miércoles, 30 de agosto de 2023

LA UNESCO EN 1951…

 

UNA HISTORIA “ESXCRITA” POT LOS “ALIADOS”, QUE COMENZÓ EN 1945… ¡Y AUN NO FINALIZÓ, APESTANDO!

 Finalizada la 2º guerra las fuerzas triunfadoras inundaron el mundo con aguas servidas ideológicas, iniciando su descristianización al   implantar el liberalismo masónico y su consecuente: el endiosamiento de los poderosos. Recordemos cuando Pablo VI, cabizbajo, avergonzado de su catolicismo,  declaró en la UN su profundo “humanismo integral”, haciendo de la Iglesia una institución profana como cualquier otra.

 

A continuación un artículo publicado en la Revista Estudios Nº  448, mayo 1951.

 

LA UNESCO

MUESTRA LAS UÑAS.

 Día a día la UNESCO nos sorprende con sus salidas de tono, con sus asertos paganos, con sus considerandos anticristianos, con sus actitudes nada católicas y hasta con sus obras abiertamente hostiles a Cristo y a su Iglesia. Con dineros de países católicos y apoyándose en el prestigio de países católicos, o por lo menos, anticristianos, la UNESCO lleva a cabo una campaña solapada y artera contra los católicos, contra los cristianos y aun contra los pueblos de civilización occidental.

 Hay razón para sospechar que la UNESCI es el gran caballo de Troya que la Unión Soviética ha introducido en el mundo cristiano y católico. Los famosos “Derechos del Hombre” no pasan de ser una añagaza, para engañar a los incautos, ya que su articulado es tal que las Repúblicas Soviéticas los aplaudieron, mientras que los católicos, por lo  general, se han callado. Aquí cabe el dicho: si los católicos callan malo es; y i los enemigos del catolicismo aplauden peor es.

 Eso fue ayer y con palabras fácilmente tergiversables. Pero hoy son hechos que no pueden tergiversarse. Bastará recordar, por ejemplo, la Exposición reciente de los Derechos del Hombre que la UNESCO organizó en París. En eta Exposición, según “La Croix”, prácticamente se olvidó, o por lo menos se dejó de lado, toda la historia cristiana. Un dato: para celebrar la defensa de los Derechos de los Trabajadores, la Exposición ensalzó por todo lo alto a la “Communne” de París, a la Confederación General del Trabajo, durante mucho tiempo controlada por los comunistas, a Lenín y a otros pero no mencionó siquiera a un Papa, ni a militante alguno del catolicismo social. Otro rasgo: en el apartado reservado a la defensa de la libertad de opinión se plantó la hoz y el martillo, y se adornó con el emblema de la masonería una tribuna desde la que una mujer arengó a la multitud.

 Por lo visto la libertad de opinión que le place a la UNESCO es la que existe en los países de los Miindzennty, de los Stepinac, de los Berán… Estos síntomas son graves y gravísimos. Por lo mismo, los católicos debemos protestar ante el propósito de la UNESCO de llevar la Exposición por el mundo. Visto el sesgo que lleva este asunto, periódicos como “La Croix” han escrito: El peligro que hay de que este propósito logre en el mundo popular una nefasta influencia, nos obliga a responder con un “Non possumus” a la invitación que la UNESCO nos ha hecho para que le ayudemos a propalar sus lamentables enseñanzas”.

 En Canadá, la revista “Relations” declaraba con valentía: “que la UNESCO lo sepa bien claro: no aceptaremos que entre nosotros sea glorificada, sobre todo con nuestro dinero, la horrorosa y deforme tiranía totalitaria que actualmente pesa sobre los países sovietizados y que ahoga toda libertad y todo derecho del hombre”.

 ESTUDIOS” está con “Relations” porque abomina de la mentira y de la falsía, y porque no acepta, ni aceptará jamás que una entidad supernacional de levadura anticatólica y aún anticristiana pretenda inmiscuirse en los intereses sagrados de la Patria, haciéndola aparecer como patrocinando doctrinas y actitudes anticristianas.+

 

 

  

 

ANTE EL CEREBRO EL MÚSCULO.

 

En estos días asistimos a espectáculos bochornosos; que denunciaré aunque los perros me ladren. Millones de argentinos se exaltaron eufóricos por el campeonato del mundo, sin indignarse ni protestar mientras la Patria se hunde en una vergonzosa miseria.

 

Lo inaudito es que mientras Argentina se convierte en una factoría del imperialismo arrastra en su caída el Bin Común y el bienestar popular. Se trataría de una especie de suicidio inadvertido que se inflinge un pueblo ignorante de su situación política, manipulado por la TV, y engañado por los políticos del Régimen “democrático”.

 

No somos mejores en nada trascendente; sólo en adiestrar los músculos para jugar a la pelota, donde no se requiere pensar con criterio propio. Años atrás nos asombraba la sabiduría popular de gauchos analfabetos incontaminados del desorden mental auspiciado por el periodismo. Fue una especie humana extinguida.

 

Quizá también seamos campeones en permanecer horas enteras sentados frente al televisor envenenándonos con sus procacidades y las mentiras de los periodistas asalariados. Y de acompañar nuestra soledad egoísta encerrados en un individualismo sin amor al prójimo y a la Patria, con alguna mascota, que podría ser el celular o algún bicho de cuatro patas.

 

 A continuación una nota publicada en la revista Dinámica Social; en la década del ’50.

 

L

a Universidad católica de Gorgetown, una de las más célebres de los Estados Unidos, acaba de disolver su no menos famoso equipo de futbol , causando estupor en los medios estudiantiles norteamericanos.

 

Su magnificencia el rector, Padre HunterGuthrie explicó la medida al “Saturday Evening Post”, diciendo que en todas las universidades yanquis el preparador y el entrenador del equipo de futbol gana cuatro veces más que un profesor o catedrático de notoria erudición y autor de una docena de libros. Un hecho tan triste no concuerda a su entender con las esperanzas que el mundo pone en aquel país, conduce a un déficit mental de la juventud y a la vez una postura ridícula ante toda la humanidad.

 

El Padre Guthrie es un cura demasiado moderno para poderlo considerar enemigo del deporte en general. Su santa ira se entiende recién al saber que lo que los yanquis llaman fútbol no tiene nada que ver con el deporte que en nuestras latitudes tiene el mismo nombre. El futbol norteamericano es una mezcla de rugby y cath-cas-can, un deporte que se ejerce bajo el lema “Ante el cerebro la brutalidad”.

 

Tamaño desarrollo le ha conferido al juego un enorme papel en la vida universitaria norteamericana. La juventud se decide a estudiar en una   u otra alma Mater, según la fama que tenga su equipo de futbol. El calibre del profesorado no cuenta. “El futbol está acuñando con más fuerza que las ciencias en la futura generación de hombres norteamericanos” ha dicho el rector de la famosa Columbia-University. Moscú se apoderó de esas palabras, afirmando que con ese juego los yanquis preparan una generación con “alma, instinto y reacciones de animal”. Claro está que la revista “Soviet-Sport” exagera un tanto, pero la revista alemana “Der Spiegel” (El espejo), a las que debemos estos datos, examina detalladamente el fenómeno del futbol yanqui, aplaude la decisión del Padre Guthrie, y llega a la conclusión que tan discutido juego, ejerce efectivamente una influencia nefasta sobre la mentalidad de una juventud que ahora lleva en sus hombros los destinos del mundo libre. *

 

¿Será ese juego, en el que las cabezas de los jugadores reciben más patadas que la pelota, y el que convierte a cualquier campo de deporte en una arena de escenas brutales, ya que permite todo para poner el contrincante fuera de combate, acaso la explicación del comportamiento yanqui frente a los vencidos de la última guerra?

*

 

E

l juego limpio constituye la médula del deporte verdaderamente educativo. En cuanto, empero, el juego sucio y la brutalidad empieza a entusiasmar a las juventudes, entonces hay que ponerse en guardia como el Padre  Guthrie tanto más cuando-- como dentro de nuestra idiosincrasia latinoamericana, acrisolada en la suprema dignidad del espíritu heredado de la vieja Europa—no cabe la fórmula: “Ante el cerebro la violencia”.

 

Eso de acabar con los “pieles rojas”, acabar con los enemigos vencidos, acabar con el equipo contrario en el futbol, acabar con cualquier clase de idea y resistencia contraria es seguramente más fácil que convencer y   ganar por la fuerza moral del ejemplo. Por estos pagos nos ha gustado, sin embargo siempre más lo difícil a pesar de que también en nuestro medio ciertos profesionales del deporte ganen todavía mucho más que cualquier catedrático… *

 

viernes, 25 de agosto de 2023

 

23 DE AGOSTO DE 1812

EPOPEYA PATRIÓTTICA TRASCENDENTE

AL SON DE CLARINES Y TAMBORES, CIERTO 23 DE AGOSTO, SE OYÓ EN SAN SALVADOR DE JUJUY LA TERRIBLE ORDEN  MILITAR DE QUEMAR LAS VIVIENDAS Y COMENZAR UN LENTO Y DOLOROSO ÉXODO POR EL BIEN DE  LA  PATRIA.

HUBO, RESISTENCIAS ESPAÑOLAS, ÍMPETU PATRIÓTICO, Y OTROS QUE SÓLO SUFRÍAN AL DEJAR PARTE DE SU VIDA EN LAS COSAS Y EN LA TIERRA AMADA.

EN NUESTROS ABSURDOS DÍAS SE HUBIERA LLAMADO A ELECCIONES, MANIPULADA POR UNA PROPAGANDA SOBORNADA, PARA DECIDIR EL RUMBO AVIESO, QUE HUBIERA TERMINADO CON LA RESISTENCIA PATRIA.       

PORQUE EN LOS MOMENTOS DE LAS DECISIONES VIRILES,   YA NADIE TIENE AGALLAS NI PATRIOTISMO PARA ASUMIR RESPONSABILIDADES, REPITIENDO LA HAZAÑA BELGRANIANA.

EL EJÉRCITO ES QUIEN FUNDA Y DEFIENDE LAS PATRIAS, Y EL CAUDILLO QUIEN ORDENA Y ENCAUSA A LOS PUEBLOS A SU DESTINO GLORIOSO.

 

¡  GLORIA  AL  GENERAL  BELGRANO !

¡  HONOR  AL   EJERCITO  ARGENTINO !

 ¡ BOTAS  SI , VOTOS  NO !

¡ VIVA  LA PATRIA !

 

“UNA ORQUESTA SINFÓNICA CUESTA MENOS QUE UN JUGADOR DE FUTBOL HOY, ¿QUÉ LEGADO ESPERAMOS DEJAR A NUESTROS HIJOS? LA CULTURA NO EXISTE PARA LUCRAR, SINO PARA EDUCAR. SU ESTO NO CAMBIA, EN LAS GENERACIONES FURTURAS HABRÁ GENTE SUPERFI CIAL Y MUY PELIGROSA”. +

 

RICARDO MUTI, AFAMADO DIRECTOR DE ORQUESTA.

 

viernes, 18 de agosto de 2023

 

(TESTIMONIOS HISTÓRICOS DE OBRAS IMPERECEDERAS QUE LA BARBARIE “ALIADA” NO PUEDE BORRAR).

QUEDAN LAS IDEAS Y LAS OBRAS

Por  Sempronio.

(Publicado en la década del ’50 en Dinámica Social).

Un ilustre jurista y brillante escritor italiano –el abogado Manlio Lupinacci—escribe en la revista “Época” del 19 de noviembre una nota a propósito de una ceremonia religiosa en sufragio de los caídos en todas las guerras, a la cual asistiera junto con diplomáticos extranjeros.

Durante la ceremonia, Lupinacci quedó impresionado por los comentarios que algunos de estos últimos intercambiaban acerca de las huellas  de una antigua inscripción fascista, que aparecía, muy visible aún, en una de las paredes del templo. Esta huella permitía claramente leer: “Anno Lictori VII”. Las letras, en mármol o en bronce, habían sido raspadas en tiempos de la primera liberación. Decimos primera, porque Italia fue sucesivamente obligada a gozar de otras “liberaciones”. La primera –es natural—cuando la traición la liberó de la “tiranía” fascista.

De las observaciones, más o menos irónicas que el autor de la nota recogió de labios de los diplomáticos extranjeros, se saca una serie de consideraciones que pueden resumirse en estas palabras:  Cuando un régimen cae, es costumbre,  forma parte necesaria de la victoria de los entrantes, la destrucción de las insignias y de los emblemas de los salientes. De no ser milenaria esta traición ¿cómo podrían jactarse tantos de haber contribuido a la caída de los dueños de ayer?.

 Somos lo bastante realista como para comprender que un régimen que reemplaza a otro con un procedimiento extra legal, culminando en verdaderos choques callejeros, de desahogo a la violencia de las pasiones  . La  embriaguez de la victoria , embistiendo todo cuanto directa o indirectamente pueda representar al enemigo.

Pero en el caso del golpe de estado contra el fascismo –que ocurrió, como es sabido, el 25 de julio de 1943--, las cosas sucedieron de una manera un poco distintas. El cambio de la situación no estuvo precedido, ni  acompañado, por revueltas ni sublevaciones. Nada de barricadas, nada de choques sangrientos, nada de épicas pasiones populares.

La multitud, --la masa popular—de Roma y de las provincias más importantes esa noche no se movió. Al ser de dominio público el comunicado oficial, con un estilo inestimablemente burocrático anunciaba la dimisión del caballero Benito Mussolini  y su sustitución por el Mariscal Badoglio, solamente pequeños, aunque numerosos grupos de exaltados se pusieron a recorrer calles y plazas. Detalle interesante: el grito más frecuente no era “¡Abajo el fascismo!”, sino “¡Abajo la guerra y viva la paz!”.

Luego, todos se fueron a la cama, convencidos de haber participado personalmente en el derribo del gigante. Todos, menos los jefes de los partidos adversarios –a quienes el Régimen había tolerado magnánimamente--, también ellos sorprendidos por los acontecimientos, y ansiosos de ocupar lo más pronto posible los puestos de primera fila. De allí la urgente necesidad de preparar las atropelladas y “espontáneas” demostraciones populares de los días sucesivos.

Así fue como se desarrollaron las demostraciones de los dos o tres días subsiguientes al 25 de julio. Como primera medida fueron derribados emblemas e insignias, haces lictores y tarjas conmemorativas de grandes hechos, de obras imperecederas, de héroes. Fue dicho: “Por furor del pueblo”. Pero este pueblo era el mismo que, dos meses antes –el 5 de mayo—invadió la plaza Venecia alzando los brazos, en actitud de ofrenda a sus niños, a fin de que Mussolini estuviera reconfortado con la resistencia bélica; el mismo pueblo que, cuarenta y cinco días después, aclamaba a Mussolini cuando la noticia de su liberación: el mismo que se agolpará delirante en las calles de Milán durante su última visita oficial. El mismo pueblo, en fin, que asistirá con cruel indiferencia a las vejaciones que grupos de desaforados—obedeciendo órdenes extranjeras—hicieran a su cuerpo y a la de sus fieles.

Mientras tanto, arrestar a los fascistas más peligrosos: suprimir algunos entre lo más representativos, como ocurrió con Ettore Muti, el incomparable héroe de cuatro guerras, y como ocurrirá después con el gran filósofo Giovanni Gentile.

Es de notar que muy pronto el auténtico pueblo se cansó de derribar emblemas: muchos fingieron no verlos: muchísimos los eliminaron de tal manera que al cabo de diez años siguen siendo visibles y legibles, como aquel que menciona el escritor Manlio Lupinacci. Y eso pasó no porque al primer ímpetu sucediese un natural cansancio, sino por una causa muy distinta y profunda.

En aquella última semana de julio –no obstante haber hipócritamente asegurado el comunicado oficial que “la guerra continúa”— el pueblo comprendió perfectamente el íntimo significado que los autores del golpe de estado daban a la lucha contra el fascismo: la eliminación de Mussolini representaba el fin de la guerra, la paz a toda costa, el cese de los atroces bombardeos, la abundante reaparición del pan, de los medicamentos, del café, de los cigarrillos.

Por eso, --como ya dijimos—el 25 de julio y los días subsiguientes no se gritó tanto “¡Abajo el fascismo!” como “¡Viva la paz!”. Las manifestaciones más encendidas de odio contra fascistas y alemanes no se debían tanto a la veinteñal “opresión” de los primeros, ni a la férrea disciplina impuesta por los segundos, como al hecho de que, tanto en unos como en otros, el pueblo veía el principal obstáculo en el camino de la paz.

Y llegó, finalmente esa invocadísima paz coronando la “liberación”. Pero cualquiera sabe que es lo que esa paz aportó a Italia. Cualquiera sabe lo que fue la “liberación” en el paso, desde Sicilia hasta Lombardía de tropas de tres continentes. El pueblo vio, observó, consideró y sacó sus conclusiones, aunque sin rechazar el frenesí de la “liberación”: aún maldiciendo el fascismo, porque estaba de moda y causaba placer a los libertadores. Pero no fueron pocos los que, desde un principio, se plantearon el problema de si tales maldiciones eran originadas por daños efectivos sufridos durante el infausto “veintenio” o bien por el hecho (aunque también esta es una culpa) de no haber sabido el fasismo preparar  a la nación de modo que pudiera cortar el paso a aquella bendita “liberación.

La cual deleitaba al “bel Paese” bajo el patrocinio de la cruz de San Andrés, de la bandera estrellada, del gorro frigio, de la hoz y el martillo.

Y la duda sobre la verdadera naturaleza del antifascismo que la mayoría de los italianos manifestó después de las “liberación”, se justifica plenamente pensando que el Régimen no fue derribado por razones internas ideológicas, políticas, sociales, económicas, sino esencialmente por desconfianza en el éxito de la guerra, y por representar su permanencia en el poder una demora en la consecución de la paz.

Por esto, la destrucción de las insignias, de los símbolos y las ofensas a los monumentos, cedieron paso a la más honesta valoración por parte de la mayoría del pueblo, mientras seguían constituyendo la base de la intransigencia y pureza política en los programas propagandísticos de los multicolores partidos.

Si para complacer a los aliados y desacreditar al fascismo se llegó casi a denigrar las batallas de Etiopía, de Grecia y de Rusia, de modo que permanecían casi ignorados Queren y Amba Alagi, las montañas del Epiro resonantes de homéricas gestas de los alpinos, el infierno de El Alamein, donde los muchachos de la Folgore y los Jóvenes Fascistas renovaban antiguas leyendas, y las llanuras del Don sembradas de proezas de la caballería ¿Cómo pretender que se respetasen los recuerdos marmóreos del Imperio y de la guerra de España?

¿Cómo pretender que se respetasen las lápidas con las fechas de fundación de ciudades universitarias, de centros industriales, de grupos de hospitales, de acueductos que sacian regiones enteras, de desagües que hacen florecer nuevas tierras, de caminos que enlazan zonas distantes e inseguras?

¿Cómo pretender que quedasen visibles los haces lictores que ornaban los edificios de las grandes instituciones, tales como la Maternidad y la Infancia, el Dopolavoro, la Protección de la Invalidez y de la vejez, las colonias montañosas, marítimas y fluviales, los grandes diques para producción de energía eléctrica?

Borrar, borrar todo, fríamente, racionalmente, y lo más pronto posible .   ¿Pero cómo se hace para olvidarlo todo? Los partidos pasan, con sus amores y sus odios, y las obras permanecen.

Aquí había un nudo de sórdidas callejuelas, y ahora se abre la gran calle solar que, nacida entre el Capitolio y el Quirinal, alcanza el Coliseo y el Arco de Constantino y se prolonga hacia el mar, saludando los Foros de Trajano, de Nerva, de César y aquel otro, el mayor, con las rostras, y la Basílica, y el templo de Antonino y Faustina, y el palacio de Septimio Severo.

Aquí había herbajes y malezas y ahora se yergue el gran Foro, rico en estadios, piscinas, juegos olímpicos, edificios que repiten el esplendor de la antigua Roma, vigilado por un pueblo de estatuas.

Aquí había un inmenso pantano, donde se apagaban los lamentos de los condenados por Circe y se ahogaban las iniciativas de emperadores y pontífices. Ahora está una provincia entera, rica en mieses, en viñas, en huertas, en fábricas, con cuatro ciudades hirvientes de obras.

A las puertas de aquella ciudad del norte había una colina, y ahora se extiende una gran llanura ocupada por los más modernos y equipados talleres y astilleros.

Borrar, borrar. Los adversarios políticos tienen plena razón en rechazar todo cuanto recuerda los “veinte años”. Pero han transcurrido diez apenas; será necesario que se resignen a esperar otros tantos para que la obra de la esponja y el pico puedan cumplirla…

Mientras tanto, se conforman con cambiar nombres. Y es así como la inmensa obra del Régimen sigue íntegra, a pesar del cambio de etiqueta. La nomenclatura no resultaba bastante democrática para organismos que se interesan por el pueblo. Sabido es: los tiempos cambian, y tienen sus exigencias. Y la democracia tiene tantos cuantos son los antojos de las vírgenes vestales que  la custodian.

Pero hay otros símbolos –si bien simples fechas—que jamás podrán ser borrados.

Por ejemplo: ¿cómo borrar las fechas de publicación de las obras maestras de Benedetto Croce, aparecidas precisamente en aquel terrible período en que les era prohibido a los antifascistas inclusive la más inocente manifestación cultural? ¿Y las obras jurídicas, históricas filosóficas, estadísticas que constituyeron la base científica de la organización sindical y corporativa ?.    La escribieron lumbreras de los más opuestos sectores: muchísimos no fascistas, muchos antifascistas: todos los que hoy ocupan sillones de jueces condenadores. ¿Cómo borrar la fecha de aquellas infinitas dedicatorias a menudo ni siquiera solicitadas?

Y el conjunto de las leyes sociales que siguen despertando –y lo harán más en el porvenir—el interés del estudioso del mundo entero, no cambiará de naturaleza ni de espíritu, aun reeditándolo en papel “made in England”.

¿Y los códigos? Ni siquiera los más geniales antifascistas de hogaño que en ellos colaboraron con cultura y sabiduría son capaces de encontrar un descolorante que satisfaga su legítimo deseo de olvidar y hacerse olvidar .   ¿Y qué habilísimo y sutil demócrata cristiano logrará penetrar en los archivos vaticanos para hacer saltar los grandes sellos de los tratados de Letrán y reemplazar los haces lictores con el escudo cruzado?

Y más aún. No son los símbolos amurallados en los cimientos de puentes, calles, universidades, hospitales, diques los que deben buscarse. No tampoco aquellos impresos sobre los documentos que ya constituyen el patrimonio de la historia. Todo este encarnizamiento, al fin y al cabo, no resuelve absolutamente nada: como tampoco no se solucionaría nada si por un imprevisto viento de locura, una ley extraordinaria autorizase la restauración de todos los emblemas fascistas.

Cuando en 1871 París creyó afirmar sus derechos populares derribando la estatua de Napoleón erigida sobre la columna Vèndome, no hizo nada más de lo que hicieron los restauradores, cuando, cuatro años después volvieron a colocarla en su lugar. No era el boleto de ida y de vuelta otorgado por el capricho popular a una estatua lo que importaba: importaba el valor simbólico del bronce de los cañones de Marengo fundidos en la alta columna.

Cuando los partidarios de Tito rasparon los leones venecianos no hicieron nada distinto de lo que hicieron sus compañeros masacrando a los italianos de Istria en las cuevas del Carso. No lograron raspar la idea que ayer no más flameó en Trieste, tiñendo de rojo los altares de San Antonio.

También el viento del desierto tiene la pretensión de enarenar teatros y templos antiguos y sepulcros recientes, ilusionándose con cubrirlo y nivelarlo todo.

Pero llega cierto día –impulsado por quien sabe qué destino—un campesino calabrés, lucano o siciliano. Y comienza a trabajar con pala y azada. Y he aquí que la pala choca contra una lápida que lleva grabado el año de un emperador o de un jefe de legión. Luego, un poco más allá, otro choque todavía: un montoncito de huesos calcinados por la arena, y a su lado una  chapita de reconocimiento:

“Soldato Tal dei Tali, Bataglione Carristi.

Anno Lictori XX”.

Y esta fecha –este epígrafe de inmortalidad-- ¿Cómo lo borramos ?

 

SEMPRONIO.

jueves, 17 de agosto de 2023

 

17 de agosto

VIVA POR SIEMPRE EL LIBERTADOR

DON JOSÉ DE SAN MARTÍN

¡¡¡ CATÓLICO Y NACIONALISTA !!!

 


Padre Curzio Nitoglia

Anarquía, Liberalismo y Comunismo,

su similitud sustancial y diversidad accidental

 

 

La anarquía predice la rebelión contra toda autoridad, no sólo estatal, sino humana y divina, para lograr la absoluta autonomía del individuo. Su lema es: "¡ni Dios, ni amo!".

 

Su naturaleza es “la autonomía del individuo y de la sociedad sin un estado central , construida subre la libre asociación de los individuos, es decir, una suerte de miniestado federal o municipal / regional . Dada su insistencia en el valor principal de la libertad, sus defensores a menudo si se llaman libertarios o liberales radicales.

 

 

Por tanto, para los anarquistas, la autoridad que un individuo ejerce sobre otro es un desprecio por la dignidad absoluta de la persona humana. La anarquía es una filosofía o ideología liberal radical, que parte del libertarismo, se decide, en la máxima expansión de la libertad personal del individuo de acuerdo con lo que subjetivamente ve como verdadero, correcto y bueno .

 

Ya en la antigüedad griega había pensadores anarquistas. El padre del anarquismo moderno es Pierre-Joseph Proudhon, mientras que Max Stirner enfatiza el individualismo del anarquismo proudhoniano. En Rusia, el nihilismo combinado con el anarquismo de Michael Bakunin en los países latinos (Italia, Francia y España) logró una influencia considerable en las masas, pero luego fue reemplazado por el bolchevismo.

 

Vamos, la anarquía es la hiyah más extremista y “desatada” del liberalismo. En el pensamiento común "políticamente correcto", si piensas que el liberalismo es una filosofía conservadora o "abandonada", ten en cuenta que el anarquismo sería progresista y de "izquierda". A cambio, la anarquía no solo no está abierta al liberalismo, sino que lleva los principios de la filosofía política del liberalismo y los principios económicos del liberalismo hasta su último recurso.

 

La anarquía se divide en:

 

1°) anarquía moral, que propugna una moral autónoma/kantiana ( Crítica de la razón práctica ), inmanente al hombre, subjetivista y relativista. No hay ley o moral objetiva y natural/divina, hasta que todo deriva del individuo, que reemplaza a Dios, por lo tanto, parece bueno que el individuo sea moral o bueno. El origen filosófico de esta moralidad subjetiva se engloba en Kant ( moralidad autónoma) y se vincula así con la teología moralneomodernista de la moralidad situacional . corroborar y relativizar todas las prácticas de una vida virtuosa, cuestionar los principios especulativos.El error fundamental de la nueva moral consiste en querer substituir la moral objetiva y natural y sus reglas objetivas por las aspiraciones, sentimientos, necesidades y experiencias morales subjetivas y personalis de la conciencia individual. Ahora bien, conciencia aplica la norma moral objetiva al caso particular y no crea la norma. dependiendo de su situación individual. Por lo tanto, no es correcto decidir que la conciencia subjetiva determina y establece arbitrariamente lo que le conviene y lo que le perjudica. La línea moral objetiva y tradicional enseña que la sustancia humana reconoce a través de una conciencia bien formada lo que es objetivamente bueno y hacer, lo que es objetivamente malo y evitar.

 

Si estudiamos el objeto del que quiere liberarse el anarquismo moral, podemos dividir la moral independiente en: independencia de Dios (ateísmo práctico) , de la Revelación (naturalismo y racionalismo) , de la metafísica (empirismo sensible) , de la sanción y del vínculo ( experimentalismo ). Sí, al contrario, estudiemos las diferencias subjetivas, o las distintas formas de independencia, tenderemos a entonces: la moral agnóstica , que pasar por alto quiere todo objeto del que el hombre pueda depender y se niga a plantar el problema etico; o la moralidad escéptica , que dudade la realidad y valor de los objetos que niega y no quiere pronunciarse sobre ellos, alegando que no puede conocerlos, sólo para poder dudar de ellos; y finalmente la moral nihilista o estrictamente anarquista , que odia, desgarra y hasta con violencia terrorista combate los dogmas especulativos y los preceptos morales tradicionales, naturales, objetivos y divinos para sustituirlos por nuevas ideas subjetivistas, voluntarias, naturalistas, hedonistas, libertarias, libertinas.y materialistas, cómodos para las necesidades del individuo.

 

Aquí también vemos cómo el liberalismo o la fenomenal y sensata ilustración británica del siglo XVIII está en el origen de la moral anarquista relativista, individualista y subjetivista. Así que el anarquismo es la rama extrema del liberalismo y no su opuesto. . El neoconservadurismo, que desciende de Joseph de Maistre y Edmund Burke, pretende hacer de la ilustración o liberalismo británico, la masonería angloamericana, la revolución inglesa un pensamiento conservador de “derecha”, sustancialmente contrario a la ideología de “izquierda”, progresista. y socialista, a la masonería latina, a la Revolución Francesa y al racionalismo ilustrado francés.En cambio, entre ellos sólo hay una diferencia accidental en el modo o la intensidad, mientras que en el fondo son idénticos, como un vino tinto, fuerte y con cuerpo, y un vino blanco, espumoso y ligero, o un caballo blanco, que trucha. rápido, y un negro, que gallopa muy rápido.

 

La anarquía, como la moralidad, también puede ser

 

2°) antimetafísica, pragmática o conveniencia. Por eso, algunos buscan la metafísica por mí para sostener que sacan conclusiones éticas, que les inquietan y que prefieren ignorar para no vivir bien. Pragmática o utilitariamente han elegido el camino antimetafísico precisamente para explorar las preguntas de la filosofía del ser y sofocarla (“ noluit intelligere ut bene ageret/ no quería saber para no tener que actuar moralmente bien"), mientras Pinocho presionaba el grillo parlante contra la pared. Estudiamos todos los sustitutos de la metafísica sobre los que nos gustaría construir el anarquismo: sociología, psicología, fisiología, riqueza, riqueza, placer, honor en el mundo, solidaridad, sentimentalismo, estética, vemos cuán débiles e inconsistentes son con respecto a la perenne filosofía del ser, que resuelve las grandes preguntas que se hace el hombre: ¿Quién soy yo? ¿ De dónde vengo? ¿ Con qué propósito ?

 

Además, la anarquía puede ser

 

3°) nihilista , cuando odia, rechaza y combate (incluso con violencia terrorista individual, no organizada en guerra civil como la comunista) los dogmas especulativos y los preceptos morales tradicionales, naturales, objetivos y divinos para substituirlos por otros nuevos, subjetivistas, ideas naturalistas, hedonistas y materialistas, cómodos para las necesidades del individuo.

 

La filosofía eminente y estrictamente nihilista es la de Nietzsche, aunque los sofistas con Gorgias (“nada se admite y no se permite existir es incomprensible y por tanto inexpresable”) en la antigüedad (siglo V aC) y los empiristas con Hume (“el hombre experimenta o sólo percibe fenómenos, que no son realis entidades, fino sólo sólo que aparece a la conciencia sensible individual”) en la modernidad (siglo XVIII) mantuvieron posiciones filosóficas y prácticamente prenihilistas. Nietzsche, partiendo del supuesto de que nada es la base de todo, lleva el nihilismo a su estado perfecto y concluye que todo lo que el ser humano piensa (nihilismo lógico), hace (nihilismo moral), hace (nihilismo metafísico) no encierra sentimiento. Por lo tanto, el ser humano, el actuar y el pensador no tienen sentimiento de valor y deben ser destruidos. Por tanto, para Nietzsche es necesario destruir no sólo los valores morales tradicionales, sino también la lógica y la metafísica, que es participar, que es la criatura, que remite al Ser por esencia, que es Dios. Dios y la voluntad deicida de destruirlo, si eso fuera posible. El nihilismo representa la última etapa de la subversión filosófica posmoderna y contemporánea que comenzó con la modernidad. En el lugar de los valores teóricos y morales tradicionales, es necesario colocar los valores dionisíacos del placer desenfrenado del cuerpo y de esta tierra.El término de nihilismo es el odio contra Dios y la voluntad deicida de destruirlo ("Dios ha muerto"), si eso fuera posible. El nihilismo representa la última etapa de la subversión filosófica posmoderna y contemporánea que comenzó con la modernidad. En el lugar de los valores teóricos y morales tradicionales, es necesario colocar los valores dionisíacos del placer desenfrenado del cuerpo y de esta tierra. El término de nihilismo es el odio contra Dios y la voluntad deicida de destruirlo ("Dios ha muerto"), si eso fuera posible. El nihilismo representa la última etapa de la subversión filosófica posmoderna y contemporánea que comenzó con la modernidad.En el lugar de los valores teóricos y morales tradicionales, es necesario colocar los valores dionisíacos del placer desenfrenado del cuerpo y de esta tierra.

 

Finalmente la anarquía puede ser

 

4°) "económico" o más bien "financiero" y por lo tanto es la hija directa, contestataria, rebelde y temeraria del liberalismo y se llama " anarcocapitalismo " (cf. G. Crowder, Dictionnaire d'éthique et de philosophie morale, París, PUF, 2004, tomo I, p.68).

 

En primer lugar, es necesario distinguir claramente la sana economía tradicional de los negocios liberales . Economía significa " gobierno de la familia o del hogar domésico " (del griego " òikos, casa" y " némein, gobernar"). La familia – según Aristóteles ( Polit., A, 3, 1253b, 8-14) y Santo Tomás ( S. Th., II-II, q. 47, aa. 11-12; ivi, q. 50, aa . 1-3) - es la célula que forma el estado, se decide, un grupo de varias familias. La economía se ocupa de todo lo que la familia puede sembrar y gestionar, si así lo decide, de las relaciones .que se derivan de las condiciones de subsistencia de la familia, es decir, de las relaciones entre las personas en lo que se refiere a sus necesidades de bienes externos o de su riqueza real ( bienestar familiar temporal común ).

 

Riqueza o bienestar material se relaciona con la prudencia económica o familiar no como fin último, sino como causa instrumental , para alcanzar el fin último, es decir, la riqueza es un medio por el cual la familia se sirve para vivir virtuamente y unirse a Dios ( S. Th., II-II, q. 50, a. 3, ad 1; ibid, q. 47, a. 12). Siempre para Angélico es enteramente legítimo tener una solicitud ordenada para procurar lo necesario para una persona y para la familia y también en previsión de necesidades futuras ( S. Th., II-II, q. 55, a. 6, ad 2 ; en ella , a. 7). Sólo la preocupación desordenada (que Tomás de Aquino llamapecuniaria, comercial o crematística) ) de los bienes materiales es reprobable ya que antepone los bienes terrenales a los del otro mundo. La economía estudia clásica primero la familia en sí misma considerada y luego su bien material común (cf. S. Th., II-II, q. 47, a. 11; ivi , q. 50, a. 3; Comentario a la obra de Aristóteles Ética, lección 1).

 

Los negocios liberales o anarquistas modernis son el derrocamiento de la economía sana. Los negocios ( monetarios o crematorios ) son el arte del enriquecimiento visto como el fin último de los hombres y las familias. Mientras que la sana economía familiar sigue el orden social o política tradicional, que se basa en la ley natural, la plutocracia sigue a los negocios, que es el gobierno de las finanzas en este mundo con miras al bienestar de este mundo y non plus ultra .

 

Entre el negocio liberal y el anarquista sólo hay una diferencia accidental de velocidad y de fondo. Según Alberto Chilosi “El liberalismo, aunque busque el anarquismo individualista, está claramente desligado de él: el anarquista parece atribuir poco peso a la economía , casos como que la naturaleza abastecedora natural es suficiente para satisfacer al hombre cuando los perjuicios artificiales del gobierno fueron alienado". eliminado; no así el liberal , que mira a la naturaleza como un mar de Prometeo por conquistar. A diferencia del anarquismo, el liberalismo no cree en la supremacía de ninguna organización estatal, hasta que exige un estado mínimo ”.

 

André Gide (premio Nobel en 1947) admite que el anarquismo es el resultado de una fusión entre el liberalismo (que critica el estado, exaltando la libertad del individuo) y el socialismo (que critica la propiedad privada y exalta el colectivismo, pero a una sociedad sin clases ni estado, donde el individuo tenderá al paraíso en la tierra). Pero la anarquía supera rápidamente al individualismo liberal, sentimiento de su propia sustancia, que niega la injerencia estatal no sólo en la vida económica, hasta en todas las esferas de la vida, incluso como mero “Estado policial”, que a cambio del liberalismo debe garantizar. libertades individuales frente al mal social.Además, el anarquismo sólo discrepa accidentalmente del socialismo bolchevique, el cual, para lograr una sociedad de individuos absolutamente libres y felices sin Estado, primero debe pasar por un régimen colectivista con un éxtasis muy pronunciado.

 

La doctrina económica o más financiera del anarquismo se divide en dos escuelas: la primera admite la propiedad privada, pero despojada de la prepotencia del orden liberal/capitalista (anarquismo/libertarian-capitalist); La segunda cuestión es el colectivismo total con la comunidad del bien y la destrucción de la propiedad privada (bolchevismo marxista/leninista), pero dentro de pequeñas federaciones o comunidades autónomas (federalismo anarquista) y no en el estado "proletario" bolchevique (centralismo comunista).

 

El objetivo del liberalismo, el comunismo y el anarquismo es la libertad absoluta del hombre. Esta es la esencia que los une, los caminos para llegar a ella varían, y estos son los accidentes que los distinguen. Así, entre liberalismo, anarquismo y comunismo hay más de una analogía o "semilla disímil", donde la diversidad es esencial y la semilla es sólo accidental (por ejemplo, entre Dios, el ángel, el hombre, el animal, el vegetal y el el mineral). De hecho, entre los tres términos (liberalismo, anarquismo y comunismo) mencionados anteriormente, la similitud es sustancial y la diversidad es accidental, no son tres términos ambiguos (totalmente diferentes) ni unívocos (totalmente idénticos), sino similares, no analogicamente ya que el la plántula es más grande que la plántula.asi queliberalismo, anarquismo y comunismo son unívocos en sustancia aunque diferentes en accidentes .

 

El anarquismo es libertario y libertino, quiere las uniones libres, el amor libre, la lucha contra el matrimonio, pero inmediatamente; mientras que el comunismo y el liberalismo están dispuestos a unirse poco a poco. La mayoría de las veces es una cuestión de modo o velocidad y no de sustancia.

 

¡Atención! La sociedad civil no es totalmente exigida por el anarquismo, hasta que se acepta sólo como una extensión del individuo, como una federación de asociaciones libres nacidas del instinto humano individual . La meta es una sociedad libre, sin clases ni constricciones, pero para integrarlas es necesario pasar por la violencia, no estructurada en organizaciones sociales (como en el comunismo), hasta dejar a la libre empresa del individuo humano. El utopismo es una característica que distingue a Proudhon, Bakunin y Stirner del socialismo científico (marxista-leninista) del anarquismo.

 

Ahora es simple refutar el anarquismo. De hecho, “lo más no procede de lo mínimo, lo más perfecto no procede de lo menos perfecto”. Por lo tanto, en virtud de la sociedad nadie puede alcanzar el paraíso en esta tierra, se decide, la sociedad ideal y perfecta en la que el trabajo será agradable, el hombre naturalmente bueno y feliz, la vida siempre feliz. El anarquismo es pura utopía. El comunismo y el liberalismo son ambos, pero de una manera menos obvia. Suponen que existe una organización que ha pasado por el mundo de un estado inferior e infeliz a uno superior y noble (revolución industrial o proletaria).El orden presupone subordinación, jerarquía y sobre todo una intellencia ordenadora, cosas negadas tanto por el anarquismo como por el liberalismo y el comunismo. Además, la experiencia nos hace probar que por naturaleza el hombre se vincula más fácilmente al mal que al bien. Por lo tanto, así abandonado, no puede producir ningún "paraíso" en esta tierra y la historia lo confirma (ver el desastre y la miseria que el bolchevismo produjo, evidente e irreversiblemente, en 1989 en la URSS y el default o quiebra que el liberalismo en USA y Europa se está produciendo desde 2005 y eso ahora lo estamos viviendo todos y eso nadie lo puede negar).

 

Conclusión

El error que comparten el anarquismo, el liberalismo y el comunismo es el individualismo o el valor absoluto de la persona humana. Los dos primeros errores exaltan inmediatamente a la persona individual y tienden a minimizar los casos totalmente a la familia y la sociedad civil, mientras que el tercero absuelve inicialmente al Estado para el momento de incorporarse a la sociedad en las clases donde el individuo es el rey. Ahora bien, para combatir estos tres desvíos es necesario que su raíz: el individualismo, estudie la verdadera noción de persona y sociedad y finalmente coloque a persona y sociedad en la relación correcta.

 

“El hombre está naturalmente ordenado a la sociedad civil: en efecto, si no puede obtener lo necesario para la vida y la perfección intelectual y moral, la Providencia le ha mandado subir a la luz hecha para juntarse y unirse con los demás, tanto en la sociedad doméstica, y en la sociedad civil, que es la única que os puede proporcionar todo lo que es perfectamente suficiente para la vida". (León XIII, Encíclica Inmortal 1 de noviembre de 1855).Dei,

 

La familia, aunque autosuficiente, tiende a integrarse en la sociedad civil, cuyo fin es universal porque concierne a la buena comunidad a la que todos los ciudadanos tienen derecho en la debida proporción: "Por ella los hombres se ponen en comunicación recíproca para formar un estado". (León XIII, Encíclica Rerum Novarum , 15 de mayo de 1891).

 

El Estado es para los ciudadanos y no al revés (contra el colectivismo estatilatrico), es decir, la persona en cuanto racional, libre y espiritual no es una pieza física o puramente material de la sociedad, sino una parte de ella, como la pieza de un mecanismo, y el Estado debe respetar la dignidad de la naturalidad humana, que tiene la imagen y simiente de Dios, dotada de alma espiritual e intelecto y voluntad, y por tanto de disponer libremente del bien que la lleva a una vida sobrenatural y eterna. El Estado, por tanto, debe proveer al hombre de una vida materialmente digna, defendiendo sus derechos y su valor: la vida, la integridad física y moral, así como tiempos de comodidad, educación, etc. Pero al mismo tiempo el hombre es como las redes sociales .civis deben sacrificarse moralmente por el bien común de la patria, emprendiendo una guerra defensiva, pagando los debidos impuestos, respetando las leyes justas como civiles.

 

“En el plan del Creador, la sociedad es un medio natural , que el hombre puede y debe utilizar para lograr su fin , siendo la sociedad para el hombre y no al revés. Esto no debe entenderse en el sentimiento del liberalismo individualista , que subordina la sociedad al uso egoísta del individuo, sino sólo en el sentimiento de que, a través de la unión orgánica con la sociedad, si es posible para todos, a través de la colaboración mutua, la realización de verdadera felicidad terrena” (Pío XI, Encíclica Divini Redemptoris Promissio, 19 de marzo de 1937).

 

Precisamente en consideración a la naturalidad del hombre como "animal racional, libre y sociable" (Aristóteles y Santo Tomás), sería un grave error pensar que la sociedad civil está ordenada exclusivamente a la seguridad y el buen tiempo del hombre, sin ninguna relación con Dios. (liberalismo, anarquismo y comunismo). La sociedad civil, en efecto, no puede ignorar el fin último de la persona, tanto que la felicidad temporal ordena la felicidad espiritual , así como el hombre individual, tanto en cuerpo como en alma, no puede satisfacer sólo al cuerpo, aunque deba proveer a su alma. , que anhela un fin espiritual.

 

De la sociedad civil establecida surge la autoridad (contra el anarquismo) como propiedad necesaria de la civitas. Consiste en la facultad de hacer ojos para registrar el fin, en hacerlos observar y en castigar a los que los violan. La autoridad es, por tanto, el poder de gobernar la cosa pública , es decir, de dirigirla hacia su fin (contra el liberalismo). Para registrar este fin es necesario: 1°) que los médiums que conducen al fin se propongan de manera obligatoria ( poder legislativo ); 2°) que las cosas propuestas se apliquen convenientemente, según el sentido en que fueron propuestas ( poder ejecutivo );3°) que quienes no quieran aplicarlos y/o si se oponen a su aplicación, pueden ser obligados por la fuerza (poder judicial o coercitivo ). El poder más importante es el legislativo, siendo los otros dos ejecutivos de la ley.

 

El fin de la sociedad no es solo lo negativo de prohibir las injurias y riñas entre ciudadanos (como es el caso del liberalismo), hasta producir de manera positiva , a través de las leyes, las condiciones necesarias para tener una buena vida, se decide, un familiar bienestar material, intelectual y moral. perfección de la persona, en la que consiste la felicidad imperfecta de la vida terrena. El fin de la sociedad civil no es el fin absoluto en Dios, hasta el bien o la felicidad o la buena vida de los ciudadanos.

 

Frente a la estatolatría absolutista (comunismo), la sana filosofía enseña que la sociedad no es el fin absoluto y que los ciudadanos no están ordenados a sociedad como último recurso. Es la sociedad que se ordena a la buena comunidad de ciudadanos considerados como hombres hechos a imagen y semejanza de Dios y dotados de un alma racional e inmortal y por tanto ontológamente superiores a la sociedad (“ civitas propter cives et non cives propter civitatem ”) .

 

Frente al individualismo anarquista y liberal, la justa razón enseña que la autoridad política tiene el deber de defender los derechos de los ciudadanos y también de procurar positivamente los bienes que dignifican la vida del ciudadano y que la actividad privada no puede asegurar suficientemente, que el hombre considerado como ciudadano es parte de la sociedad y por lo tanto moral o políticamente inferior a ella. La autoridad política no debe absorber, sino proteger los derechos de la persona y la familia; interviene sólo donde la familia y el individuo no pueden avanzar (principio de subsidiariedad).

 

La persona como ciudadano está ordenada a la buena comunidad de la sociedad y está subordinada a la sociedad, como la parte al todo (por ejemplo , la mano al hombre); por lo tanto hay una cierta prioridad social/política del bien común de la persona; sin embargo, ontológicamente hablando, la persona, como su alma inteligente, libre y dotada de un alma inmortal, no es el engranaje puramente físico y material de una máquina, completamente subordinada a su función, o abeja subordinada al relleno. La persona no es solo un animal político o social, no es solo un miembro inanimado de la sociedad o un ciudadano público "burgués" o "camarada", también se trata de un animal racional, dotado de alma espiritual e inmortal, de intelecto para conocer la Suprema Verdad y de voluntad para amar el Supremo Bien. El bien de la persona individual (Dios) es superior al bien de la sociedad (bien temporal), pero ésta no quiere decidir que el ciudadano considerado en sí mismo sea más noble que el Estado en sí mismo considerado (liberalismo y anarquismo); el que es mas noble es el final sobre la naturalidad humana de la persona. 

 

Por tanto, frente al bien sobrenatural del ser humano, el Estado debe reconocer (frente a la estatolatría colectiva comunista) sus límites y subordinarse a este fin metafísico y metapolítico, que interesa a todas las personas racionales y espiritualmente regidas por él; mientras que, a nivel natural y temporal, cada ciudadano debe subordinarse al Estado (contra el liberalismo y el anarquismo), cuyo fin es perseguir el bien común de la sociedad. El Estado no debe poner obstáculos a la consecución del fin sobrenatural de los hombres, hasta que lo favorezca según los medios en su alcance, y el individuo no debe pretender, en nombre de un sentimiento personalista malentendido (Mounier y Maritain) de his dignidad ontológica, de hacer lo que quiera (liberalismo,

 

En resumen, se puede decidir que todos los errores actuales derivan de dos errores principales y fundamentales: 1°) Dios no existe (ateísmo comunista y anarquista) o no es providente (deísmo liberal); 2°) el hombre no tener pecado original y es inmaculado (dignidad absoluta e infinita de la persona humana). Por tanto, no hay necesidad de redención, hasta que ésta progrese infinitamente por sí misma (progreso); la sola razón le basta desde la Revelación (racionalismo); todo está permitido, la moral es autónoma y no objetiva (liberalismo); sin sacerdocio, sin Iglesia (laicismo) .En definitiva, es la destrucción de toda jerarquía justa (anarquía) y el triunfo del desorden (comunismo).

 

El remedio para estos tres flagelos de la era moderna y contemporánea es el retorno a la realidad, a la sana razón y a la recta ' doctrina social ', de lo contrario seguiremos el abismo que condujo al liberalismo, comunismo y anarquismo en estado paroxístico. . con la revolución cultural de 1968 y que tomó el poder global en el universo con el ' Nuevo Orden Mundial ' del neoconservadurismo anarcocapitalista estadounidense (1990/2014). Ahora, cuando sepa que ha venido por el camino equivocado, siga retrocediendo para seguir de cerca en la dirección correcta. Entonces, si la modernidad (liberalismo, anarquismo y comunismo) se derrumbó y fue asesinada por su propia hija, la posmodernidad (nihilismo), debemos acudir a los principios de la metafísica del ser y la filosofía política que la sigue.

 

La "política" de hoy que quiere matar a Dios (liberalismo, anarquismo, marxismo, niccianismo, psicoanálisis y estructuralismo) hay que combatirla no con el idealismo subjetivista (que quería divinizar al hombre y ponerlo en el lugar de Dios), arriba con la metafísica y filosofía política perenne y tradicional, clásica, escolástica y canónica. ¡Atención! “Tertium non datur”. Pasamos al realismo aristotélico/tomista (la persona humana no es un absoluto, la libertad es solo un medio y no un fin, el hombre también es espíritu y no solo materia), a la armonía y colaboración en la subordinación de las bellas artes entre el individuo y la sociedad. (contra el anarquismo y el comunismo) y entre el poder temporal y espiritual (contra el liberalismo) y el verdadero concepto de la economía (diferente del negocio); o uno se hunde en el mar de la nada nihilista donde todo se hunde y nada se salva.

 

DON CURZIO NITOGLIA

16 de junio de 2014