UN PAÍS SIN FUTURO
ARGENTINA,
CON MILITARES TEMEROSOS Y UNA PRENSA CÓMPLICE ES UN PAÍS SIN FUTURO.
U
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na república
en que la división de poderes es sólo una ilusión y en cuyo gobierno figuran en
puestos claves conocidos subversivos, no tiene futuro.
Un
país donde los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas hace ingenuamente
autocríticas ante un oponente sordo, maligno e intransigente, y no se animan a
decir que sus antecesores, a quienes en realidad critican, no persiguieron a
nadie por pensar distinto, sino que debieron enfrentar a la subversión, no hay
duda, un país así, con militares temerosos, no tiene futuro.
Un país en que casi el único escritor que
se atrevió a decir que, además del
terrorismo de Estado, existió el terrorismo subversivo (hablo de García
Hamilton), lo hizo aclarando que es peor el primero que el segundo, “porque el
pueblo no puede defenderse”, olvidando que la dictadura no combatía al pueblo
sino a la subversión terrorista, demostrando así que quienes escriben sienten
temor, ese país tampoco tiene futuro.
Un país donde en las escuelas se enseña a los niños y
adolescentes que hubo una dictadura militar, cuyo único fin era matar, hacer
desaparecer, secuestrar a 30.000 chicos inocentes sin razón alguna, es decir,
donde se falsea la verdad desde el poder, no tiene futuro.
En resumen: un país en el que nadie se
atreve públicamente a mencionar que una vez existieron los montoneros, el ERP,
las FAP, las FAR, las FAL, etc., es un país donde reinan la hipocresía, el
miedo, la mentira, la cobardía, la obsecuencia y la mala fe, impulsados desde
un poder que incita al pueblo a pensar en el pasado, ese pasado que el mismo
poder tergiversa impunemente para lograr su objetivo fundamental: la venganza.+
Comentario
del señor Jorge H. Dotto, publicado en “Cristiandad y Patria”.
COMENTARIO NACIONALISTA:
Aclaro algunos puntos de la buena crítica del
señor Dotto:
El primero y más importante: existieron
nacionalistas que lucharon y denunciaron al terrorismo, siendo recompensados
con el martirio a manos de los marxistas, como el caso del profesor Genta.
Simultáneamente Antonio Caponnetto, desde ese entonces está testimoniando su
valiente patriotismo, por medio de la revista “CABILDO”. Claro está que ninguno
de ellos cuenta con la publicidad, pues los discriminan, publicitando a los
terroristas. El señor Dotto debería conocer y mencionar a estos camaradas
nacionalistas, superando sus escrúpulos liberales, que parece tener.
La división de poderes en democracia liberal es un
mito irrealizable, y aún existiendo no sería sino un bálsamo para curar un
cáncer. Porque el “Régimen” en su totalidad es el podrido.
El señor García Hamilton parece repetir el lugar común de los ignorantes y
malintencionados, que los movimiento marxistas, subversivos o no, incluyendo,
por supuesto a la “Teología de la
Liberación ”, favorecen
al pueblo; mentira histórica, escusa
para organizar milicias populares y adquirir fama de ‘santónes’ del pueblo;
elevados a los altares laicos por el periodismo.
Sobre el falseamiento histórico, aun de hechos acontecidos casi ante nuestros ojos, es
táctica política empleada comúnmente por la democracia liberal desde Caseros
hasta nuestros días, con escandalosa desfachatez, defenestrando así, desde entonces, nuestro
destino de grandeza; táctica que cayó en la más miserable perfidia con los
KK; y que no es ninguna novedad, por tanto, en Argentina.
Respecto a la veracidad del adoctrinamiento
escolar, denuncio que el día de la “mala memoria” (roja), 24 de marzo, un par de años atrás, en la Escuela 23 de Agosto, mi
nieta tenía que participar en un acto donde un grupo de niños disfrazados de
militares “fusilaban” a otro gripo disfrazado de “pueblo”. No siendo ella una bobalicona se extrañó de la moraleja que
le quisieron imponer, la captó y me la
repitió así: “¡Los militares mataban a la gente!”. Y otra que seguramente
comenzará a bullir en las cabecitas TVdirigidas
de algunos alumnos: ¡Que se vengan las
milicias de la ‘Milagrito’! ¡Los “gorras” son malos, los milicianos buenos!