Leer, estudiar, pensar para que
la indignación caliente nuestro ánimo y nos lleve a repudiar ardorosamente la
corrupción impune y el cipayismo entreguista de los traidores liberales; amando cristianamente al prójimo más necesitado, fundamento de la justicia social y la convivencia
fraterna.
¡PARA VOLVER A VIVIR COMO CIVILIZADOS Y PATRIOTAS EN UNA NACIÓN JUSTA,
LIBRE Y SOBERANA!
¡PARA QUE SEA RESPETADA EN EL MUNDO ENTERO, DEBEMOS
ACABAR DE RAIZ CON EL LIBERALISMO!
A continuación copio
el capítulo “La Disipación”, del libro del Padre Juan Sepich “
De alguna manera, estos
párrafos del Padre Sepich, rango aparte , se relacionan con el artículo de
Julio Camba, escrito con puro sentido común, que tiempo atrás publiqué : “La mecánica como civilización”.
EL
DRAMA DE
La disipación es una
señal inconfundible de la convivencia actual. La necesidad de vivir hacia fuera
está fundada en la naturaleza política del hombre. La soledad es divina o
bestial ; nunca de otra manera . Transformar, empero, la disipación en la única
norma de vida humana , sería negarse la posibilidad de tener acceso a una
interioridad que implica ser por dentro algo mejor que por fuera.
El recogimiento se
funda, pues, en que el hombre tiene además de la insuficiencia que lo lleva
hacia fuera a convivir y disiparse , una
vida espiritual interior que lo lleva hacia adentro y recogerse.
El liberal es el
hombre contraído , más no recogido . Evita la dispersión de los esfuerzos hacia
fuera , más no para recogerse dentro sino para concentrarse en uno sólo de los
puntos externos . La falta de recogimiento es consecuencia del horror natural
al vacío y soledad de ausenci ¿Qué va a buscar el hombre del
liberalismo en su interior ? Allí no tiene a Dios , no tine vida espiritual
insondable , ni artística ni filosófica . El recogimiento equivaldría a
retirarse al desierto en el cual está privado de su única razón de vivir ;
gozar de lo externo.
La vida espiritual,
en cambio, atrae hacia sí, hacia lo interior; hacia una soledad que es rica en
la presencia de todo lo que el espíritu puede ansiar. El recogimiento es un
descanso de la fatiga externa y aun del placer externo. Esta falta de
recogimiento en el hombre liberal y en el hombre común tiene la misma raíz.
Cuando la avalancha
de los resentidos arrojen al hombre mejor a la impotencia y lo releguen a su exclusivo
recogimiento , por la fuerza , entonces podrá surgir en este desplazado , una
conciencia nueva de lo que debe ser el hombre para poder convivir . Volverá a renacer
en el recogimiento , la conciencia de que la vida espiritual establece las
condiciones para ser mejor.
Con posterioridad al
choque de las fuerzas en lucha, el recogimiento hará posible reencontrar el camino de lo mejor, en el reencuentro de
El tema que obliga a
repensar las actitudes es éste. ¿Lo harán en el recogimiento de hombres capaces
de aun reaccionar de la miseria espiritual liberal ? Muy de temer que no
busquen el recogimiento antes de verse obligadamente echados a la soledad y
alejados del consorcio de las cosas de que ahora se han rodeado para hacer
placentera la vida . Los síntomas de haber comprendido esto no son todavía
visibles, y quizá haya conciencias que entrevén , más aun , que ya viven ; pero
la convivencia social no ha tomado conciencia de esta necesaria actitud.
Enfrentados ya con la
ola que los va a cubrir, se proclama en demasiado alta voz que no se está con
los extremismos. Esta ceguera es típica ceguera liberal que huye de la
“exageración”. Si decís a un liberal que únicamente Cristo puede redimiros, os dirá que exageráis. Para el liberal hay que
ser “ más justos ”.
Hay que conceder
también algo a Mahoma, a Confucio, a los grandes de este siglo. Si asoma en la
conciencia social el signo del recogimiento , se acerca la hora en que los
hombres pueden encontrar el verdadero
camino para ser “ mejores ”. Estos “ mejores ” no son privilegio de ninguna
condición económica, ni de clase social o grupo alguno. El hombre mejor puede
surgir en todas partes, si la convivencia es ordenada. Pero en su comienzo
surgirá en aquellos cuya capacidad de recogimiento demuestre que no han
extinguido en sí la centellita del espíritu. +
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