SENTIDO POLÍTICO DEL REVISIONISMO. Fundamento de la
REVOLUCIÓN NACIONAL.
(Artículo publicado en la revista Revisión nº 9).
Ha sido motivo de controversia, más o menos notable, la cuestión de si el
revisionismo histórico es una tarea política, si el revisionismo se ve afectado
por la interferencia política, o si la política a su vez se ve afectada por la
agitación de temas históricos provenientes del revisionismo.
Por eso, y mal que les pese a los que quieren encasillar las actividades
del hombre, sin tener en cuenta los respectivos márgenes de incidencia en otra
o en las demás, por eso decimos, el revisionismo histórico es una actividad
netamente política, es quizás una de las más importantes actividades políticas
a que puede dedicarse una generación revolucionaria. Y aún más, es una
actividad de política práctica.
Muchas veces hemos oído decir que el revisionismo histórico es una tarea de
investigación que debe realizarse en el marco sereno del estudio, y que no es
de la concurrencia de un movimiento político incorporar la discusión histórica
a sus tópicos. Que la gloria de tal o cual “próceres” va a resplandecer más nítidamente, cuanto menos
se agite la pasión política a su alrededor. Craso error y doble error.
Primero, porque la historia no es el frío relato de los acontecimientos, ni
la recopilación prolija de los antecedentes, para una eventual canonización de
cualquiera de sus protagonistas. La historia, tal como se la enseña, es la
síntesis de la interpretación política de una sucesión de hechos políticos. Segundo,
porque políticamente, más que la rehabilitación o canonización de un héroe
negado o discutido (aunque esa rehabilitación vaya implícita y también sea
concurrente), lo que importa es la interpretación política de nuestra historia,
la que nos mostrará el sentido de los acontecimientos, la que nos mostrará el
sentido histórico de la línea política que nos hemos trazado.
La generación que triunfó en Caseros, se lanzó enseguida a la tarea de
escribir nuestra historia, es decir, a la tarea de darnos su medida de los
acontecimientos históricos anteriores. Esa generación –que no era una
generación de hombres fríos, de estudiosos de gabinete, sino de activos y
apasionados políticos- necesitó y hallo su justificación histórica, rompió con
el pasado inmediato, que era Rosas, y al cubrirlo de ludibrio, alejó de esa
influencia a las generaciones posteriores. La
generación del 53 creó su propio mito, el de la Argentina liberal, y asentó
sobre ese mito todo el edificio del régimen. La execración de Rosas es la piedra fundamental de todo el andamiaje
político del 53. Sobre esas “bases” históricas se alza toda la arquitectura
del falso régimen liberal. La verdad histórica dará cuenta de ese fraude
político y construirá con sus propio ladrillos la Argentina restaurada.*
Comentario del blog: el estudio de la
historia descubre dos antiguas posiciones políticas antagónicas, hoy día
ardientemente vigentes: la nacionalista federal, de raigambre católica e hispano/americana,
que puede iluminar nuestro futuro; y la liberal/unitaria y marxista, bastarda
del protestantismo, que nos entrega a la sumisión.
Sólo con la verdad histórica, que quiere descubrir las
raíces tradicionales de la esencia nacional, para saber lo que somos y adonde
podemos aspirar, se podrá barrer del país la lacra cipaya del régimen liberal
que la falsificó, para justificar su traición política, y el repudio a nuestra
identidad.
Si el revisionismo histórico nacionalista no tuviera
sentido político, sólo serviría para estimular fantasías, inspirando a historiadores, ciegos de
prejuicios, a escribir perversas novelitas infamantes con intenciones
políticas. Así escribieron y escriben la historia falsificada los liberales, y
también los marxistas, como una novela histórica, omitiendo los hechos
verdaderos, la documentación que los avala, y el arte de saberlos interpretar
correctamente.
Ahora bien, estudiando la historia patria descubrimos que
la gloriosa España, por gracia divina,
descubrió, conquistó y evangelizó América. En cambio, si hubieran sido los
protestantes, con apoyo judío y musulmán, luego de batir a España, los conquistadores
de América latina, a sangre y fuego, como en el Norte; entonces, estimados
camaradas ¡Todos iríamos a casita, a tomar mate y llorar! ¡gritando viva el
ecumenismo! Y abriendo los brazos agradecidos y cariñosos a los Soros, los
Rotschild y los Rockefeller, al FMI, y a las UN, y a todos los marxistas, progresistas
y afeminados, para que continúen invadiéndonos, adoctrinándonos , y
beneficiándonos con sus “préstamos” filantrópicos, y sus modas degeneradas, como
hasta ahora. Y todos comencemos a buscar academias de inglés para aprenderá a
adularlos mansa y resignadamente, como buenos “hermanos”.
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