APUNTES
PARA UNA ANTOLOGÍA DE LA
TRAICIÓN :
LOS KENNEDY
(Artículo
publicado en el Boletín “ALERTA”, Nº 3, junio 1963; que ayuda a descubrir algunos de los sorprendentes tejes y manejes de la política
secreta que gobierna al mundo).
L
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a familia Kennedy se perfila, por sus copiosos antecedentes, como el
grupo que consumará la obra iniciada por otra familia: los Roosevelt.
Existe entre estos dos
clanes un orden de continuidad evidente; son eslabones de la misma cadena
oculta que vertiginosamente va realizando la entrega al comunismo, de un
Occidente dopado.
Los mismos hombres que
postularon y asesoraron a Roosevelt están tras los Kennedy; se lanzan los
mismos slogans políticos, se preconizan las mismas tesis económicas-sociales
(New Deal); nos basamos en las manifestaciones del propio Kennedy: “Loa Nueva
Frontera es la continuación del New Deal de Roosevelt”.
El judío y masón Roosevelt
entregó Europa Central íntegra, la barbacana de Occidente, como parte de un
monstruoso plan. He aquí su propia confesión, contenida en una carta dirigida
al judío Zabrovsky, DOS AÑOS ANTES DE LA CONFERENCIA DE
YALTA: “Aparte de concederse a la
URSS la salida al Mediterráneo, cederíamos respecto a sus
deseos en Finlandia y en el Báltico en general, y exigiríamos a Polonia una
sensata actitud de comprensión y arreglo, quedando amplio campo de expansión,
además, a Stalin, en los inconcientes pequeños países del Este Europeo… Y sobre
todo, la desaparición del peligro germano, que, fraccionado el III Reich y
barajados sus trozos con otros territorios en nuevas nacionalidades desafectas
a aquel, desaparecerá definitivamente como peligro para la URSS , y para Europa y el
mundo entero” (Carta del 20/2/43, publicada por J. M. Doussinague en “ESPAÑA
TENÍA RAZÓN”).
La cesión de China al
Comunismo, propugnada por Roosevelt y permitida por Truman, será completada por
el actual gobierno yanqui, patrocinador del ingreso de China Roja a la UN.
Kennedy, además, sacrifica
Argelia (y con ella a Francia), el Congo, Laos, Cuba; presiona a Portugal en
Angola, y mantiene en Argentina al judío Roy Rubotton, “ujier introductor de
revoluciones”.
La silla de ruedas y las
muletas conforman un simbólico emblema…
En un artículo anterior
registramos la radiografía ideológica de los principales colaboradores del
Presidente Kennedy; en el presente esquematizaremos brevemente los rasgos
biográficos más notables de la “Primera Familia Americana”.
Joseph P. Kennedy, el
padre, realizó una meteórica carrera económica y política, caracterizada por
una curiosa ausencia de principios éticos, si se tiene en cuenta su condición
de católico. A los 25 años ocupó la
presidencia de un pequeño Banco de Boston. Poco después, su matrimonio con la hija del Alcalde de Boston
le amplió el ámbito de sus relaciones políticas. Concurrió a Harvard, donde se
relacionó con la casi totalidad de la que fue luego “intelligentzia” rooseveltiana.
Empero, el apoyo decisivo lo recibió del judío Frankfurter, de quien ya nos
hemos ocupado y con quien se vinculó a través del notoriamente marxista Ford
Hall Forum de Boston. Frankfurter, a su vez, lo conectó con los judíos Charles
Wyszanzky (su heredero político) y Harold Laski, el siniestro economista que
integra el ‘sanedrín’ oculto que dicta la política británica.
Protegido por estos
individuos, acumuló en Walll Street su enorme fortuna. Se había introducido en
la industria fílmica, controlando en poco tiempo una vasta cadena de salas
cinematográficas. Hacia la mitad de la segunda década del siglo, integraba el
núcleo más fuerte de especuladores del “séptimo arte”.
La especial protección que
le dispensaba la Alta Banca
judía quedó evidenciada en la trágica crisis financiera de 1929. Mientras una
ola de quiebras y de suicidios anegaba el mundo de las finanzas, Kennedy
engrosaba el caudal de su fortuna, calculada entonces en 700 millones de
dólares.
Integró después, y desde un
primer momento, el equipo de Roosevelt, siendo nombrado por la expresa
recomendación de Frankfurter, presidente de la “Security Exchange Comission”.
Escala rápidamente las más altas jerarquías administrativas, para pasar luego
al cuerpo diplomático. Y en este momento se revela toda su inaudita magnitud
política en los hechos que precipitaron a Occidente en una espantosa guerra,
cuyo único vencedor fue el Comunismo.
Kennedy jugó un rol
importantísimo y prácticamente decisivo por las consecuencias que desataría.
Mientras su amigo y confidente de Roosevelt, el judío Davis era despachado a
Moscú para salvar a los trotzkistas juzgados, y/o en su defecto garantizar a
Stalin el concurso bélico de EEUU (recuérdese que en ese entonces fue nombrado
jefe de la NVD el
judío Beria, sucesor “deseado” de Stalin), Kennedy fue nombrado embajador en
Londres para forzar a Chamberlain a entrar en guerra.
Así lo confesó
personalmente el Secretario de Defensa Forrestal (víctima de un misterioso “suicidio”), único ministro que se opuso,
después de 1945, al desarme Occidental
(en esa época era Ministro de Marina).:
“He jugado al golf con
Kennedy y le he interrogado sobre sus
conversaciones con Roosevelt y Chamberlain desde 1938. Me ha dicho que la
opinión de Chamberlain en 1938, era que Inglaterra no tenía medios de lucha para arriesgarse a
entrar en guerra con Hitler. Opinión de Kennedy: Hitler habría luchado con
Rusia, sin buscar otro conflicto con Inglaterra durante el verano de 1939, si
Bullit ni hubiera insistido cerca de Roosevelt para que Alemania fuera
castigada por el asunto de Polonia. Ni
franceses ni ingleses, hubieran hecho en Polonia un motivo de guerra, SI NO
HUBIERAN SIDO CONSTANTEMENTE EXPOLIADOS DESDE WASHINGTON. Bullit, expresa, no
cesaba de decir que los alemanes no lucharían; Kennedy, QUE LUCHARÍAN E
INVADIRÍAN EUROPA. CHAMBERLAUN DECLARÓ, SEGÚN EL, QUE AMERICA Y EL MUNDO JUDÍO
HABÍAN FORZADO A INGLATERRA A LA
GUERRA …” Forrestal concluye este asombroso párrafo de su
Diario, con la convicción “de que el ataque de Hitler hubiera podido ser
desviado hacia Rusia” (“The Forrestal, Diarios”, pags. 121/2, 1951).
Las conclusiones que se desprenden por sí
solas de este testimonio son pavorosas: el gran crimen de mutilar a Europa para
expandir las fronteras soviéticas, fue cometido por hombres de situación
expectable; todos ellos dirigentes de naciones rectoras. Y si Roosevelt,
testaferro político de los Poderes Ocultos, es oficialmente el mayor
culpable por ser Presidente de los
Estados Unidos, igual grado de culpabilidad tienen los hombres que, como
Kennedy, secundaron abiertamente sus designios.
Después de la guerra, la
influencia política de los Kennedy se acentuó progresivamente.
Toda la campaña política
del actual Presidente estuvo apadrinada por los Roosevelt. Hace pocos años F.
D. Roosevelt (h) realizó una activa propaganda en Wisconsin y West Virginia,
prometiendo “ricas recompensas” si Kennedy llegaba a la presidencia.
Eleanor Roosevelt le otorgó
su “bendición política” durante un show en la Universidad Brandeis
(N. Y. Dily News, 1/4/60), pg. 24). Como simples ejemplos de las actividades
comunistas de esta mujer se puede citar: su defensa de los espías Hiss,
Warzower, Raissa Berkman y Eisler; sus 88 citaciones por actividades rojas y
sus 42 afiliaciones a células marxistas,
sus amistades, discursos, viajes, etc., figuran en “Eleanor`s-Red Record” y
“News for Acrion”, de mayo 1960.
Ya en 1957, el Saturdey
Evening Post le dedicó un artículo, aparecido en su número del 7
de septiembre, donde predecía que Jack Kennedy sería presidente, Robert Kennedy
Fiscal de Estado y Teddy Kennedy Senador por Massachusetts (Envidiable don de
profecía).
El conocido sociólogo
izquierdista James M. Burns le dedicó a Kennedy una biografía: “John F.
Kennedy: A political Profile” (N. Y. 1959/60), que fue también publicada en
parte en el órgano judeo-marxista “The New York Post” (la serie comenzó el
16/5/60). Mediante estas publicaciones
el Post notificó a sus lectores
–predominadamente judíos- que Kennedy era su candidato. Burns describe a
Kennedy como un “liberal” izquierdista,
“sin emoción, sin sentimentalismo”.
Su padre lo envió a
estudiar a escuelas no católicas (en realidad en anti-católicas), inclusive a
la “Choste School”, verdadero vivero rojo, controlada entonces por Adlai
Stevenson y Chester Bowles; a Harvard (Para información sobre la función
marxistizante de esta Universidad ver el folleto “Keynes at Harvard” de Veritas
Foundation, 1961); y a la “London School of Economics”, donde estudió bajo la
dirección personal de Harold Lasky.
Según Lasky, “su padre
quería que Jack se codeara en la escuela con la masa política de los laboristas
británicos, refugiados europeos, radicales provenientes de las colonias,
sirvientes hindúes y otros”.
Los otros que se refiere Burns son los profesores ateos,
marxistas-fabianos y comunistas que
preparan la “intelligentzia” revolucionaria.
La influencia de Lasky,
maestro de los Kennedy, cobra singular relieve a la luz de los siguientes
testimonios: según la deposición de Jonathan P. Mitchell, el espía Harry Dexter
White consideraba al libro de Lasky “Fe, Razón y Civilización”, “desde
cualquier perspectiva el más profundo
libro escrito en nuestro tiempo, y que nadie ha previsto con más pavorosa
exactitud y profundidad el camino que el mundo sigue…”. Y Mitchell explicó que
la tesis puede establecerse diciendo que la 2º guerra mundial fue el final de
un gran período histórico, y que la empresa privada, o capitalismo, se ha
mostrado inadecuada, y que la fe que lo
sostiene , la fe cristiana, no tendrá ninguna validez para la gente que viva
después de este suceso; y que, felizmente, los rusos han construido un nuevo sistema
económico y una nueva fe que puede reemplazar al capitalismo y a la Cristiandad ”
(Declaración de Mitchell ante el Jenner
Internal Security Subcommitte en Internal Affairs).
Las vinculaciones de Kennedy a grupos judíos es también
irrefutable. El 25 de mayo de 1957, Kennedy y el obispo James Pike fueron
honrados con placas del Seminario Judía de Teología. El 17 de noviembre de 1957
habló, especialmente invitado, ante el Congreso Judío Americano. Redactó para la
Anti-Difamatoria (Órgano publicitario de la logia
masónica judía Bnai Brith) un folleto: “UNA
NACIÓN DE INMIGRANTES”, atacando la ley inmigratoria McCarran-Walter (El
Senador McCarran denunció la entrada
ilegal de cinco millones de individuos en los Estados Unidos, cuya casi
totalidad eran judíos).
Otra prueba más, pero
definitiva, en cuanto manifestación judía, es el artículo de propaganda que
bajo el título de “Un mensaje a los votantes del Massachusetts” apareció en la
publicación “Jewish Advocate” (Abogado judío), de Boston, el 30 de octubre de
1958. El artículo, que está redactado en forma de carta a cada lector comienza
así:
”Querido amigo:
Utilizando el medio inusitado de escribirte, en vista de la importancia
de reelegir al Senador John F. Kennedy para el Senado de los EEUU.” El
articulista, después de encomiar su “humildad, clara inteligencia, integridad y
actitud para el liderato” destaca la virtud máxima de Kennedy: “su comprensión
plena de nuestros problemas” como colectividad judía.
Y
enumera, a tal respecto, su actividad como Senador: propició una protesta
contra el antisemitismo en Rusia; instó al Secretario de Estado a levantar el embargo de armas destinadas a Israel;
sostuvo que EEUU, “como líder de la opinión mundial” debería movilizar a la ONU contra Egipto, ante
cualquier amenaza de éste “en cualquier tiempo futuro”, y aseguró: “Israel no
capitulará, no retrocederá, y nosotros no la dejaremos caer”; solicitó al
Eximbank la concesión de créditos para Israel; y la enmienda que realizó a las
leyes inmigratorias permitió la entrada indiscriminada de judíos provenientes
de Egipto y Europa.
El mensaje finaliza
recomendando: “Insistimos en que todos Uds. sientan como nosotros al votar el 4
de noviembre, para hacer ver nuestro aprecio y confianza en el Senador John F.
Kennedy”. Rubrican el texto las firmas de 65 dirigentes sionistas.
Esta genuflexión política
de Kennedy hacia los judíos obedece a
causas mucho más profundas que el tradicional filo-semitismo de los liberales.
Kennedy mantiene estrecha dependencia
con los grupos dirigentes de la Finanza Revolucionaria ;
basta para probarlo un rápido examen de las organizaciones que postularon su
candidatura presidencial:
WALTER REUTHER, VIRTUAL AMO
DE LOS SINDICASTOS (UNIONS): Autor del libro “Weck for a Soviet América”,
redactado al volver de un viaje a Rusia. Kennedy, junto con su hermano Robert,
fueron miembros del Comité del Senado que investigó el chantaje de los
sindicatos; y durante esta labor protegieron a Reuther y a David Dubinski.
Reuther selló entonces un pacto con Kennedy (denunciado por Westbrook Pegler y
Barry Goldwater), en virtud del cual el comunista G. Mennen Williams –entonces
gobernador de Michigan y secuaz de Reuther- se unió a Kennedy. La prueba irrefutable de
ese pacto, es que Kennedy, una vez electo Presidente, designa Secretario de
Trabajo al judío Arthur Goldberg, mano derecha de Reuther y a Mennen
Williams Secretario Asistente de Estado para Asuntos Africanos. Reuther
formó parte del “David K. Miles Fund”, junto con el banquero judío H. Lehman,
la espía Ana Rosenberg, el actual ministro de Israel Abba Eban, Frankfurter,
etc. Esta entidad fue denunciada por el
Senador McCarty como célula de espionaje soviética que mantenía contacto con
los agentes rusos a través de la Asociación
Jurídica Internacional (N. Y. Times, 22/5/51).
PARTIDO LIBERAL AMERICANO
(ALP): Dirigido por David Dubinski, judío nacido en Rusia. Esta agrupación
política fue calificada por el Comité Especial de Actividades Antiamericanas de
ser “NI MÁS NI MENOS QUE EL PARTIDO COMUNISTA” (Apéndice IX al vol. 17,
titulado “Comunist Front Organizations”, 1944, pág. 1494). En él han actuado
las figuras más nefastas de la política
yanqui; entre ellos el judío y masón Fiorello La Guardia , Alcalde de Nueva
York, antes y durante la guerra y que tuvo como Secretario, en 1940/41, a David
Rockefeller.
NAACP (SIGLAS DE LA ASOCIACIÓN NACIONAL
PARA EL PROGRESO DE LA GENTE DE
COLOR): En 1948 esta Asociación fue investigada por el Comité Californiano de
Actividades Anti-norteamericanas que declaró que la NAADP estaba “INFILTRADA Y
DOMINADA EFECTIVAMENTE POR EL PARTIDO COMUNISTA”. La NAACP estuvo adherida a la
“Juventud Americana por Un Mundo Libre”, fundada en 1942, y que fue denunciada
como “ANTECÁMARA DE SELECCIÓN DEL COMUNISMO” (Guía 1961 de Organizaciones y Publicaciones Subversivas, editada por el
Com. Act. Ant.). Desde su fundación estuvo integrada por judíos; los negros
sólo ocupan cargos administrativos. Entre los primeros están: H. Lehman, su director;
Frankfurter, Asesor Legal; A. Spingarn, vinculado a veinte organizaciones
rojas; J. Javits, Senador. Los negros son: R. Wilkins, Secretario (9 citaciones
del Congreso por comunista); Ralph Bunche Director Nacional ( 7 citaciones); T.
Marshall, Consejero (5 citaciones); Ch. Tobías. Tesorero (afiliado a 50 Centros
comunistas).
Todos estos dirigentes de la NAACP , P. Liberal, Liga
Anti-difamatoria, Seminario Judío de Teología, protectores de REUTHER, etc.,
están afiliados a la ADA
(ACCIÓN DE AMERICANOS DEMÓCRATAS), entidad que también apoyó a Kennedy.
Como se habrá observado, en
todas ellas figura Herbert Lehman, quien constituye con Sidney Weinberg y James
P. Warburg el siniestro triángulo de hombres de confianza de Baruch.
Si Banca, -que controla a
las Bancas Dillon, Read y Co. (a ellas pertenece Douglas Dillon) y Goldberg
Sachs Co.), integra el grupo Warburg-Lehman- Kuhn Loeb y Co., que forma parte , junto con el
grupo Morgan y el grupo Rockefeller lo
que en EEUU llaman los “Tres Grandes”.
El poder político de este
hombre rebasa lo imaginable.
Ya en 1938, el New York Times , (19/10/38, pág. 10) comentó
el artículo que G. Preziozi publicó en Vita Italiana, mencionando una reunión
secreta en Cap D’Antibes, Riviera Francesa, en agosto de 1938, en la villa de sir
Phillip Sassoon. Se reunieron H. Morgenthasu, Baruch y S. Wise. En esa reunión
se aplaudió una guerra mundial que estaba próxima a estallar, y se aceptó el
triunvirato compuesto por Hore Belisha, secretario de Guerra inglés; León Blum,
Premier francés y M. Litvinonoff, Comisario Soviético de Relaciones, como
líderes del judaísmo internacional. Preziozi también destacó que “en los
círculos judíos bolcheviques de Nueva York circulaba una lista con los nombres
de quienes compondrían el Gabinete yanqui; Baruch, como Presidente; Einstein,
como Vice-Presidente; Herbert Lehman, Secretario de Estado; León Trotsky,
Secretario de Guerra, y Walter Lipmann, Secretario de Prensa”.
El Chicago Tribune publicó,
el 29 de mayo de 1950, las fotografías de tres hombres: Frankfurter, Morgentau
(h) y Lehman, con la siguiente nota: una persona altamente vinculada al
Departamento de Estado identificó a estas tres personas como el GOBIERNO
SECRETO DE LOS EEUU.
The Freeman, del 1/12/53,
en el artículo “USA no tenía secretos”, de Richard Stokes, reveló la siguiente
información: “El 11 de mayo de 1944, Vlas. A. Klensten fue presentado al Mayor
G. R. Jordan, como delegado “del gran J. Ashberg, héroe financiero de la Unión Soviética ”. Klensten
tenía una cita con “un alto estadista americano”, y demandaba prioridad para
viajar en avión. Jordan demandó entonces el nombre de la persona; Klensten
recalcó que su misión era “sumamente confidencial”. Jordan sugirió entonces el
nombre de Morgenthau; Klensten respondió: “No, no, más arriba de Morgenthau ¡Alto funcionario –gran cambio social- viene
pronto en América! Jordan le forzó a decir su nombre: HERBERT LEHMAN.
Y este banquero comunista
es uno de los hombres que más han apoyado a Kennedy. Es conveniente recordar al
respecto que, que en abril de 1950, el Senador Bridges exigió una investigación
total sobre la derrota en China y el espionaje atómico. Según Bridges, la
investigación demostraría la existencia de un “SUPREMO ESPÍA” dirigiendo al
gobierno yanqui durante los ocho últimos años; colocado por sobre un Lattimore,
un Vincent o un Hiss, y del cual Marshall y Acheson no serían más que agentes.
Reflexiónese que tal investigación fue detenida, y que el “espía supremo” nunca
fue descubierto, POR LO QUE NECESARIAMENTE DEBE CONTINUAR EN SUS ACTIVIDADES.
Comentario nacionalista: Insistimos porque es fundamental para tratar
de entender algo de política. Cambian las épocas, las circunstancias, los
personajes, pero subsisten las maniobras políticas, ocultas por la propaganda,
maquiavélicamente inmorales, de seres que se consideran por encima de las personas, y su necesidad de vivir políticamente,
por encima de Dios, la Patria , la Familia , con el fin
dominar el mundo entero, manifestándose
bajo cualquier rótulo; comunismo, capitalismo, progresismo, liberalismo,
democratismo, marxismo… El que cree saber política porque lee todos los diarios
y escucha todas las noticias, y los acepta como verdades, está errado,
y es manipuleado