lunes, 6 de junio de 2016

VATICANO  II
Los efectos del Concilio se verán más tarde. Por ahora sólo estamos viendo los efectos de un ciclón. Un clero que hace lo que le da la gana, órdenes religiosas en plena anarquía, seminarios donde se aprende la teología en Teilhard de Chardin, la filosofía en Marx y la espiritualidad en Freud, un clima general de modernismo y un progresismo que destruye la fe y las costumbres, mina las instituciones, desorienta a las familias… un espíritu de iluminación gnóstica, panteísta, comunista, pacifista, que intenta transformar a la Iglesia en un hormiguero de sectas ridículas; todo esto y mucho más se nos ha convertido en algo tan natural, que ya no lo notamos. El Papa si lo advierte. Y cuando nos habla de sus “preocupaciones post-conciliares”, fácilmente podemos imaginarnos algunas…
¿Exageración? No lo creo.
¿Pesimismo? Los hechos son los hechos.

Louis Salleron.

“Ulises”, (abril 1966).