lunes, 19 de septiembre de 2022

 

DUELO  NACIONAL

 

¡Murió el Rey, viva el Rey!

Para adaptarse a las circunstancias actuales, los ingleses  deberían individualizar a los personajes gritando: ¡Murió Isabel, viva Rotschild!, para que este magnate continúe aportando su incalculable fortuna, y asumiendo la función real , pues el rey es sólo la cabeza nominal del Imperio ¡Los dólares gobiernan!

 

Una historia nefasta

Luego del sainete protagonizado en nuestro país por la reina del afano, para no ser menos, los ingleses pusieron en escena  un melodrama que se repite desde hace siglos; hoy protagonizado por Isabel II, la reina inglesa del afano y de las canalladas imperialistas.

Las necesidades políticas actuales imponen mucho circo y poco pan, para solaz de la plebe, y engorde de los políticos.

La historia nos recuerda que bajo el patrocinio espectral de Enrique VIII, cuya soberbia se sublevó contra la Cristiandad, la política inglesa protagonizó una historia nefasta, inspirada en la anglicana noción veterotestamentaria y anticristiana de la predestinación de los ‘santos’ (con dólares); en el furor anticatólico de la masonería; y en el poder insaciable de los mercaderes y banqueros de la City,

 

Gobiernan los banqueros

Estos elementos crearon una monarquía protestante, oligárquica y corrupta, de los ricos contra los pobres, dominada totalmente por la nueva ‘nobleza’ enriquecida; infiltrada y dominada, a su vez,  desde Cromwell, por los intereses y el predomino judío sobre el protestantismo; (como sucede con todas las sectas protestantes, que son más judías que cristianas)

Luego de Cromwell, escribió Traian Romanescu en “Traicón a Occidente”: “que Gran Bretaña se constituyó en  bastión del judaísmo, que dio vida y auge al imperio inglés… Fue la masonería, dirigida por los judíos, la que instituyó el sistema parlamentario que le permite dirigir el imperio al margen del rey”. Principalmente desde que asentó sus reales en Inglaterra la familia Rotschild.

Al punto que, durante el siglo XIX, escribió Osvaldo Spengler (Decadencia de Occidente  )  “existían familias protestantes inglesas de la nobleza, que se consideraban descendientes del rey David “.

Esta judaización es consecuencia natural de la ideología protestante; y explica varios acontecimientos acometidos por el imperio anglosajón, principalmente durante los larguísimos 70 años del reinado apocalíptico de Isabel II; durante el cual, Inglaterra exacerbó su agresión contra Europa y la Cristiandad, aplicando una política imperialista absolutamente criminal, en nombre de la libertad y la democracia.

 

La monarquía inglesa, simple comparsa

Gobernaba la oligarquía con Rotschild a la cabeza, e Isabel era la imagen agradable, la figurita decorativa del imperio. No  ejercía ningún poder ejecutivo; era simplemente una añeja marioneta en un ambiente de opereta vienesa. La mantenían preservada  con un lujo insensato en un castillo encantado; aparentando ser el hada buena, sonriente y alada, o la abuelita piadosa. Rodeada con soldaditos graciosos, que diariamente le rendían pleitesía, ante los boquiabiertos turistas cipayos, que chorreaban lágrimas de emoción.

Con esta imagen, tierna e idílica, exhibiéndose con oropeles de utilería, Inglaterra pretendía neutralizar y limpiar ante el mundo su infame prontuario cargado de crímenes. La hacían aparecer sonriendo, como cualquier vulgar político democrático que necesita contagiar inocencia, optimismo, seguridad, confianza, ternura… para que el pueblo amándola a ella ame al imperio.

 

Preservando su virginidad política.

El mundo se está debatiendo contra la política diabólica implementada  por los grandes personajes “democráticos” del primer mundo .Se los presenta como buenas personas, filántropos, que desean nuestro bien… Pero, desde que repudiaron a Dios,  creen que  todo  les está permitido: bombardear poblaciones indefensas, infamar al  que desean aniquilar: el aborto, la eutanasia, la drogadicción, la corrupción política, etc. etc. Pero si ,  se descubren sus infamias y crímenes, siempre sacan de la galera pretextos para justificarse.

Asi se impuso la política inglesa bajo su reinado, y así difundieron  la imagen de Isabel  impoluta, al margen de las atrocidades de esa política imperialista ¿Y qué actitud tomó esta encantadora reina de zarzuela ante tales aberraciones fomentadas por su propio reino?

 

Un reinado ignominioso.

¿Fue culpable o inocente? Afirman los ingleses, con unción mística, su inocencia ;  pues la veneran como a una diosa del Olimpo, con su foto en todas las oficinas públicas. Pero ¿es posible que durante 70 años haya vivido en las nubes, sin enterarse de las agresiones imperialistas de sus súbditos? Sin sentir curiosidad por conocer los avatares de la política inglesa?

No ejercía función ejecutiva, ni los banqueros hubiesen permitido que la ejerza.  Ella, debía quedar al margen de la política imperialista, sin dar la cara.

De  haber sido una mujer virtuosa, con claro criterio moral, y sentimientos humanitarios, y cristianos, necesariamente hubiera levantado la voz escandalizada para detener tantos ultrajes contra poblaciones indefensas. Pero ella no era cristiana, sino protestante y cabeza de la masonería. Y contra  estos hechos no valen argumentos.

¿Calló `por ignorancia, desidia o complicidad malvada? Quizá por todo a la vez. Soportó la vergonzosa demolición de su familia de corruptos, y alentó`, con su silencio, las tropelías inglesas por el mundo, para seguir disfrutando de una vida regalada… ¡robada!¡ O para alimentar su perversidad anglicana y masónica!

 

La pandemia sarmientista.

Como era de esperar, de todo el mundo llueven actualmente alabanzas a su imagen enternecedora. Los cipayos argentinos, émulos del unitarismo, serán los más fervorosos, y la llorarán como a su propia madre, manteniendo incólume el  cipayismo sarmientista que los define. Aunque indudablemente si tuvieran intención de viajar, sería para lamerle las chancletas a  Rotschild; quien maneja  los subsidios a los coloniales.

La pandemia sarmientista filoinglesa, es la peor peste que afecta a los lame culos argentinos. Es la esencia ideológica del liberalismo cipayo, que se mantiene vigente, y continúa afectando a los políticos liberales

 

Fin de la Opereta

Murió la reina pirata ¡Viva Rotschild!  De ahora en más el protagonista será Carlos, a quien suponen un hombre incapaz de asumir cargos importantes, pero buen pelele, elegido a medida para satisfacer las intenciones de los que gobiernan el imperio.

Tras la imagen idílica de Isabel II difundida por el periodismo, me recuerda a su antecesora homónima la reina amante de piratas, la asesina de María Estuardo,  fervorosa protestante, déspota demencial, enemiga de la Cristiandad.

Los argentinos debemos repudiar su vergonzoso cinismo por haber gobernado perversamente, con su apariencia sonriente y despreocupada, al maldito imperio anglosajón. Mezcla explosiva judeo/calvinista ya acecha la Patagonia y la Antártida argentina, que sin armas y con jefes cipayos, no podríamos defender.

Que Dios haga justicia con ese pueblo de piratas, pérfido enemigo centenario de nuestra patria. Y sea misericordioso con todos.+

*

 

REQUIEM IRLANDÉS

El pueblo irlandés es uno de los que más sufrió la agresión criminal inglesa. Publico a continuación unas palabras de quien fuera un patriota de ley, con ancestros irlandeses, director de la revista ‘Informes sobre Masonería’ (Nª 45, diciembre 1987),gran conocedor de la política inglesa, que vienen como anillo al dedo:

[…] Ya salvo excepciones, no existe más el orgullo inglés de la pre-guerra, y las nuevas generaciones que surgen, ya ni siquiera vivieron en aquellos tiempos de “Britania Rule the Waves”, y ven como deben emprender dura lucha para ganarse la vida, al tiempo que observan un ridículo oropel carnavalesco medioeval, de coronamientos, casamientos, reales, funerales reales, apertura de parlamento para que la reina lea un mensaje que le impuso el primer ministro, visitas aparatosas a la City de Londres, bodas de príncipes y duques, desfiles de soldados muñecos ataviados a la usanza del año mil, el cambio de guardia del Palacio, que sólo sirve de divertimento de turistas tilingos, pequeñuelos y brutos ingleses provincianos del interior, pero que causa vergüenza a cualquier ser razonablemente democrático. Naturalmente que el mantenimiento de este carnaval cuesta millones de libras esterlinas, afectando la víscera más sensible del inglés;: el bolsillo.

[…] Toda la nueva generación inglesa, con unos cinco millones de desocupados tienen la sensación que la superestructura oligárquica pretende mantenerla atada a un pasado que consideran ridículo y engañarla para mantener toda esa constelación de vagos y especuladores  que hasta hace pocos años, trabajaba poco por cuanto era mantenida, con cinco comidas diarias, con la sangre que el imperio chupaba a todos los pueblos dominados… +

 

 

 

 

 

 

 

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