martes, 16 de diciembre de 2014

¡ Qué  tiempos !
Por el  Padre M. Carmona, Acapulco, México


¡Qué tiempos tan 
raros estos                                
En que estas cosas suceden!
Yo pregunto ¿Cómo pueden
Tales cosas suceder?
Así salió murmurando
Del templo mi amigo Alfonso
¡Calla cuate, no seas sonso,
Le dije, hay que comprender!

Que en esta misa moderna,
Por satánico artificio,
Dejó de haber sacrificio
Y sólo en cena quedó.
En su capítulo octavo
Daniel nos da testimonio
De que por rabia el demonio
 El  sacrificio abolió.

Hoy por eso se nos dice
Con tanta insistencia fea
Que la Misa es asamblea,
Cena, banquete o festín;
Y que ahora el sacerdote
No es como antes oferente,
Sino sólo presidente,
Personaje de postín.

Por eso, porque no es Misa,
Se hace todo en una mesa,
Y a nadie causa extrañeza
Que hayan quitado el altar.
Por eso, porque es banquete
Se hace con mucha algazara
Y una música tan rara
Que hace a todos balancear.

Aquí mi amigo interrumpe:
‘Con razón al cura he visto
Celebrar de espalda a Cristo
Y no hincarse ni una vez’
¡Pues claro! –le dije luego-
¿Quién se arrodilla en banquetes
En comedias y sainetes?
¿A quién de rodillas vez?

Si la Misa es sólo eso,
Como lo enseñan hoy día
Se acabó la Eucaristía;
Y veo que tiene razón
Ese cura que a cualquiera,
Mando en tono autoritario:
¡Abre, muchacho el sagrario,
Ponte a dar la comunión!

Y se explica que las monjas,
De costumbres tan claustrales
Hereden de las vestales
Su asombrosa dignidad
Y que haya minifalderas
En el Santo de los Santos
Para brindar sus encantos
A la nueva cristiandad.

¡Caramba, termina Alfonso
Malhumorado y molesto-
¡Qué peligroso y funesto
Se avisora el porvenir!
Si el Sacrificio Perpetuo
Se abolió de los altares,
Correrá la sangre a mares
El mundo va a sucumbir.