UNA OPINIÓN TRUMPISTA
La victoria de Donald Trump
por Alexander Dugin –
Saludos, están viendo Dugin’s
Guideline.
Estos días es casi imposible hablar de nada más serio que la
asombrosa victoria de Donald Trump y la aplastante derrota de la protegida del
globalismo, Hillary Clinton, en las elecciones estadounidenses. Este
acontecimiento es tan importante para todo el orden mundial, que puede ser
analizado desde diferentes lados. Todo está tan saturado de significados
diferentes que no sabes por dónde empezar…
El ascenso de Trump, en primer lugar,
pone un final decisivo al mundo unipolar. Trump ha rechazado directamente la
hegemonía estadounidense tanto en su forma moderada, en la que el CFR insiste,
como en su forma dura, como exigen los neoconservadores. En estas elecciones,
los dos principales thinks
thanks globalistas estadounidenses se unieron alrededor de la
candidatura de Clinton y se derrumbaron. Esto significa que el mundo unipolar
es liquidado no sólo bajo la presión de otros países, sino desde dentro de los
propios Estados Unidos. Los pueblos y estados del mundo pueden finalmente
respirar profundamente. La expansión del globalismo ha sido detenida en su
propio centro. El nuevo mundo multipolar significa que los Estados Unidos se
convertirán en uno de los varios polos del orden mundial, uno poderoso e
importante, pero no el único, y lo más importante, que no tiene pretensiones de
ser excepcional.
Putin, en su posición a la vanguardia de la lucha por la
multipolaridad, condujo a esto. El 8 de noviembre de 2016 fue una victoria muy
importante para Rusia y para él personalmente. No hay alternativa al orden
multipolar, y ahora podemos finalmente crear la arquitectura de este nuevo
orden mundial, no a través de la guerra, sino a través de la paz. Trump ha traído
esto con él.
La victoria de Trump muestra que hay
dos Norteaméricas hoy, o más bien, dos versiones de Estados Unidos: la Norteamérica de
Clinton y la Norteamérica
de Trump. La Norteamérica
de Trump es tradicional y conservadora, sana y digna de respeto. Esta
Norteamérica dijo un rotundo “no” al globalismo y a la expansión de la
ideología liberal. Esta es la verdadera Norteamérica, la Norteamérica del
realismo que ha elegido a su presidente y no ha sucumbido a la falsa propaganda
de los medios liberales globalistas. Esto significa más que una completa
quiebra para casi todas las grandes redes y grandes corporaciones de
información, aparte de The
Angeles Times que, en contra de todos los demás, predijo con
confianza la victoria de Trump. Esto significa el surgimiento de una nueva
esfera de la información, símbolo de la cual es Infowars de Alex Jones, que
se ha convertido en el recurso más poderoso de la verdadera información en los
EE.UU., y cuya audiencia ha crecido rápidamente a 20.000.000 en cuestión de
días, y ha sobrepasado a los canales de gran presupuesto. Esto no es sólo el
poder de la creencia, éste es el poder de la verdad. Al insistir en que la
verdad importa, Alex Jones expresa la posición de la verdadera Norteamérica,
esa Norteamérica que vio a su representante completo en Trump. Más de la mitad
de la población estadounidense cree sólo en sí misma, no en la mentirosa
propaganda globalista liberal de las élites transnacionales. Esta es una
noticia brillante. Se puede llevar un diálogo con este tipo de Norteamérica. De
las sombras ha surgido una segunda Norteamérica cuyos recursos informativos
simbólicos son ahora The
Angeles Times y la televisión de Internet de Alex Jones.
Alex Jones
afirma claramente: La victoria de Trump es el comienzo de una revolución
americana. La gente está derrocando a la élite transnacional. Este es el alba
de una lucha de liberación nacional. Las redes del gobierno mundial han
aflojado su apretón en la garganta de los Estados Unidos y, de aquí en
adelante, Estados Unidos estará en la misma posición que todos los demás
estados que participan en la misma lucha de pueblos, culturas y tradiciones
contra la maníaca secta liberal de globalistas. Hoy, todos estamos en
solidaridad con el pueblo estadounidense.
Después de estas elecciones, debemos abandonar el
antiamericanismo simplista, que era totalmente apropiado cuando Estados Unidos
estaban gobernados por los globalistas, pero que ahora está más fuera de lugar.
Si Estados Unidos, como Trump prometió, se concentra en sus problemas internos
y deja a la humanidad sola, entonces ya no hay razón para odiarlos.
Después de
todo, no es Norteamérica, sino sus élites, las que impusieron agresivamente a
la humanidad valores antinaturales, repulsivos y destructivos, y subyugaron
estados, sembraron el terror y el caos bajo el disfraz de la “democracia”,
derramaron océanos de sangre e invadieron estados soberanos. Trump no pertenece
a estas élites. Él no es uno de ellos. Esto significa que apoyará otros
valores, conservadores, americanos y cristianos. Sus políticas hacia el resto
del mundo serán diferentes.
Los liberales
europeos han perdido a su consejero. Cuando llamen patéticamente a Washington
para preguntar dónde y cuándo debe celebrarse el próximo desfile gay, Merkel o Hollande obtendrán ahora
una rústica y ruda respuesta estadounidense: “Vete al infierno”.
Las redes
globalistas de un sinnúmero de ONGs y agentes extranjeros en Rusia perderán aún
más apoyo. Si quieren ayudar a la Norteamérica de Trump, entonces pueden ir a los
Estados Unidos y trabajar sin descanso. No se asignarán más fondos para
combatir y degradar otras culturas y tradiciones. A diferencia de Clinton,
Trump no considera que el LGBT, el feminismo y el posmodernismo sean las
últimas palabras del progreso, sino una enfermedad. Lo más que podrá salir de
América ahora es el tratamiento para sus perversiones. La Fundación Soros ,
una organización que ya está prohibida en Rusia, según parece será reconocida
en un futuro próximo como extremista en Estados Unidos. Todo esto y mucho más
es el trabajo de Donald Trump.
Mis mejores deseos, han visto Dugin’s Guideline sobre la
victoria de Donald Trump.
Algunos
replican que sobreestimamos a Trump. Ayer se burlaron de nosotros cuando
predijimos su victoria. Hoy ha llegado el momento. Esta es una ventana de
esperanza y está abierta. Si no la usamos ahora, entonces tendremos que
culparnos a nosotros mismos.