lunes, 13 de octubre de 2025

 

ARTE

Padre fray Mario Petit de Murat.

Clase 5ª.

Elemento que integran el arte: vamos a tomar como punto de referencia el arte griego. En el siglo XIX al arte griego no se lo consideraba un “arte” sino “el arte”. Se consideraba que el tipo de belleza más perfecto era el griego. Se lo tomaba como ley artística, módulo de todas las artes. Los sajones y los arios tienen también su gran belleza, distinta del griego, muslo corto respecto al tórax.

En un tiempo se creyó que los artistas griegos sólo copiaban la naturaleza con gran habilidad manual y que allí residía su arte. Los artistas que, deseando imitarlos aplicaron estas leyes, llegaron a resultados horribles. Demostraron con ello que el arte griego era muy elaborado: esa cadencia de los tobillos, las caderas, los brazos, era una música maravillosa creada por ellos.  Los griegos comprendieron y expresaron la musicalidad del cuerpo humano. No hicieron una obra de arte para hacer un cuerpo, sino que hicieron un cuerpo para hacer una obra de arte. Como tomaron patas de caballo y lograron la obra más magistral en el friso de las Panateneas del Partenón. Los ritmos compuestos en círculos son una sinfonía de Beethoven, empujados por inspiración ardentísima. No se crea que copiaron la naturaleza. La obra es falsa en el orden natural pues esos caballos caerían. Aquellos que comenzaron a copiar, deseando imitar a los griegos, llegaron a un desastre.

Leonardo da Vinci tuvo mucho la culpa.  Tomaron la anatomía como fuente del arte y resultó una carnicería: cuerpos llenos de músculos y tendones. Una obra de arte griego en su apogeo es tan elaborada que echa por tierra toda idea de copia. La curva de un cuello es de una belleza elaborada.

La habilidad manual va apareciendo en las decadencias, habilidad manual   con ausencia de inspiración. Los artistas de la decadencia no tienen nada que decir y comienzan a hacer rulitos, moñitos, etc. En cambio en el arte griego los músculos son como modulaciones líricas. ¡Lo que es un pectoral del Doríforo de Policleto! Es una lÍnea armonizada con la curva del tórax  que hace un ritmo de campanas. Luego en el siglo IIº aparece la prolijidad del músculo.

EL ARTE HUMANO CONSISTE EN HACER BELLEZA.

¿Qué es belleza? Los realistas dicen que belleza es la verdad (Roddin). Otros que es la vida, lo que es totalidad exhaustiva. Eso no lo puede especificar ni un arte, ni una ciencia, porque la vida es universal, lo que da origen a todas las actividades humanas. En el tiempo moderno se llama vida a las pasiones. Para ellos la Venus de Milo es fría y Scopas es vida porque expresa pasión.

El arte es “hacer belleza”. Arrebatar este atributo divino ¿Puede el hombre hacer “belleza”?  La belleza es algo soberano, trascendental del ser ¿Puede el hombre de algo que no era bello, hacer algo bello? El hacer exige ante todo una idea a hacerse. Si no hay idea la voluntad no puede moverse a operar. Es necesaria la idea ejemplar. Pero no basta. Es necesario un poder realizarla, algo en qué poder realizarla. La belleza tiene que estar en la idea de manera prominente y tienen que estar en algo que admita esa idea: la materia.

El hombre extrae sus ideas de las cosas, y fundidas en su espíritu, exclamadas por su espíritu, puede producirlas. Hay algo más. ¿Dónde está la belleza? Belleza es el esplendor de la forma (la idea, idea ejemplar a ejecutarse). La belleza no es la idea, sino el resplandor de la idea.

Hace falta la materia dócil que admita esa idea.

La esencia de la obra de arte será la inspiración, la fuerza motriz a realizarse con su voluntad. El hombre está vacío, recibe sus inspiraciones del universo y se lo tuene que dar. Está como un punto entre dos realidades maravillosas que lo solicitan: el universo (es receptivo del universo) y la materia. El hombre necesita la idea para crear y la materia que tenga bellezas latentes para sacarlas a flote.

Muchas obras religiosas no son de inspiración religiosa.  El Apolo de Praxíteles nada tiene que ver con inspiración religiosa. Significa la juventud. El artista puso concepto metafísico del hombre pero no de Dios.

 

(CONTINUARÁ)

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