lunes, 27 de marzo de 2017

Artículo del Padre Leonardo Castellani, publicado en Cuadernos de “Estudios”, en 1940, donde el excelente maestro del Nacionalismo expone con crudeza y valentía ciertos rasgos de la indignante degradación liberal, ya en esa época, hoy día a acrecentada,  del pueblo argentino. Reitero lo que advertí en otras ocasiones,  la característica picardía criolla del Padre, conque ameniza a veces sus artículos,  puede engañar a  aquellos que no captan la profundidad de sus análisis,  considerándolos ligeros y entretenidos, sin advertir  el tremendo índice acusando las lacras provocadas en el pueblo por el liberalismo.

LOS  ESPURIOS
“E
l observador que abra los ojos sobre nuestras ciudades desproporcionadamente  superpobladas (colmenas hiperzangánicas) encontrará con toda facilidad un tipo humano que se puede llamar “el espurio”,  y que constituye otra prueba de la deficiencia de nuestra educación, puesto que es en parte un producto típico de ella. Monseñor Franceschi lo ha bautizado “el hombre que sabe hacer cualquier cosa”. Ramiro de Maeztu lo definió  como “alma apocada que necesita el alero de una oficina pública para poder ganarse el sustento”. Nosotros preferimos llamarlo “el espurio”, nombre que dan los apicultores  a las abejas que no son reinas, ni obreras ni siquiera zánganos.

Los apicultores conocen ese curioso fenómeno biológico de la “obrera zanganera”. Resulta que en las colmenas aparecen  algunas obreras hipertrofiadas que empìezan a poner huevos como las reinas, pero no habiendo sido ni pudiendo ser fecundadas, ponen solamente huevos de zánganos, el huevito redondo y partenogénico que da el grueso macho de la especie. Y lo peor es que lo ponen en todas partes, en celdillas reales o comunes, y en proporción enorme. El resultado es fatal; superpoblación de zánganos entibie del trabajo, confusión en la colmena, inquietud y furor, y a veces la polilla y la muerte.  ¿Todo por qué? Todo por algunas celdillas mal calibradas, que en vez de dar netamente el puro tipo de “obrera” (hembra estéril) o el tipo puro de “reina” (hembra fecunda) dio un tipo espurio oscilante entre los dos e incapaz de hacer bien la función de ninguno de ellos.

Lo mismo pasa en la colmena humana. El hombre compuesto de cerebro y manos puede dar y da por especialización dos tipos extremos, el intelectual y el muscular, el “letrado” y el “artesano” en la nómina de las clases sociales de Tomás de Aquino. Entre los dos tipos extremos, el de los destinados por naturaleza  a la sedentaria y absorbente actividad mental pura, y los otros “natura destinati ad serviendum” como dice el de Aquino, se alinean las otras clases sociales que participan de las dos, como guerreros, profesionales, mercaderes y siervos, pero cada una para ser pura  debe estructurarse hacia el foco de uno de los dos tipos. En caso contrario se da una mixtura impura, o sea el tipo espúreo. El tipo espúreo es el que no sirve del todo ni para el trabajo manual ni para  la especulación intelectual independiente y robusta. En la formación de este tipo se distingue la enseñanza argentina, por el hecho de ser chirle, libresca y desorientada.

El “espúreo” nació en la aglomeración urbana y desde infante gozó de los beneficios de la civilización del cemento, el asfalto y el tránsito tumultuante; pasó muy tiernecito por los moldes y los experimentos de todos las escuelas activas y pasivas que pueden darse, tironeó su bachillerato siguiendo la línea del menor esfuerzo, lo acabó o no lo acabó, probó o no probó la Universidad, cortó la carrera o la cumplió a gatas, el caso es que usted lo tiene aquí a los veinte y … años en procura del  consabido puesto que le de el sustento, a ser posible con aquellas tres cualidades que ponía el aviso del otro italiano:

“Si cerca impiego:
poco da fare
molto tempo per farlo
ben pagato”.

“El espúreo  no es apto para sembrar papas ni para escribir libros; pero es apto para leer los diarios, hablar de todo, llenar formularios, ordenar expedientes, quejarse del gobierno, emocionarse con facilidad, hacer mandados, repetir teorías o doctrinas, adoptar el pensamiento ajeno, y deslumbrarse con todo lo nuevo, lo bombástico, lo ruidoso y lo brillante. Él es amigo de la solemnidad, de la “pose”  y de la “viveza”. Él tiene conciencia de ser un hombre instruido y de estar muy por encima de un obrero. ¿Qué haremos con este producto de nuestra instrucción gratuita, facilita y aguachenta? No tenemos más remedio que crear la burocracia más frondosa, indolente y prepotente del mundo para brindarle allí un empleo; brotar la prensa amarilla más irresponsable y maleducada del mundo para que allí maneje su pluma y nutra su cerebro; y establecer en el país la industria sucia y el deporte degradante de la politiquería. Estas tres plagas argentinas responden exactamente al inmenso número de ese tipo humano urbanizado, mal formado y disipado que  flota en nuestras ciudades arrastrando alegremente su amorfa personalidad irremediablemente espúria”.

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Hasta aquí mi amigo, el cual indica aquí otra objeción a la gratitud de la enseñanza especial, que es el ser ella un privilegio del “urbanismo”, otra grave mal que hay que considerar de nuestra patria. El Colegio Nacional gratuito, lejos de  establecer la igualdad entre todos los argentinos, ofrece una ganga a los habitantes de las grandes ciudades, donde tales colegios están instalados. Para el niño de pueblo o de villa nacido  con verdadera vocación de estudio, el Liceo representa el grave peso y riesgo de un pupilaje de ciudad o de un caro internado, fuera del calor del hogar paterno; mientras el zoquete de la ciudad puede ir  tranquilidad a calentar un banco, sin grandes expensas, a falta de otra cosa que hacer  desde el sexto grado hasta la conscripción; otra de las razones del exceso de candidatos a bachilleres, como está indicado perspicuamente por el ingeniero Bunge.

Los dos postulados democráticos y cristianos arriba formulados como ocasión  del error de la “gratuidad absoluta”, son servidos con mucha mayor justeza y seguridad con un sistema de Becas, Bolsas de Estudio y Matrículas de Honor en abundante y prudente copia. Así lo ha entendido la notabilísima ley orgánica de la enseñanza media promulgada para España el 20 de septiembre de 1938 por el Generalísimo Francisco Franco, la cual dice así en su Base VIII:

“Será preocupación preferente del Estado la protección de los alumnos pobres que tengan aptitud para el estudio, cuya selección será realizada teniendo en cuenta la doble condición de capacidad y de carencia de medios económicos”.

“Todos los centros del Estado, así como los particulares, incluirán, pues, en su alumnado, un tanto por ciento de plazas gratuitas. La cuantía será determinada circunstancialmente, con arreglo a los datos que aporte la Inspección.

“Un reglamente especial fijará las normas para la obtención de estas  plazas y el régimen de becas y matrículas gratuitas, así como el de las matrículas de honor”…

Práctica imitada  de la vieja Inglaterra, quien la tiene de la antigua Cristiandad Europea. En Gran Bretaña el Estado  subvenciona a todos los Colegios Privados que lo pidan y sean juzgados serios, de acuerdo a la fórmula …; pero les exige que mantengan un número proporcional de becas destinadas a los capaces poco pudientes.+


Leonardo Castellani.