Jujuy,
sus Patios, sus Ángeles…
Y en el momento de la fundación otorgó Dios
A la muy leal y constante ciudad
Sus Santos Ángeles Custodios.
Y como el instrumento de su Divina Voluntad
Era señor Hidalgo y noble guerrero
Los Ángeles asignados fueron soldados arcabuceros…
Se apilaron adobes y crecieron casas
Se trazaron calles y plazas
Y los Ángeles compartieron la pausada y
silenciosa
Vida cotidiana del cansino villorrio.
Casas amplias
y señoriales, ricas en dignidad y pobreza
De gruesos muros encalados que parecían alzarse
sólo
Para enmarcar su corazón hecho de patio,
Palpitante y recoleto oasis de luz y de vida.
Patios poblados del color de las plantas y las
flores
De perfumes de jazmín, madreselvas y diamelas
En que el cristal del silencio se quebraba, al conjuro
De risas infantiles y melodías aladas.
Patio
donde se apeaba para demorarse el cielo…
Cielo que en el contorno de sus techumbres chatas
Era como un retazo del firmamento azul con
reflejos de oro y de plata
Que integraba el patrimonio de la heredad
privada.
Y los ángeles arcabuceros velaban la vida
Y el sueño de la ciudad provinciana.
Esto fue
así hasta que el nuevo siglo trajo
Enarcado un gigante llamado Progreso
Trastocando su ritmo cambió sus preferencias
Abrevadas en antiguas y profundas esencias.
Y la ciudad se elevó, como un desafío para
alcanzar el Cielo
Sin reparar que en el intento se perdía para
siempre
El Cielo propio, acotado en el recuadro de sus
apacibles patios.
Y llegó el ruido, el trajín sin sentido y la moda
efímera.
Casi todo se ha transformado, o a caído
Pero aún quedan algunos patios
Defendidos de la demoledora planta del gigante
Por alhajadas rejas y pesados portales.
Patios en que resuenan, propalándose en mil ecos
Las campanas del Ángelus en los cálidos mediodías
Y en las tardes serenas, y que los Ángeles
Arcabuceros
Han preferido, inexpugnable bastión morar en
ellos,
Para cumplir la misión asignada por Dios,
hasta el fin de los tiempos…
Ernesto Heritier White
(QEPD)
San Salvador de Jujuy, 24 de junio de 1986.
