domingo, 28 de abril de 2019


SENTIDO POLÍTICO DEL REVISIONISMO.     Fundamento de la REVOLUCIÓN NACIONAL.
(Artículo publicado en la revista Revisión nº 9).

Ha sido motivo de controversia, más o menos notable, la cuestión de si el revisionismo histórico es una tarea política, si el revisionismo se ve afectado por la interferencia política, o si la política a su vez se ve afectada por la agitación de temas históricos provenientes del revisionismo.
Por eso, y mal que les pese a los que quieren encasillar las actividades del hombre, sin tener en cuenta los respectivos márgenes de incidencia en otra o en las demás, por eso decimos, el revisionismo histórico es una actividad netamente política, es quizás una de las más importantes actividades políticas a que puede dedicarse una generación revolucionaria. Y aún más, es una actividad de política práctica.

Muchas veces hemos oído decir que el revisionismo histórico es una tarea de investigación que debe realizarse en el marco sereno del estudio, y que no es de la concurrencia de un movimiento político incorporar la discusión histórica a sus tópicos. Que la gloria de tal o cual “próceres” va  a resplandecer más nítidamente, cuanto menos se agite la pasión política a su alrededor. Craso error y doble error.

Primero, porque la historia no es el frío relato de los acontecimientos, ni la recopilación prolija de los antecedentes, para una eventual canonización de cualquiera de sus protagonistas. La historia, tal como se la enseña, es la síntesis de la interpretación política de una sucesión de hechos políticos. Segundo, porque políticamente, más que la rehabilitación o canonización de un héroe negado o discutido (aunque esa rehabilitación vaya implícita y también sea concurrente), lo que importa es la interpretación política de nuestra historia, la que nos mostrará el sentido de los acontecimientos, la que nos mostrará el sentido histórico de la línea política que nos hemos trazado.


La generación que triunfó en Caseros, se lanzó enseguida a la tarea de escribir nuestra historia, es decir, a la tarea de darnos su medida de los acontecimientos históricos anteriores. Esa generación –que no era una generación de hombres fríos, de estudiosos de gabinete, sino de activos y apasionados políticos- necesitó y hallo su justificación histórica, rompió con el pasado inmediato, que era Rosas, y al cubrirlo de ludibrio, alejó de esa influencia a las generaciones posteriores. La generación del 53 creó su propio mito, el de la Argentina liberal, y asentó sobre ese mito todo el edificio del régimen. La execración de Rosas es la piedra fundamental de todo el andamiaje político del 53. Sobre esas “bases” históricas se alza toda la arquitectura del falso régimen liberal. La verdad histórica dará cuenta de ese fraude político y construirá con sus propio ladrillos la Argentina restaurada.*

Comentario del blog: el estudio de la historia descubre dos antiguas posiciones políticas antagónicas, hoy día ardientemente vigentes: la nacionalista federal, de raigambre católica e hispano/americana, que puede iluminar nuestro futuro; y la liberal/unitaria y marxista, bastarda del protestantismo, que nos entrega a la sumisión.                                                                                                                             
Sólo con la verdad histórica, que quiere descubrir las raíces tradicionales de la esencia nacional, para saber lo que somos y adonde podemos aspirar, se podrá barrer del país la lacra cipaya del régimen liberal que la falsificó, para justificar su traición política, y el repudio a nuestra identidad.                                                                                          
Si el revisionismo histórico nacionalista no tuviera sentido político, sólo serviría para estimular fantasías,   inspirando a historiadores, ciegos de prejuicios, a escribir perversas novelitas infamantes con intenciones políticas. Así escribieron y escriben la historia falsificada los liberales, y también los marxistas, como una novela histórica, omitiendo los hechos verdaderos, la documentación que los avala, y el arte de saberlos interpretar correctamente.                                                                                                                                                          
Ahora bien, estudiando la historia patria descubrimos que la gloriosa España,  por gracia divina, descubrió, conquistó y evangelizó América. En cambio, si hubieran sido los protestantes, con apoyo judío y musulmán, luego de batir a España, los conquistadores de América latina, a sangre y fuego, como en el Norte; entonces, estimados camaradas ¡Todos iríamos a casita, a tomar mate y llorar! ¡gritando viva el ecumenismo! Y abriendo los brazos agradecidos y cariñosos a los Soros, los Rotschild y los Rockefeller, al FMI, y a las UN, y a todos los marxistas, progresistas y afeminados, para que continúen invadiéndonos, adoctrinándonos , y beneficiándonos con sus “préstamos” filantrópicos, y sus modas degeneradas, como hasta ahora. Y todos comencemos a buscar academias de inglés para aprenderá a adularlos mansa y resignadamente, como buenos “hermanos”.    

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