martes, 8 de diciembre de 2015

 ( Artículo publicado en el periódico “Azul y Blanco”, el 17 de marzo de l959)
MASONERÍA Y TRAICIÓN
Patricio Maguire
 E
l Episcopado ha dado a conocer la más enérgica declaración que se haya emitido en el presente siglo en contra de la Masonería que “ES CAUSA DE INDIFERENCIA, DESPRECIO Y DESLEALTAD HACIA LA PATRIA”.
      Esta traición, que no otra cosa significa “deslealtad hacia la Patria, es la directiva permanente de la Masonería, lo que procuraremos demostrar  en una serie de artículos que “AZUL Y BLANCO” comienza a publicar , con el objeto  de que, como ya lo hizo la Iglesia, otras instituciones fundamentales de la nacionalidad como las Fuerzas Armadas, los partidos políticos democráticos que no responden a directivas internacionales, las asociaciones profesionales y gremiales, etc., tengan conocimiento del origen, organización y acción de la Masonería y para que finalmente las autoridades adopten las medidas legales convenientes para poner término a las actividades de esta banda de traidores y espías, concientes o inconcientes, al servicio de una potencia extranjera.
      Desde el nefasto 13 de noviembre de 1955 comienza a invadir el rumor, sordo e inconciente primero, más claro y concreto luego, pero siempre persistente, de que la Masonería moviendo hilos invisibles dominaba la situación política de la Nación y sostenía la dictadura de Aramburu-Rojas. Si tal rumos hubiera carecido de una base seria habría desaparecido como tantos otros. Ningún rumor falso se mantiene vivido durante cuatro largos años.
Deberes del Estado Católico con la Religión
Cardenal Alfredo Ottaviani

(Discurso dado  el Día del Papa, 2 de marzo de 1953; impreso  por la Obra de Cooperación Parroquial de Cristo Rey; con una introducción de su Superior General, padre Juan Terradas Soler)

INTRODUCCIÓN

S
entimos especial interés en divulgar este discurso de su Excelencia el Cardenal Alfredo Ottaviani, que transcribimos a continuación. Fue pronunciada en el Ateneo Pontificio de Letrán, en Roma, y lleva como título: “LOS DEBERES DEL ESTADO CATÓLICO CON LA RELIGIÓN”.
      El autor es una de las primeras figuras doctrinales de la Iglesia. Sus palabras son una caritativa y al mismo tiempo   enérgica respuesta al modernismo y a los católicos que están contaminados de esta herejía.
      El eximio Purpurado  recuerda con insistencia la enseñanza tradicional de la Iglesia, enseñanza perenne, eterna, inmutable, necesaria, que todo católico debe abrazar integralmente, sin restricciones ni respetos humanos.
    Hacía años que no había aparecido ningún documento eclesiástico importante, dedicado ex profeso al tema tratado esta vez   por el Cardenal Ottaviani. Los católicos modernistas, entre tanto cantaban victoria y proferían sus jactancias. Nuestra Madre la Iglesia, Columna de la verdad, Reina de las Naciones, no podía tolerar esta diabólica alegría. “La Iglesia ya no inculca –decía estos innovadores- los principios que pregonaron León XIII y Pío IX respecto a las relaciones entre ambos poderes públicos, espiritual y temporal, ni exalta ya el dogma de la Realeza Social de Cristo. Signo evidente –añadían- que la verdad dogmática sufre evolución y adaptaciones. Estos pontífices no condenarían hoy las libertades modernas como las condenaron en su tiempo”.
      Nosotros mismos hemos oído razonamientos de esta índole, de boca de muchos que se arrogan el nombre de católicos.
      Que se arrogan el nombre de católicos, hemos de decir con profunda tristeza. Pues no se comprende como  puede aplicarse este título a los corruptores de la doctrina divina, a demoledores de los derechos del Divino Rey, a perseguidores  de su propia Madre la Iglesia.
      El discurso del cardenal aclara y precisa cuestiones trascendentales. Todo católico debe, pues, estudiarlo.
      Como prueba de la afirmación que acabamos de sentar acerca de las infiltraciones modernistas en el campo católico, copiamos un fragmento de la Encíclica “Ubi Arcano” de Pío XI (23 diciembre de 1922).
      “… Se enseñorean de la mente y del corazón de los hombres pasiones tan desenfrenadas e ideas tan perversas  que ya es de temer que aún los mejores de entre los fieles, y aun de los sacerdotes, atraídos por la falsa apariencia de la verdad y del bien, se inficionen con el deplorable contagio del error
      Porque cuántos hay que profesan seguir las doctrinas católicas en todo lo que se refiere a la autoridad en la sociedad civil y en el respeto que se le ha de tener, o al derecho de propiedad, y a los derechos y deberes de los obreros industriales y agrícolas, o a las relaciones de los Estados entre sí, o entre patrones y obreros, o a las relaciones de la Iglesia y el Estado, o a los derechos de la Santa Sade y del Romano Pontífice y a los privilegios de los obispos, o, finalmente a los mismos derechos de nuestro Criador, Redentor y Señor Jesucristo sobre los hombres en particular y sobre los pueblos todos!. Y sin embargo, esos mismos en sus conversaciones, en sus escritos y en toda su manera de proceder, no se portan de otra modo que si las enseñanzas y los preceptos promulgados tantas veces por los Sumos Pontífices, especialmente por León XIII, Pío X y Benedicto XV, hubieran perdido su fuerza primitiva o hubieran caído en desuso.
      En lo cual es preciso reconocer una especie de modernismo moral, jurídico y social, que reprobamos con toda energía, a una con aquel modernismo dogmático…”
      Identifiquémonos con la doctrina de la Iglesia. Ni la luz del mundo, ni los hijos de la Luz pueden pactar con el error.

Juan Terradas Soler

PRÓLOGO
N
o había pensado en dar a la imprenta la conferencia que pronuncié el 2 de marzo de 1953 en el Aula Magna del Pontificio Ateneo Lateranense, sino me hubiese empujado a ellos el gran número de peticiones recibidas de publicistas y de miembros de los Claustros docentes de institutos Superiores, los cuales han insistido sobre la oportunidad de divulgar cuanto dije en aquella solemne Ceremonia.
      “Hace ya demasiado tiempo –me ha escrito un distinguido religioso- que el Derecho Público de la Iglesia no se  estudia más que en las aulas de los Institutos Eclesiásticos, cuando es urgente la necesidad de divulgarlo en todas las clases sociales, especialmente entre las más elevadas”.
      “La prensa lo silencia por principio, dirigida como está por hombres que profesan el culto de la libertad bastante más que el de la verdad… La desorientación general a que asistimos, la perplejidad de los hombres de Estado y los mismos enormes errores que se cometen en tantas híbridas uniones entre Estado o entre partidos, exigen que el problema capital de las relaciones entre el Estado y la Iglesia se plantee abiertamente –apertis verbis-  y se trate por extenso, con la mayor claridad y, sobre todo, sin temor”.
      “El valor cristiano es una virtud cardinal que se llama fortaleza”.
      Tan vivas instancias me han convencido de que hoy, como en ningún otro tiempo, es necesario que todos los sacerdotes y también todos los seglares que colaboran al apostolado del Clero, imiten, en la medida de lo posible a cada uno, el ejemplo del Divina Maestro, quien de sí mismo dijo: “Ad hoc veni in mundum ut testimonium perhibeam veritati” (Juan 18,37).
      Alguien notará, tal vez, que no cito nombres de autores cuyas afirmaciones transcribo, a veces, incluso textualmente. Me abstengo de ello por doble motivo: ante todo, porque poca importa saber que ciertas ideas las sostiene tal o cual escritor cuando están de tal modo difundidas que no pueden considerarse ya propias de un individuo determinado; pero además, he querido seguir la norma de San Agustín que enseña a combatir, no a los que yerran, sino el error. Con lo cual me atengo al programa y al ejemplo del Augustp Pontífice, gloriosamente reinante, que tomó como lema de su pontificado “Veritatem facientes in charitate”

Toma, 25 de marzo de 1953.

Alfredo Cardenal Ottaviani.

Deberes del Estado Católico con la Religión.

Q
ue los enemigos de la Iglesia hayan obstaculizado su misión en todos los tiempos, negándole alguna –e incluso todas- sus divinas prerrogativas y poderes, no es para maravillarse.
     El ímpetu del asalto, con sus falaces pretextos, prorrumpió ya contra el Divino Fundador de esta milenaria y, sin embargo, siempre joven institución: contra Él se gritó, en efecto –como se grita ahora- “Nolumus hunc regnare super nos”, “no queremos que Este reine sobre nosotros” (Lc 19,14).
     Y con la paciencia y la serenidad que le vienen de la seguridad de los destinos que le han sido profetizados y de la certeza de su divina misión, la Iglesia canta a lo largo de los siglos: “Non eripit mortalia qui regna dat caelestia”. “No quita los reinos mortales quien da los celestiales”.
     Surge, en cambio, en nosotros el asombro, que crece hasta el estupor y se transforma en tristeza, cuando la tentativa de arrancar las armas espirituales de la justicia y de la verdad de manos de esta Madre bondadosa que es la Iglesia la efectúan sus propios hijos; aún aquellos que, encontrándose en Estados interconfesionales donde viven en continuo contacto con hermanos disidentes, debieran sentir más que ningún otro el deber de gratitud hacia esta Madre que usó siempre de los derechos para defender, custodiar, salvaguardar a sus fieles.
PRESENTO A CONTINUACIÓN SÓLO EL PRÓLOGO Y  EL 5º CAPÍTULO, “CONCLUSIONES”, DEL FOLLETO DEL PROFESOR BEVERAGGI ALLENDE, PUES  SU EXTENCIÓN Y  SUS TABLAS Y DIAGRAMAS ME IMPOSIBILITAN PUBLICARLO INTEGRAMENTE. CREO QUE LAS SIGUIENTES PALABRAS SON SUFICIENTES PARA  INCITAR A SU LECTURA COMPLETA ¡Y PARA LLORAR POR LA PATRIA ENTREGADA! CON GRAN PERSPICACIA EL PROFESOR BEVERAGGI PREVIÓ EL ARTERO ATAQUE DE LOS MONTONEROS KK PARA ACABAR CON LAS FUERZAS ARMADAS NACIONALES; ÚLTIMO REDUCTO CONTRA EL IMPERIALISMO.
Walter Beveraggi Allende
LA INFLACIÓN ARGENTINA
1946/1975
Editorial Manuel Belgrano

A MANERA DE PRÓLOGO

El presente trabajo está basado en una investigación realizada bajo los auspicios de ls Universidad de Buenos aires, sobre el tema “EVOLUCIÓN DE LOS PRECIOS EN LA ARGENTINA, 1940-1972”, que luego fuera extendida hasta comprender los años 1973 y 74, a fin de dar cabida al análisis de lo acontecido  desde el 25 de mayo de1973, en razón de   la conducción impresa por las “autoridades nacionales” electas el 25 de marzo de este año, la puesta en vigencia del llamado “PACTO SOCIAL” y las aseveraciones del elenco económico actuante desde entonces, en cuanto a que bajo su batuta “ se habría contenido la inflación” o “reducido a cero el incremento de los precios”.

El arduo y minucioso estudio referido, realizado por un conjunto calificado y numeroso de colaboradores técnicos y encuestadores, obra en poder de la Universidad  y sirve de fundamento a todas y cada una de las manifestaciones del “Informe Académico” definitivo, que consiste en el trabajo que aquí se publica y que fue realizado íntegramente por el suscripto y bajo su absoluta responsabilidad. A todos los integrantes de ese equipo de trabajo vaya una vez más mi reconocimiento por la eficacia y empeño de su labor, permitiéndome destacar muy especialmente, en tal sentido, al Prof. Dr. Julio A. J. Carrillo –co-director de la investigación y al Dr. Francisco Petrino, consultor calificadísimo en materia estadística y econométrica.
  
De resultas de este trabajo surge palmariamente que la Argentina es un país ECONÓMICAMENTE ESTRANGULADO; alevosa y deliberadamente ESTRANGULADO POR EL APARATO MONETARIO Y FINANCIERO, cuya responsabilidad, en última instancia corresponde esencialmente al Banco Central de la República. Cuáles han sido y son los motivos de esa sórdida maniobra antinacional y antipopular, no lo podemos desentrañar íntegramente aquí, pero sí podemos aseverar que sus resultados son catastróficos para nuestro país y altamente beneficioso para sus enemigos y explotadores.
UN  PAÍS  SIN  FUTURO
ARGENTINA, CON MILITARES TEMEROSOS Y UNA PRENSA CÓMPLICE ES UN PAÍS SIN FUTURO.

U
na república en que la división de poderes es sólo una ilusión y en cuyo gobierno figuran en puestos claves conocidos subversivos, no tiene futuro.
      Un país donde los jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas hace ingenuamente autocríticas ante un oponente sordo, maligno e intransigente, y no se animan a decir que sus antecesores, a quienes en realidad critican, no persiguieron a nadie por pensar distinto, sino que debieron enfrentar a la subversión, no hay duda, un país así, con militares temerosos, no tiene futuro.
      Un país en que casi el único escritor que se atrevió a decir  que, además del terrorismo de Estado, existió el terrorismo subversivo (hablo de García Hamilton), lo hizo aclarando que es peor el primero que el segundo, “porque el pueblo no puede defenderse”, olvidando que la dictadura no combatía al pueblo sino a la subversión terrorista, demostrando así que quienes escriben sienten temor, ese país tampoco tiene futuro.
      Un país donde  en las escuelas se enseña a los niños y adolescentes que hubo una dictadura militar, cuyo único fin era matar, hacer desaparecer, secuestrar a 30.000 chicos inocentes sin razón alguna, es decir, donde se falsea la verdad desde el poder, no tiene futuro.
      En resumen: un país en el que nadie se atreve públicamente a mencionar que una vez existieron los montoneros, el ERP, las FAP, las FAR, las FAL, etc., es un país donde reinan la hipocresía, el miedo, la mentira, la cobardía, la obsecuencia y la mala fe, impulsados desde un poder que incita al pueblo a pensar en el pasado, ese pasado que el mismo poder tergiversa impunemente para lograr su objetivo fundamental: la venganza.+

Comentario del señor Jorge H. Dotto, publicado en “Cristiandad y Patria”.


COMENTARIO NACIONALISTA:
Aclaro algunos puntos de la buena crítica del señor Dotto:
El primero y más importante: existieron nacionalistas que lucharon y denunciaron al terrorismo, siendo recompensados con el martirio a manos de los marxistas, como el caso del profesor Genta. Simultáneamente Antonio Caponnetto, desde ese entonces está testimoniando su valiente patriotismo, por medio de la revista “CABILDO”. Claro está que ninguno de ellos cuenta con la publicidad, pues los discriminan, publicitando a los terroristas. El señor Dotto debería conocer y mencionar a estos camaradas nacionalistas, superando sus escrúpulos liberales, que parece tener.
La división de poderes en democracia liberal es un mito irrealizable, y aún existiendo no sería sino un bálsamo para curar un cáncer. Porque el “Régimen” en su totalidad es el podrido.
El señor García Hamilton parece repetir  el lugar común de los ignorantes y malintencionados, que los movimiento marxistas, subversivos o no, incluyendo, por supuesto a la “Teología de la Liberación”,  favorecen al pueblo; mentira histórica,  escusa para organizar milicias populares y adquirir fama de ‘santónes’ del pueblo; elevados a los altares laicos por el periodismo.
Sobre el falseamiento histórico, aun de hechos  acontecidos casi ante nuestros ojos, es táctica política empleada comúnmente por la democracia liberal desde Caseros hasta nuestros días, con escandalosa desfachatez,  defenestrando así, desde entonces, nuestro destino de grandeza;  táctica  que cayó en la más miserable perfidia con los KK; y que no es ninguna novedad, por tanto, en Argentina.

Respecto a la veracidad del adoctrinamiento escolar, denuncio que el día de la “mala memoria” (roja), 24 de marzo,  un par de años atrás, en la Escuela 23 de Agosto, mi nieta tenía que participar en un acto donde un grupo de niños disfrazados de militares “fusilaban” a otro gripo disfrazado de “pueblo”. No siendo ella  una bobalicona se extrañó de la moraleja que le quisieron imponer,  la captó y me la repitió así: “¡Los militares mataban a la gente!”. Y otra que seguramente comenzará a bullir  en las cabecitas TVdirigidas de  algunos alumnos: ¡Que se vengan las milicias de la ‘Milagrito’! ¡Los “gorras” son malos, los milicianos buenos!