“LA MASONERÍA ES
LA FILOSOFÍA DEL LIBERALISMO”
“Todos
los gobiernos obedecen a los decretos de las logias masónicas”
“El
liberalismo lleva por su inclinación natural al totalitarismo y a la revolución
comunista”
A continuación las razones principales por las que
denunciamos a MAKRI, con su empedernido liberalismo, como uno de los postreros
‘Kerensky’ en la política argentina.
Monseñor Marcel Lefebvre
Naturalismo, racionalismo, liberalismo.
P
|
odéis
ver desde ya, como todos esos errores están entrelazados los unos con los
otros: liberalismo, naturalismo, racionalismo, no son más que aspectos
complementarios de lo que debe llamarse la Revolución. Allí donde la recta
razón esclarecida por la fe, no ve más que armonía y subordinación, la razón deificada cava abismos y
levanta murallas: la naturaleza sin la
gracia, la prosperidad material sin la búsqueda de bienes eternos, el poder
civil separado del poder eclesiástico, la política sin Dios ni Jesucristo, los
derechos del hombre contra los derechos de Dios, la libertad, en fin, sin la
verdad.
Con
ese espíritu se hizo la Revolución que se preparaba desde hacía ya más de dos siglos
en los espíritus, como he tratado de mostraros, pero sólo a fines del siglo
XVIII culmina y da sus frutos decisivos: los frutos políticos, gracias a los escritos
delos filósofos, de los enciclopedistas, y de una actividad inimaginable de la
masonería, que en algunas décadas había penetrado y establecido núcleos en el seno de toda la clase dirigente.
La Masonería propagadora de esos errores.
Con
qué precisión y clarividencia los Soberanos Pontífices denunciaron esta
empresa, el Papa León XIII lo demuestra en “Quod
Apostolici” encíclica ya citada, y también en la “Humanun Genus” del 20 de aqosto de 1884 sobre la secta de los
masones:
“En
nuestros días, todos los que favorecen la peor parte parecen conspirar a una y
pelean con la mayor vehemencia, siéndoles guía y auxilio la sociedad que llaman
de los Masones extensamente dilatada y firmemente constituida. (…) Los Romanos
Pontífices, Nuestros Antecesores, velando solícitos por la salvación del pueblo
cristiano, conocieron bien pronto quién era y qué quería este capital enemigo apenas asomaba entre las tinieblas de su
oculta conjugación (…)”
[Luego
de mencionar las condenas de los Papas, continúa Monseñor Lefebvre]:
Después,
deplorando la poca cuenta que han tenido los gobernantes de tan graves
advertencias, León XIII constata los progresos espantosos de la secta:
“Vemos
como resultado que en el espacio de un siglo y medio la secta de los masones ha
hecho increíbles progresos. Empleando a la vez la audacia y la astucia ha
invadido todos los rangos de la Jerarquía social y a comenzado a tomar, en el
seno de los Estados modernos, un poder que equivale
a la soberanía”.
¡Qué
diría ahora cuando todos los gobiernos obedecen a los decretos de las logias
masónicas! (Tampoco se debe excluir a los países comunistas, ya que el partido
comunista es simplemente una sociedad masónica, con la única diferencia que es perfectamente
legal y pública). Ahora mismo en el asalto de la Jerarquía de la Iglesia, el
espíritu masónico o la masonería misma progresan sólidamente. Volveremos sobre
este tema.
¿Qué
es entonces el espíritu masónico? Helo aquí declarado en pocas palabras por
boca del senador Goblet d’Aviello, miembro del Gran Oriente de Bélgica,
hablando el 5 de agosto de 1877 a la logia de los Amigos Filantrópicos de
Bruselas:
“Decid a los
neófitos que la Masonería… es ante todo una escuela de vulgarización y perfeccionamiento,
una espacie de laboratorio donde las grandes ideas de la época vienen a
combinarse y a afirmarse para esparcirse en el mundo profano bajo una forma
palpable y práctica. Decidles, en una palabra, que somos la filosofía del liberalismo”…*
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