martes, 29 de septiembre de 2020

 

La hechicera endiosada.

La diosa democracia revolotea majestuosa sobre Argentina, meneando su belleza allá sobre las nubes del Olimpo. Y como toda diosa que se precie, tenía su propia secta religiosa, mantenida por los buitres;   y la consecuente pléyade de chupacirios fanatizados que mirándola lujuriosamente exclamaban: ¡Gracias a ella todos somos libres y podemos votar! ¡Somos soberanos y decimos lo que se nos ocurra! ¡Estamos alfabetizados porque ella nos educa con la TV! ¡La democracia es una diosa maravillosa y única!                                                                                                                         

Pero sucedió que un patriota –los patriotas piensan-, se dijo: -hace 170 año que esta diosa gobierna y  ya estamos al borde la  extinción-. Y se llenó de tan gran indignación que le pinchó de un hondazo la nube donde la Diosa asentaba sus majestosos atributos reales, mientras caía en picada gritando obsenidades como una rea: ¡Son los nazis!! ¡Son los nazis!                                                                                                

Ya en tierra, aplastada contra el suelo, quedó tan despatarrada que ¡Oh sorpresa! Se disolvió su maquillaje, su blonda peluca cayó tirada por un lado, dejándola calva; los postizos siliconados por otro. Ya sin tapujos, se descubrió la pavorosa realidad: ¡no era una diosa!, era un ser maldito, una hechicera, enjuta, oscura y retorcida; era la mantenida del Régimen para someter con sus conjuros a lo abribocas de la TV. La bisabuela inspiradora de las brujas de  Plaza Mayo y alrededores.                                                       

Al caer se desparramaron documentos donde constaba que la diosa Democracia repartía generosamente dinero a manos llenas sólo al grupo de medios periodísticos gubernamentales, o sea a sus seguidores, que vivían a costilla de ella, los liberales, marxistas, cipayos e inmorales en general, para que continúen confundiendo y engañando desde el monopolio periodístico gubernamental. Dejando sin voz a los patriotas, imposibilitados de hacerse oir ante el pueblo.

Libertad de prensa.

Un ingeniero me regañó: vos podés tener tu blog porque vivimos en democracia. Lo cual parecería tener cierta verdad, pues si hubiera vivido en la URSS, por ejemplo, hubiera estado mandando cartitas manuscritas desde Siberia. Pero es una admonición fundamentalmente falsa. En Argentina las voces patriotas son silenciadas por el tronar del periodismo gubernamental. El pueblo, materialmente, no las puede oir. Es la confabulación del silencio. La situación argentina es como tirar el país en una zanja, al costado de un camino solitario, donde nadie oirá sus lamentos, para que muera de inanición.

La democracia pregonada por el Régimen tiene hechizado al pueblo. Es una parodia de la verdadera democracia. Cuenta con recursos financieros provistos por las multinacionales extranjeras, a través del Régimen, para poder subsistir. El gobierno distribuye dinero a manos llenas al periodismo que lo  apoya. Tal cual el informe de Henry Coston respecto al periodismo en Francia, que comenté anteriormente.  Subvencionan a los que ocultan las informaciones verdaderas y esenciales:  empleando inclusive la difamación contra los disidentes.                                                                                       

Los recursos económicos son disímiles y abismales entre el periodismo subvencionado por el gobierno y el periodismo particular, mantenido con el aporte económico popular. No hay equidad alguna entre ellos. Tampoco democracia. De esta manera el Régimen puede dejar subsistir a los canales alternativos sabiendo que las verdades que propagan  llegan sólo a una cantidad limitadísima de televidentes. Es otra manera ‘democrática’, de aparentar libertad de prensa. El periodismo disidente, según la democracia, no deben existir.  Democracia y Libertad sólo para los partidarios del Régimen democrático y liberal.

A continuación una somera lista de los millones de pesos que aporta el gobierno a los medios periodísticos oficialistas, inclusive a los que aparentan oposición. Ante las pruebas no valen argumentos. No hay ni un solo peso para los medios nacionalistas, verdaderamente opositores y patriotas.

Clarin, 130 millones.- América, 50,5.-  Telefe, 122.- Nocarro, 10.- Canal 7, 16.- La Nación, 44.- Canal 13, 130.- Canal 9, 77,5.- Página 12, 33,- etc. etc.                                                                                                                                               

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