un tipo humano que se puede llamar “el espurio”, y que constituye otra prueba de la
deficiencia de nuestra educación, puesto que es en parte un producto típico de
ella. Monseñor Franceschi lo ha bautizado “el hombre que sabe hacer cualquier
cosa”. Ramiro de Maeztu lo definió como
“alma apocada que necesita el alero de una oficina pública para poder ganarse
el sustento”. Nosotros preferimos llamarlo “el espurio”, nombre que dan los
apicultores a las abejas que no son
reinas, ni obreras ni siquiera zánganos.
Los apicultores conocen ese
curioso fenómeno biológico de la “obrera zanganera”. Resulta que en las
colmenas aparecen algunas obreras
hipertrofiadas que empìezan a poner huevos como las reinas, pero no habiendo
sido ni pudiendo ser fecundadas, ponen solamente huevos de zánganos, el huevito
redondo y partenogénico que da el grueso macho de la especie. Y lo peor es que
lo ponen en todas partes, en celdillas reales o comunes, y en proporción
enorme. El resultado es fatal; superpoblación de zánganos entibie del trabajo,
confusión en la colmena, inquietud y furor, y a veces la polilla y la
muerte. ¿Todo por qué? Todo por algunas
celdillas mal calibradas, que en vez de dar netamente el puro tipo de “obrera”
(hembra estéril) o el tipo puro de “reina” (hembra fecunda) dio un tipo espurio
oscilante entre los dos e incapaz de hacer bien la función de ninguno de ellos.
Lo mismo pasa en la colmena
humana. El hombre compuesto de cerebro y manos puede dar y da por
especialización dos tipos extremos, el intelectual y el muscular, el “letrado”
y el “artesano” en la nómina de las clases sociales de Tomás de Aquino. Entre
los dos tipos extremos, el de los destinados por naturaleza a la sedentaria y absorbente actividad mental
pura, y los otros “natura destinati ad serviendum” como dice el de Aquino, se
alinean las otras clases sociales que participan de las dos, como guerreros,
profesionales, mercaderes y siervos, pero cada una para ser pura debe estructurarse hacia el foco de uno de
los dos tipos. En caso contrario se da una mixtura impura, o sea el tipo
espúreo. El tipo espúreo es el que no sirve del todo ni para el trabajo manual
ni para la especulación intelectual
independiente y robusta. En la formación de este tipo se distingue la enseñanza
argentina, por el hecho de ser chirle, libresca y desorientada.
El “espúreo” nació en la
aglomeración urbana y desde infante gozó de los beneficios de la civilización
del cemento, el asfalto y el tránsito tumultuante; pasó muy tiernecito por los
moldes y los experimentos de todos las escuelas activas y pasivas que pueden
darse, tironeó su bachillerato siguiendo la línea del menor esfuerzo, lo acabó
o no lo acabó, probó o no probó la Universidad , cortó la carrera o la cumplió a
gatas, el caso es que usted lo tiene aquí a los veinte y … años en procura
del consabido puesto que le de el
sustento, a ser posible con aquellas tres cualidades que ponía el aviso del
otro italiano:
“Si cerca impiego:
poco da fare
molto tempo per farlo
ben pagato”.
“El espúreo no es apto para sembrar papas ni para
escribir libros; pero es apto para leer los diarios, hablar de todo, llenar
formularios, ordenar expedientes, quejarse del gobierno, emocionarse con
facilidad, hacer mandados, repetir teorías o doctrinas, adoptar el pensamiento ajeno,
y deslumbrarse con todo lo nuevo, lo bombástico, lo ruidoso y lo brillante. Él
es amigo de la solemnidad, de la “pose”
y de la “viveza”. Él tiene conciencia de ser un hombre instruido y de
estar muy por encima de un obrero. ¿Qué haremos con este producto de nuestra
instrucción gratuita, facilita y aguachenta? No tenemos más remedio que crear
la burocracia más frondosa, indolente y prepotente del mundo para brindarle
allí un empleo; brotar la prensa amarilla más irresponsable y maleducada del
mundo para que allí maneje su pluma y nutra su cerebro; y establecer en el país
la industria sucia y el deporte degradante de la politiquería. Estas tres
plagas argentinas responden exactamente al inmenso número de ese tipo humano
urbanizado, mal formado y disipado que flota en nuestras ciudades arrastrando
alegremente su amorfa personalidad irremediablemente espúria”.
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Hasta aquí mi amigo, el cual indica
aquí otra objeción a la gratitud de la enseñanza especial, que es el ser ella
un privilegio del “urbanismo”, otra grave mal que hay que considerar de nuestra
patria. El Colegio Nacional gratuito, lejos de
establecer la igualdad entre todos los argentinos, ofrece una ganga a
los habitantes de las grandes ciudades, donde tales colegios están instalados.
Para el niño de pueblo o de villa nacido
con verdadera vocación de estudio, el Liceo representa el grave peso y
riesgo de un pupilaje de ciudad o de un caro internado, fuera del calor del
hogar paterno; mientras el zoquete de la ciudad puede ir tranquilidad a calentar un banco, sin grandes
expensas, a falta de otra cosa que hacer
desde el sexto grado hasta la conscripción; otra de las razones del
exceso de candidatos a bachilleres, como está indicado perspicuamente por el
ingeniero Bunge.
Los dos postulados democráticos y
cristianos arriba formulados como ocasión
del error de la “gratuidad
absoluta”, son servidos con mucha mayor justeza y seguridad con un sistema
de Becas, Bolsas de Estudio y Matrículas de Honor en abundante y prudente
copia. Así lo ha entendido la notabilísima ley orgánica de la enseñanza media
promulgada para España el 20 de septiembre de 1938 por el Generalísimo
Francisco Franco, la cual dice así en su Base VIII:
“Será preocupación preferente del Estado la protección de los alumnos
pobres que tengan aptitud para el estudio, cuya selección será realizada
teniendo en cuenta la doble condición de capacidad y de carencia de medios
económicos”.
“Todos los centros del Estado, así como los particulares, incluirán,
pues, en su alumnado, un tanto por ciento de plazas gratuitas. La cuantía será
determinada circunstancialmente, con arreglo a los datos que aporte la Inspección.
“Un reglamente especial fijará las normas para la obtención de
estas plazas y el régimen de becas y
matrículas gratuitas, así como el de las matrículas de honor”…
Práctica imitada de la vieja Inglaterra, quien la tiene de la
antigua Cristiandad Europea. En Gran Bretaña el Estado subvenciona a todos los Colegios Privados que
lo pidan y sean juzgados serios, de acuerdo a la fórmula …; pero les exige que
mantengan un número proporcional de becas destinadas a los capaces poco
pudientes.+
Leonardo
Castellani.