sábado, 30 de septiembre de 2023

 

(ARTICULO TOMADO DE LA REVISTA ULISES Nº8  1965)

SUBDESARROLLADOS

Subdesarrollados quiere decir: tilingos, ni más menos. Subdesarrollados significa un grado de decrecimiento por debajo del nivel normal. En estos últimos tiempos los sudamericanos nos oímos llamar a menudo con este significativo epíteto.

Subdesarrollado significa quien está en atraso con respecto a la evolución técnica: que no tiene las suficientes heladeras, o que no consume la debida coca-cola. Es improcedente y absurdo dejar jugar libremente un concepto que llama al protectorado económico extranjero para entregarle las energías vitales de nuestro pueblo. No debemos dejar pasar un concepto que deforma la mentalidad de nuestros conciudadanos, llevándola al utilitarismo.

A nadie puede escapar que el tema de los pueblos “subdesarrollados” pertenece al plan de acción de cierto insolente paternalismo que esconde tras la máscara compasiva, las fauces insaciables del usurero .                         

La Banca internacional, las grandes firmas del Becerro de Oro, los astutos amos del Kremlin. Todos ellos, mancomunados por idénticos fines manejan los hilos del subdesarrollo, para crearse motivos de intervención, más o menos justificados, y matar el alma de los pueblos cristianos . El subdesarrollo pertenece a la retórica mendaz de los patronos de la opulencia técnica, ahítos con el hambre de los pueblos,  y  la  obsecuencia  de caciques y segundones.

Por el pretexto del subdesarrollo económico, intervienen en la economía de los Estados. Por el pretexto del subdesarrollo cultural dictaminan también en materia pedagógica y cultural. El resultado de la intervención económica es el hambre y la desocupación; el resultado de la intervención cultural es el laicismo y la formación de una mentalidad naturalista  y  utilitarista .Tales son los resultados de la intervención de estos opulentos señores en casa del vecino pobre.

Ahora preguntamos ¿ Es necesario un extremado progreso técnico ?  ¿Pueden los hombres considerarse subdesarrollados porque les falte la heladera, el televisor o la motoneta? ¿Es posible el lujo, la molicie, el abdomen redondo en todos los hombres?

El hombre medio, tierra agostada por el laicismo, responde con un si . El cree todas esas cosas. La propaganda le ha formado una segunda inteligencia que ha bajado de su pedestal a la primera. Es necesario que todos los pueblos lleguen a la luna o que se inicien en los misterios del átomo. En la posesión de estas cosas seremos los hombres felices, en el nombre de la prosperidad, atolondrados en nuestra Torre de Babel, en una espantosa confusión de las lenguas. Así tenemos al hombre perdido, persiguiendo el fantasma del Oro, ajeno a su condición humana, como aquel rey de Babilonia, que fue a pacer con los bueyes.

El desarrollo legítimo no es el de la usura, ni el de la empresa mentirosa y taimada, que destruye al hombre para juntar millones.

 Desarrollo, según aquellos, es un ideal de ociosidad platuda, o de vagancia remunerada, con la radio portátil en el bolsillo, y un cajón de coca-cola. Tal es el ideal que les autoriza intervenir en economía, en educación, en todos los aspectos de la vida interior de las naciones.

El desarrollo de la vida humana, su estado de adultez, es para nosotros un equilibrio ordenado de virtudes y calidades humanas, bajo el imperio de la fe y de la prudencia. La técnica, en la vida del hombre debe ser una realidad instrumental, al servicio del mismo hombre.

Tal estado de equilibrio y de madurez, lo hemos conocido en hombres de campo, sin diplomas y analfabetos, sin radio y sin televisor. El mito del subdesarrollo no comprende estas cosas, y debemos hacérselas entender.

Hemos conocido en nuestras sierras de Córdoba, antes que llegara la radio o la escuela laica, hombres que apenas si sabían firmar, dotados de una hermosa personalidad moral; hombres de fe, valor, franqueza, honradez, leales en su trabajo, fieles a la palabra empeñada. Personalidades formadas y adultas, infinitamente más ricas que las del vago charlatán, astuto y mentiroso, creado por el opulento fantasma que quiere “desarrollarnos”en la servidumbre del Oro.

No negamos que exista un desarrollo industrial legítimo, fundado en los protones o en los pozos de petróleo. Pero negamos que ese crecimiento sea lo único de valor en la vida de los hombres. De hecho, el crecimiento económico anunciado por Perón, seguido por Aramburu, Frondizi, etc., han venido a dar en la desocupación, la carestía de  la vida, la miseria .  A eso hemos llegado después de cien discursos sobre reconstrucción económico, subdesarrollo y petróleo. La decadencia moral ha llegado hasta tener huelga de médicos en los hospitales.

Estamos por un auténtico desarrollo. La palabra “auténtico” tiene el sentido de desarrollo espiritual, de las virtudes cristianas en el hombre, aquellas que han sido y son el patrimonio más preciado de nuestro pueblo.

La grandeza de la Patria está y estará siempre en el servicio de la Verdad, la verdad humana y divina que posee, explora y aplica el Occidente cristiano, conformando todo el ámbito de la civilización. La grandeza de la Patria no puede estar en las deformaciones, que esa misma civilización ha producido. Una de ellas es el ideal utilitario, pragmatista , naturalista .

Sobre los pozos de petróleo, la bomba atómica, los cohetes espaciales, la suba o baja del dólar, debemos estimar los valores de la Fe, de la Verdad, de la justicia. La hipertrofia técnica no es el único desarrollo; y es un   subdesarrollo cuando atrofia la conciencia moral de los hombres y de los pueblos.

Deben saber los comedidos emisarios de las grandes potencias, que la América latina no es subdesarrollada ni lo será, mientras exista la Fe católica y la vigencia de los valores espirituales de toda verdadera civilización.

Jacobo Gonzalves.

 

 NOTA DEL BLOG :

 Subdesarrollo significa reconocer y aceptar la inicua paternidad de los anglosajones imperialistas que se entrometen perversamente en nuestras vidas, con un poder decisivo sobre los entregadores gobiernos liberales de turno; para hacernos vivir  vergonzosamente subdesarrollados, material y espiritualmente.

Si no nos subdesarrollamos voluntariamente, en cualquier momento nos vienen a convencer los marines, que recorren el mundo imponiendo la democracia y la libertad, los derechos humanos, la propaganda politizada, y   tantas otras quimeras. Entonces chau Argentina, quedará recluída en el recuerdo de la historia.

Pero hay una solución grave e imposible: “ arreglarse solos ”,  como recomendaron San Martín y el padre Castellani… Solución grave e imposible pues un pueblo que se pasa horas interminables entre el celular y la tv basura, quedando turulato y abúlico, es incapaz de sacrificarse emprendiendo alguna grandeza patriótica.

sábado, 23 de septiembre de 2023

 

LA   AUSENCIA  DEL  PODER.

PADRE LEONARDO CASTELLANI

 

P

resuponemos que el poder de destruir no es un verdadero poder: no tratamos de él. Presuponemos también que el trabajo de los peones (por ejemplo el trabajo humilde y necesario, sublime a veces, dentro de su rutina, de los curas rurales) no es poder religioso, sino aquello que debe ser dirigido por el poder religioso.

La carencia de poderes temporales trae el “pretorianismo” o sea  el poder político del militar. La milicia es un cuerpo organizado y que tiene poder; el poder más bajo de todos, las armas, pero que en ausencia de los otros, por necesidad se levanta y se entroniza. La necesidad consiste en que un organismo social sin autoridad no puede subsistir. Así que tiene razón Amadeo…si es que faltan los otros poderes.

La milicia está hecha para defender la sociedad contra el enemigo exterior; para eso se le da la fuerza exterior, el poder de infligir violencia. Este poder puede ser dirigido al interior. En este caso se construye en el interior un “enemigo” (“los cristianos, o los arrianos, o los donatistas, etc”) que suple al enemigo exterior. Una parte del país se “exterioriza”, puesto que el objeto formal específico de la acción militar es el enemigo exterior, y su poder es meramente exterior. Es un poder que no puede obrar sobre los espíritus, como obran las fuerzas morales.

Cuando este caso se verifica, comienza a relajarse en el Ejército la disciplina; como se ve en el caso arquetípico del Romano y en todas partes por lo demás .                           El Ejército se pone a hacer “política”, incluso los sargentos y los cabos—y la política esencialmente divide.

Una de las fuerzas del Ejército es la disciplina. Es la fuerza principal (o sea el factor formal o estructural de la fuerza), pues las armas más perfeccionadas de nada servirían a un Ejército indisciplinado. Cuando la disciplina perece del todo, el Ejército como Ejército ha perecido; abandonando allí su cadáver “una cosa que no tiene nombre en ninguna lengua”, diría Bossuet; pero que en realidad tiene un nombre en latín, inventado por Anilius Manlius Sevetinus Boethius, “pretorianismo”.

Desaparecido el último poder de una nación, esta nación está adobada para colonia, sea manifiesta, sea no manifiesta vasalla –lo cual segundo es quizá peor (Vico).

¿El último poder? ¿Y el poder religioso?

El poder religioso es poder espiritual; por tanto los que lo ejercen han de tener espíritu. No se puede tener vida espiritual sin tener vida intelectual; excepto en caso del “santo”, el cual · tiene vida intelectual “infusa”, como hablan los teólogos. Caso excepcional. El Cura de Ars fue aplazado en teología, pero tenía una intensa vida intelectual lo mismo.

La Iglesia Católica  posee una jerarquía legal y visible, la cual debe ser obedecida en todo caso; si no por obediencia propiamente tal, por disciplina; excepto en el caso de pecado o absurdo, por supuesto. En el caso posible de corrupción de esa Jerarquía legal y visible (que se ha visto) la Iglesia de Cristo pasa a través de esa corrupción a manera de cisne o paloma… paloma degollada. Pero las naciones no pasan; las naciones se hunden. Es lo que le dije al Nuncio, incluso por escrito e impreso.

La Iglesia como sociedad espiritual atraviesa la corrupción de sus autoridades legales en virtud de los hombres espirituales; es decir, de los que tienen en ella autoridad real. Algunos de ellos pagan esa autoridad con la vida: Juana de Arco, Savonarola, Bartolomé Carranza, el cardenal Petrucci, San Atanasio, San Policarpo, San Juan Francisco de Légis… sin nombrar al primero de los mártires de nuestra religión, cuyo nombre sea loado.

San Basilio decía: “A mi me persiguen, pero no puedo decirlo a nadie, porque los que me persiguen llevan mi mismo nombre…”, que es una graciosa manera de no decirlo a nadie.

El fariseísmo es la más grave de todas las corrupciones humanas, y el fariseísmo siempre reclama víctimas; y generalmente no puede ser afrontado sino con mártires.

La autoridad se divide en legal y real; por ejemplo un médico que no cura, como “curador” tiene autoridad legal pero no real; un curandero que cura tiene autoridad real como “curador”.

La autoridad ¿Qué es en definitiva? La autoridad es que le crean a uno, decía el canónigo don Claudio del Rey. Cuanto más altas y difíciles son las cosas creídas, más sube el grado de la autoridad; y a esto se llama “Jerarquía”. Las verdades supremas se le creen al Apóstol y al Testigo, presuponiendo que no todos son Apóstoles lo que se llaman “apóstoles… y no son”, como dice San Juan.

(Un diarito al cual la gente cree tiene más poder real que una cadena de diarazos a quien la gente no cree; a no ser poder para mentir, extraviar, confundir, y en una palabra, estorbar; lo cual no es poder real).

 

C

uando se da de hecho el divorcio de la autoridad legal y la real, la obediencia queda suspendida y la disciplina (la única obediencia del Ejército) comienza a quebrantarse como en el Ejército. La obediencia queda suspendida para los obedientes, que no tienen ya a qué obedecer; no para los sumisos o abyectos, que siguen practicando ostentosamente una obediencia de oropel, que es un vicio y no una virtud, el “servilismo”. ¡Desgraciada  la sociedad que tiene que progresar por medio de un vicio! Que es lo que le dije, si no me equivoco a Jannssenes.

Un eclesiástico amigo mío y de Dinámica me pide hace tiempo que escriba sobre la “Jerarquía”, y que defina cuál es la verdadera y cuál la falsa jerarquía. Ya está hecho.  Jerarquía es el orden entre las diversas autoridades, y entre lo diversos grados de autoridad o “carismas”, la cual jerarquía puede ser real o meramente legal, pudiendo llegar en este caso a lo puramente aparente o espúreo; o “jerarquía desjerarquizada”. En este caso extremo se produce una crisis social sumamente seria, sangrienta incluso.

Los que aman confirman la sociología por la historia (la cual no prueba propiamente sino simplemente ilustra, como las buenas novelas de “tesis”) pueden ver todo lo arriba dicho en la imagen de la Iglesia Francesa en el siglo XVIII, antes de la Revolución; en cualquier historiador pasable, hasta en Michelet –o en Guizot, o en Taine, o en Gaxotte— incluso en la Historia de la Literatura Francesa de A. Thibaudet. La Iglesia de Francia no estaba propiamente “corrompida”, en el sentido en que lo estaba la de Germania en el siglo XV; “y sin embargo fenecía” dice Pierre Gaxotte (“Revolución Francesa”, cap. VIII)  ¿Porqué? “Por la crisis de la autoridad” (cap. IV).

Bajo Obispos como lo que fueron después el Príncipe de Talleyrand y el “Director” Siéyès (fabricante de Constituciones nuevas  7 en 15 años), bajo curas como los que fueron después el regicida Chavot y el Jefe de Policía Fouché –muy vivos, muy astutos, muy políticos, pero sin religión – (“Francia era prácticamente una nación de ateos” (Belloc) – bautizados y que iban a las procesiones y a los congresos eucarísticos.).

Nunca clero alguno en alguna época y región tuvo más número de “vocaciones” (667 obispos establecidos y algunos en trámite, 155.900 clérigos y religiosos, de los cuales 11.400 canónigos y prebendados. Según el cálculo de Taine) nunca más bienes ni más poder político; y nunca estuvo peor la religión tomada como cuerpo social y dejada aparte la santidad de algunas almas individuales.

¿Cómo debe llamarse la “Jerarquía” que por un lado hace fiestas al Papa “gloriosamente reinante”, dice que es el Papa más grande que ha habido en la historia,  pone su retrato en el comedor e incluso en el altar, le compone poesías líricas que declaman las niñas de los colegios, lo cubre de flores de papel, que a veces huelen mal… y a otra mano no cumple lo principal que él manda, tomando  de sus Encíclicas, Bulas, Prescriptos y Breves solamente lo que conviene a su (pobre) prestigio personal o cabe en sus (pobres) entendederas? ¿Incluso engañándolo a veces con falsos informes? Esta “Jerarquía” separa en realidad de verdad a los fieles de su Cabeza (incluso de su cabeza invisible) por traerlos (vanamente) hacia sus personas. El resultado no es que los fieles los sigan a ellos (tienen el Evangelio, tienen el sentido moral, tienen otras  cosas) ni mucho menos que la Iglesia perezca como hemos dicho. El resultado es que la Iglesia se paraliza momentáneamente.

La persecución estalla entonces por ley natural. Es irritante sentirse paralizado, es exacerbante tropezar en cuanto uno quiere caminar con estos pedruzcos o ir a dar de nariz contra un alcornoque;  y este irrigación general, en los enemigos de la Iglesia se vuelve paroxismo. La Iglesia aparece como una cosa que estorba, como una sociedad creada para crear dificultades, a veces, espantosas; y sus beneficios reales desaparecen de la percepción popular.

“Uno no desprecia a un fraile gordo cuando emplea su gordura en ayudarlo a uno”, decía mi tío el canónigo;  que era bien gordo. El pueblo acepta o aguanta al poder obeso adicto al bien común; pero es necesari  que vea ese bien común conectado de alguna manera a su propio bien. Si se pregunta porqué el pueblo francés deshizo la Monarquía francesa la respuesta inmediata y segura es “porque se había puesto irritante”, no la respuesta estrafalaria que da la mitología creada por los Muchelet, Quinet, Hugo, Julllian…(ver todos los manuales de historia de este adelantado país). L’Ancien Règimen tenía legitimidad, cuidaba el bien común nacional, el paisano francés no estaba peor- que el paisano europeo en general, quizá mejor, como ha demostrado Tocqueville en su obra epónima; pero el Régimen se había puesto “irritante”. Si se pregunta las causas de esa irritancia la respuesta es y más difícil y discutible. Había fuertes núcleos de resentimiento  por las medidas poco suaves o equivocadas de Luis XIV en su lucha contra el poder del Gran Dinero: resentimiento religioso en los hugonotes y Jansenistas aplastados, político en los nobles rurales y en el bajo clero, social en la clase burguesa enriquecida y celosa del poder de los nobles, y finalmente la monarquía cristiana  había dejado de ser cristiana, incluso a los ojos del pueblo, o principalmente a esos ojos, quizá.  Cuando el sexagenario sifilítico Luis XV fue a recibir a la novia del Delfín,  María Antonieta de Austria a Compiègne y le presentó como una” parienta” a la marquesa Du Barry ( the woman was a prostitute”) entonces comenzó la Revolución francesa…”, comenzó incluso en el alma inocente y orgullosa de la hija de María Teresa, “irritada” desde un comienzo. “Comienza la tragedia en cinco actos”, nota Belloc.

U

n amigo cripto-comunista y judío (de la revista Contorno) me dice: “Los católicos, que son los más inteligentes y tienen encima al Espíritu Santo, divergen acerca de la Revolución Francesa: los católicos franceses la abominan y los católicos ingleses la loan y se les hace agua la boca… Eso prueba la utilidad de la Historia, y que la religión es un epifenómeno de la economía. Si se tratara de un suceso remoto… Pero es el suceso más cercano, y hay sobre él montones de documentación… (L.R.).

Yo le respondo: “La Revolución Francesa fue mala en cuanto Revolución y buena en cuanto fue Francesa”. Mi amigo no entendió el distingo. Puede que yo tampoco. Pero cualquier francés lo entenderá.

De modo que ésta es “la crisis de la autoridad”; preludio de la  “Constitución Civil del Clero”, preludio a su vez de la guillotina.

Mucho podríamos continuar, pero con lo dicho basta y sobra Al buen entendedor, salud.

La última corrupción de la Iglesia (es decir el fariseísmo generalizado y entronizado) traerá consigo lo que San Pablo llama la Gran Apostasía y la Gran Tribulación.

La crisis de la autoridad real en la Argentina tiene raíces múltiples y profundas, que todavía no han sido puestas en limpio, ni empezando siquiera por nuestros historiadores;  esa crisis de la autoridad se debe el hecho fragante de la carencia actual de poderes espirituales y de poderes temporales (reales).

Maldecir de la nación y la época en que uno ha nacido, es en el fondo maldecir de la Providencia.

Dios me libre, Pero sin embargo yo soy devoto y celebro muy especialmente la fiesta de San Policarpo, el cual santo varón y notable escritor cada vez que veía un grupo de hombres de Esmirna salía disparando y rezando a Dios a  grandes voces: “Dios mío porqué me haberás hecho nacer en esta época!”+

 

PADRE LEONARDO CASTELLANI

Publicado en “Dinámica Social”, 1º de marzo de l957.

 

viernes, 22 de septiembre de 2023

 

 

Notas interesantes que mantienen actualidad, publicadas hace varias décadas en la revista ‘derechista’ ULISES, sobre ese mundo político de post-guerra, que decretó el fin de los totalitarismos y el alborear de la felicidad humana… que aún estamos esperando, y la vemos, como era previsible, más y más deteriorad y lejana…

*Desparramando democracia y libertad:                                   

Varios centenares de universitarios y eclesiásticos norteamericanos han lanzado en Nueva York un llamamiento para la resistencia a la autoridad legítima, con motivo de la guerra de Vietnam. He aquí el párrafo esencial:

“Estimamos que esta guerra es ilegítima por anticonstitucional. De hecho, no ha sido declarada por el Congreso, como lo exige la Constitución. Además, según los términos de ésta los tratados firmados por el Presidente y ratificados por el Senado tienen el mismo valor que la propia Constitución; este es el caso de los estatutos de las Naciones Unidas, que especifican que los Estados Unidos, en sus relaciones internacionales, deben evitar la fuerza… Por otra parte […] la función guerrera de las tropas norteamericanas en Vietnam se contradice con los Acuerdos de Ginebra de 1954 que nuestro gobierno prometió mantener y escarnece. La destrucción de las cosechas y el ganado, el incendio de aldeas […], la internación de civiles no combatientes en campos de concentración, o su ejecución sumaria en los pueblos capturados […], todo esto, ENTRA EN LA CATEGORÍA DE ACTOS QUE LOS EEUU Y SUS ALIADOS DECLARARON SER CRÍMENES CONTRA LA HUMANIDAD […]. En Núremberg, los alemanes fueron condenados a grandes penas de prisión, e incluso a la pena de muerte, por haber cometidos actos de esta naturaleza”. * (Inform. Católica. Intern. Agosto 1967). (en Ulises Nº 34).

Opinión del blog: Dejando aparte la veracidad de supuestas atrocidades cometidas por el nacional socialismo durante la 2ª guerra, y si fue adecuada la injerencia yanqui en Vietnam, que ya es historia, destaco la permanente manifestación del odio judeo-calvinista yanqui de masacrar a sus enemigos sin límites morales, con la excusa de establecer la democracia y la libertad.

*En memoria de Horst Wessel:

“El semanario germano Der Spiegel relata un diálogo entre el cardenal Frings y el gran rabino Nussbaum. El rabino Nussbaun que había ido a hablarle de la inquietud que experimentaban los judíos ante el “renacimiento de nazismo en Alemania” escuchó de boca del cardenal Frings estas palabras:  “No hay que olvidar que en la Alemania anterior a Hitler los judíos poseían  mucha influencia económica, política y cultural. Eran dueños de bienes considerables y hacían ostentación de ellos. Aquel estado de cosas hizo posible la psicología del nacional socialismo. Desde luego deploro los atentados del hitlerismo, pero tengo que reconocer que los aliados han cometido también muchos pecados, por ejemplo los bombardeos de Dresde y de las iglesias alemanas”.

A lo cual el gran rabino contestó: la guerra acarrea siempre el mal. Pero esos bombardeos no pueden compararse con la liquidación fría y sistemática de seis millones de judíos.

Y el cardenal Frings preguntó a su vez: ¿Está usted seguro de que fueron seis millones…? * (Ulises, 34, 1967).

Opinión del blog: Antes que nada yo, como Pilato, me lavo las manos y me desentiendo de los famosos 6 millones, no vaya a ocurrirme como a tantos que pretendieron investigar.

Ahora bien, la ostentación de riquezas exageradas en medio de la miseria generalizada y la vida rumbosa y corrompida que afectaba la moral alemana, hizo posible la reacción de Horst Wessel, el héroe desesperado hasta el dolor, según narró con su pluma insuperable Eugenio Montes en: “El Viajero y su Sombra”, viendo que Alemania se desvanecía ante sus ojos…

*Turismo A LA Vaticana:

 “Ayer fue “o rei Pelé”. Hoy es don Arturo Frondizi quien se retrata con el Papa Palo VI, dando a entender que a la Silla Apostólica le importa cada vez menos su propia dignidad. En esto del ecumenismo, no deja de haber una vena humorística que ya tendremos oportunidad de desarrollar “in extenso”. El Papa se ha vuelto un objeto de curiosidad universal y todos quieren verlo, tocarlo y oír sus latines… si algo queda.

Papas que acarician chicos pobres en las calles. Papas que hablan a los obreros sin que nadie los llame. Papas que se meten con todos y tiran sus retóricas sin mayor discriminación, gustan a la prensa que puede sacar lindas fotografías y publicar crónicas llenas de miel.

Pero la barca de Pedro siente el rigor y se bambolea cada vez más pronunciadamente. (Ulises, Nº 16, 1966).

 Nota del blog: la afición de los Papas del Vaticano II por los personajes más chabacanos viene desde que fue implantado el ecumenismo. Pobre Francisco, él no hace más que continuar la costumbre de sus antecesores; aunque evidentemente se destaca por su audaz originalidad, confraternizando con lo más rastrero; tal como viene degradándose la liturgia modernista.   

 

 

 

jueves, 21 de septiembre de 2023

 

 

LUCHAR SIN DESESPERAR

SEPARÁNDOSE DEL PASADO SE FRACASA EN EL FUTURO.  POCO HACEMOS LOS NACIONALISTAS, CASI NADA, PARA RECUPERAR NUESTRA AUTÉNTICA TRADICIÓN, PERO, AL MENOS MANTENEMOS ENHIESTA, SIN DESESPERAR,  LA BANDERA AZUL Y BLANCA DE LA SOBERANÍA,  QUE PODRÁN ENARBOLAR  EN EL FUTURO OTROS MEJORES.

EL PASADO QUE ENGRANDECIÓ NUESTRA PATRIA ESTÁ VIVO, AUNQUE LATENTE, EN EL ALMA DE LOS PATRIOTAS.  UNA ESPERANZA DE RECONQUISTR LA PATRIA QUE NO SE DESALIENTA, PUES SE HA VERTIDO DEMASIADA SANGRE HEROICA PARA QUE OLVIDEMOS NUESTRO DESTINO GLORIOSO EN LO UNIVERSAL. Y MENOS AÚN OLVIDAR LA IGNOMINIA UNITARIA/LIBERAL, QUE DESFIGURÓ Y DESFIGURA NUESTRA PTRIA PARA ENTREGARLA AL IMPERIALISMO .                                   

A CONTINUACIÓN LA LECCIÓN DE UNO DE LOS GRANDES MAESTROS DEL NACIONALISMO UNIVERSAL.  UNIVERSALISMO Y NACIONLISMO NO SE OPONEN, PORQUE CUANTOS NACIONALISMOS EXISTEN EN EL MUNDO, TODOS BUSCAN LO MISMO:  RECUPERAR SU PROPIA Y EXCLUSIVA IDENTIDAD ESENCIAL SOBERANA.  SI SE CONCRETASE TAL MILAGRO, Y  ACABASE  LA ANGURRIA JUDEO/CALVINISTA ,      ES POSIBLE QUE EN EL MUNDO REINASE UNA FELIZ Y PACÍFICA CONVIVENCIA.

Publicada en ULISES, Nº 26, 1967:

LA RECONQUISTA DEL ESPÍRITU

En el admirable prefacio que ha escrito para Souvenirs de prison de Charles Maurras (París 1965), recogidos por la sobrina del viejo maestro, Helène Maurras, el gran filósofo católico Gustave Thibon explica como el maurrasismo no es un sistema cerrado, y ni siquiera un sistema.

Maurras “no nos encierra en un edificio prefabricado: nos enseña el arte de construir. Y sabe también que nuestros más elevados logros temporales no serán otra cosa que esbozos, siempre perfectibles y siempre amenazados, y que la única tarea a la medida del hombre es luchar hasta la muerte y transmitir a los que le sucedan el sentido y las reglas de esa misma lucha   fin de que aquel esbozo, recomenzado sin cesar, no vuelva a caer en el caos”.

De esta manera Maurras no muestra una sociedad ideal y perfecta que bastaría instalar de acuerdo a alguna regla de oro para que el Paraíso terrestre se reconstituyera `por mano del hombre.

“Si Maurras defendió tan ferozmente la herencia del pasado”, observa Thibon, “no fue  para complacerse estérilmente en aquello que fue, sino para preparar lo que debe ser. Nada puede cambiarse del pasado, y nada es más inútil que demorarse sobre  cosas muertas, pero en la experiencia del pasado suelen encontrarse materiales y reglas que son imprescindibles para construir el porvenir. Y aquellos que desprecian las lecciones de la experiencia, separándose del pasado, provocan a la vez el fracaso del futuro. ¿Acaso se cortan las raíces del árbol para favorecer el crecimiento del tronco?

Aunque transcurren los años, el método de Maurras no envejece, sigue la evolución de la historia, pues el empirismo organizador ve ampliarse el campo de sus observaciones y crece en cambio año a año, más rico de experiencias y por ende capaz de estrechar cada vez más de cerca a la verdad.

En cuanto la negación de creer ingenuamente en el establecimiento de una república liberal, “hay acaso –pregunta Thibon—una lección más viril para las jóvenes generaciones que mostrarles que ninguna herencia del pasado es adquirida, que ninguna promesa del porvenir es cierta y que la realidad de mañana depende únicamente de su fidelidad y de su valentía?

*

En la declaración prestada ante el Tribunal revolucionario de Lyon en enero de 1945, Charles Maurras lanzó a sus jueces estas palabras que sobrepasan en mucho tanto su persona como su proceso: “No os entretengáis de fabricar un pelele al que llamáis Charles Maurras. Yo tengo mi vida. Tengo mi carrera, mis libros, mi doctrina, mis ideas, mis discípulos. Tengo ante mi el porvenir que os  estigmatizará”.

En el Nº 16 de los Cahiers Charles Maurras se reproduce el facsímil de esta declaración. La escritura se ve firme, sin una hesitación, ni una enmienda.

Lo que querían los nuevos ocupantes del poder era impedir que Charles Maurras prosiguiera esa primacía intelectual que no cesó jamás de ejercer sobre la juventud francesa desde el comienzo del siglo.

Maurice Pujo ha narrado cuál fue el secreto de la empresa maurrasiana:      “El primer punto en torno del cual no congregó en primer lugar –dice-  fue el de La Patria ante todo, en el orden temporal, se entiende, vale decir, prácticamente ante toda ideología, democrática o lo que fuere. Después de habernos mostrado que todos nuestros intereses vitales estaban ligados a los de la patria, nos invitó a buscar, no en los sistemas, sino en la naturaleza de las cosas, los medios más seguros para hacerlos prevalecer : era devolver su función y su valor a la inteligencia.

La inteligencia no es la prosecución de cualquier abstracción, de cualquier sentimiento convertido en idea, de cualquier fantasía surgida del yo y que ese yo se esfuerza por imponer al mundo. Por el contrario , es el reconocimiento del orden que existe en el mundo y la búsqueda de las leyes que lo rigen ”.

Eso era Maurras: La Patria ante todo. Pero la Patria terrestre, carnal, hecha de franceses vivientes, portadores de una herencia francesa tanto en la sangre como en el espíritu. Y he ahí que se le puso como jueces a gente que se habían hecho “ una cierta idea de Francia ”, que le infundía un contenido ideológico determinado. El proceso de Lyon fue ante todo el enfrentamiento de dos concepciones de Francia.

“ Es el desquite de Dreyfus ”, había de exclamar Maurras a la proclamación del veredicto que lo condenaba a prisión perpetua.

*

En la década de 1900, Maurras tenía costumbre de decir : Trabajamos para 1950”. 

O sea, que él no anticipaba que la reconquista de los espíritus pudiere ser algo fácil ni rápido. Cuando un país ha estado profundamente dividido, no por una querella dinástica ni por una ambición personal, sino en el plano de los principios fundamentales, cuando ha vivido una aventura de la amplitud   de la Revolución de 1789 que ha trastornado el mundo, subsisten en la opinión pública divergencias tan graves, tan esenciales, que bien se puede decir que los pueblos, regidos por leyes enemigas, coexisten en el mismo territorio, en conflicto latente o agudo. En la medida que las ideas de 1789 se expandieron por el mundo, han llevado por doquiera la misma división y a partir de esa fecha es cuando surge lo que hoy se denomina izquierda y derecha, inimaginables antes de la Revolución francesa, puesto que la sociedad descansaba sobre una base común cristiana.

Maurras pues, no pensaba que se pudiese llevar la unidad al espíritu público de manera rápida y fácil. Y Marurice Pujo dice que Maurras “ no se habría sentido abatido si le hubiesen dicho que ese año estaría en la cárcel  .           No habría sentido desaliento a menos que los acontecimientos hubiesen demostrado que sus doctrinas eran falsas y que las instituciones democráticas podrían asegurar el bien del país. Pues bien, todos los acontecimientos sucedidos han probado lo contrario y confirmado hasta el hartazgo las opiniones de Maurras ”.

¿ Qué diría hoy ?

Se sabe que puso enérgicamente en guardia a los nacionalistas contra la tentación de facilidad que consistía en suprimir los efectos del parlamentarismo mediante la instalación de la República plebiscitaria.

Hizo observar que “el presidente plebiscitado con las apariencias del poder sin límites, no es una voluntad autónoma ni una razón libre”, que depende     “ de la opinión, de los que hacen esa opinión, o sea, de los que pagan a los que la hacen, vale decir, en último término al dinero ”.

¿ Quién podrá negar que los hechos han sucedido como él anunciaba ?         En lugar de un Parlamento dominado por grupos de presión, plutocráticos, se tendría a un hombre que sería su portavoz o detrás del cual se ocultarían ciertas fuerzas económicas. No se resolvía el problema de la independencia del Estado con relación al dinero. Se lo agravaba.

*

Se sabe que Maurras consideraba la economía como más importante que la política, puesto que tenía por objeto nutrir a los ciudadanos y a las familias, y asegurar la prosperidad de la ciudad. Pero, por eso mismo, decía, justamente porque es más importante que la política, debe venir después de la política, “ como el fin viene después de los medios, como el término está al final del camino porque… se emprende el camino cuando se quiere llegar al término ”. ( Mis ideas políticas ).

 

¡ Este es el verdadero sentido de Política ante todo que tan a menudo se desvía de su sentido para tratar de confundir a Maurras y de hacerle conceder la preeminencia a la política sobre la moral!

Se trata de rectificaciones que hay que renovar periódicamente porque se siguen repitiendo sin cesar los mismos errores inspirados por la malevolencia subrepticia de ciertos clérigos extraviados.

El 7 de marzo de 1935, en L’Action Francaise, Maurras  , retomando la cuestión de “Política ante todo”, escribía: “ La gente que dice “ lo económico ante todo ” no entiende las palabras que pronuncia o que está obligada a dar por sobre entendidas  : la política  económica es una política . Aún para ceder el paso a ciertas cuestiones económicas, consideradas vitales, es menester previamente una organización política, una acción política, con sus medios que son políticos: mandatarios, funcionarios, agentes, cuerpo de policía y del ejército, jueces, verdugos. De este cuerpo político dependen la concepción, la elaboración la aplicación de leyes que bien podrán denominarse económicas o cualquier otro nombre. Si el medio político está bien concebido bien adaptado, bien aplicado podrá haber un efecto .          De lo contrario , no ”.

Maurras había presentido a la perfección que si lo político era dirigido por lo económico, se llegaría con eso a hacer dirigir la política por los grandes intereses convertidos en amos ocultos de la República, de lo cual saldría un perjuicio para todos, aun para la economía librada al sólo interés del lucro.

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En su introducción a su libro sobre   Les Camelots du Roi ,  Maurice Pujo brinda una buena explicación de  L’Action Francaise . Es preciso seguir paso a paso su razonamiento para captar la actitud intelectual que ha de vincular íntimamente el pensamiento a la acción. Pujo muestra a “  las camarillas que detenta el poder, que dispone de las canonjías del presupuesto, que se ha ganado con sus complacencias el concurso de la finanza dueña de la prensa”, que fabrica la opinión y domina la elección del cuerpo electoral.

“ Un partido -escribe- no podrá arrancar a otro sus ventajas con “el sufragio del pueblo” a menos de aportar a la lucha otra cantidad de dinero a menudo de origen enemigo y un aumento de mentiras demagógicas. La verdad, la razón, los grandes intereses nacionales no intervienen para nada ; el éxito se obtiene a sus expensas  ”.

Esta observación básica constituye realmente el fundamento de la crítica nacionalista. Ya había estallado con evidencia indiscutible durante el caso Dreyfus  . Se había hecho evidente que la opinión podía ser moldeada por la prensa, que la prensa dependía del dinero, y que el dinero del sindicato judío había ejercido una violencia intolerable sobre la opinión y sobre el poder.

De ahí en adelante la prensa era solo un arma que puede utilizarse sin que existan otros medios comparables a los puestos en práctica por la plutocracia.    La masa de la opinión pública que es necesario movilizar para ejercer una acción sobre el poder –escribió Maurice Pujo- se halla , en Francia, en manos de agencias de noticias y de grandes diarios llamados informativos , controlados estrictamente por el gobierno, la finanza y la policía. So capa de neutralidad, dan importancia a los acontecimientos más insignificantes y callan otros de suma gravedad, de acuerdo a las consignas que les imparten. Juzgando sin escrúpulos con los hechos, suprimiéndolos o deformándolos a su placer no ofrecen al público que cree recibir la verdad más que sobre aquello que les conviene a los intereses de sus dueños”.

Ahora bien ¿ cuál es la situación de la Action Francaise ? Poseía ciertamente su diario en el cual podía decir de todo, pero sólo llegaba a un círculo restringido de lectores, porque la publicidad que lanza un diario depende también del dinero que a ello se destine. Era menester, pues hallar otra cosa. Maurice Pujo no creía que solo con un diario se pudiese quebrar el “poder del silencio” de la prensa grande “acerca de los asuntos en los cuales los intereses vitales del país exigían claridad” y continúa diciendo: “Esto es sobre todo lo que obliga a romper vidrios”. Luego enunciaba fríamente la consigna de la primera hora de L’Action Francaise: “el único medio algo eficaz de hacerse oír será perturbar el falso orden público que oculta el escándalo, crear el oportuno hecho distinto que, al hacer llegar el escándalo a la calle, obligará a la prensa a confesarlo y al poder hacerlo cesará”.

Esa fue la originalidad de L’Action Francaise: la creación del oportuno hecho distinto que iba a quebrar el silencio de la prensa y a menudo hacer retroceder al poder.

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 Maurice Pujo fue quien usó por primera vez la expresión Action Francaise. Publicó el 19de diciembre, en L’Eclair, un artículo para exponer cómo Henri Vaugenious y él enfocaban la lucha contra los “intelectuales” dreyfusistas.

Seis meses más tarde, el 20 de junio de 1899, Henri Vaugeois, con un discurso pronunciado en la Salle des Agriculteirs, fundó oficialmente la Action Francaise. Se sabe lo demás: la publicación de la pequeña revista mensual, después bimensual y el 21 de marzo de 1908 diario.

Transcurren, pues, cerca de diez años durante los cuales Action Francaise no posee ningún medio periodístico importante. Solamente ejerce influencia por la acción.

 Cuando se fundó el 15 de enero de 1905 la Ligue d’Action Francaise –porque se necesitaron cuatro años de discusión de ideas que llevaron del nacionalismo al nacionalismo integral- quedaron fijados los rasgos fundamentales de Action Francaise. Importa recordar los términos de la declaración que todo miembro debía firmar:

“Francés de nacimiento y de corazón, por razón y voluntad, cumpliré todos los deberes de un patriota consiente “.

“Me comprometo a combatir cualquier régimen republicano. La República es en Francia el reinado de lo extranjero. El espíritu republicano desorganiza la defensa nacional y favorece las influencias religiosas diametralmente hostiles al catolicismo tradicional. Hay que recobrar para Francia un régimen que sea francés “.

“Nuestro único futuro es, pues la monarquía como la personifica el señor Duque de Orléans, heredero de cuarenta reyes que en mil años hicieron a   Francia. Únicamente la monarquía asegura la salud pública y, responsable del orden, previene los males públicos que el antisemitismo y el nacionalismo denuncian. Órgano necesario de todo interés general, la monarquía realza la autoridad, las libertades, y el honor. Me asocio a la obra de restauración monárquica “.

“Me comprometo a servir por todos los medios”. Y Maurras en Encuesta sobre la Monarquía, dará la mejor y más certera definición de ésta íntima conjugación de pensamiento y acción que habría de caracterizar a la Action Francaise. Ésta no era “un simple partido de oposición política ni una escuela de filosofía para transformar las ideas y las costumbres –decía-. Somos una conspiración. Conspiramos para determinar un estado de espíritu ”.

Está bien claro. ”.El objetivo fundamental de Action Francaise es la acción.“El objeto verdadero de Action Francaise, -agrega Maurras- no es, a decir verdad, la monarquía, ni la realeza, sino el establecimiento de esa monarquía, el acto de instituir esa realeza”. ” He aquí porque la Action Francaise se sentía con derecho a definir qué monarquía se proponía establecer.

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Cuando se tiene por oficio leer y escribir, las cosas se ven bajo una faz distinta de como las ve la gente que se ocupa de otra cosa. De los hechos surge una cierta lógica para el que dedica su tiempo a  estudiarlos, a rastrear su genealogía. Cuanto más estudia la historia, más se desvanece la noción del azar, más liberado se siente el hombre de esa noción, más siente que el azar puede convertirse en su esclavo si así lo desea y ante todo cuando sabe que así puede suceder.

No hay empresa más innoble contra la libertad del hombre que esa sombría conjuración que pretende acreditar la existencia de “un sentido de la historia” que pesa sobre nuestros destinos con la implacable fatalidad de una verdadera predestinación.

Al respecto existe una página de Maurras, ya bastante antigua puesto que data de comienzos del siglo, pero cuyos argumentos no han perdido nada de su fuerza.

El académico Jules Lemaitre, que había encabezado la resistencia intelectual a la conspiración dreyfusista, acababa de publicar (en otoño de 1903) un opúsculo titulado Un nuevo estado de espíritu en el que, bajo la forma de diálogo con un amigo, el presidente de la Liga de la Patria Francesa dejaba translucir la incertidumbre en la que evolucionaba el nacionalismo francés en cuanto a las condiciones de su lucha. Maurras acababa de publicar su Encuesta sobre la Monarquía, la cual había perturbado profundamente a Lemaitre .

Había comenzado a caer en la cuenta de las mentiras de la historia tal cual había sido escrita por los republicanos del siglo XIX. La había emprendido contra Michelet y decía “no sólo él, no sólo los Lamartine y los Hugo, sino los  burgueses convencidos como Thiers y Mignet han abusado largo tiempo de mi inocencia. Estoy obligado a rehacer mi educación a los cincuenta años .¿No es lastimoso?

Sin embargo, aunque Jules Lemaitre había roto, en cuanto a su postura intelectual con al pasado tenía dudas en cuanto a las posibilidades de modificar el presente; un cierto quietismo se había apoderado de  un hombre decepcionado, “nacido, decía Maurras, de un sentimiento de la fatalidad política, que sólo conduce a la apatía y a la desesperación”.

Es habitual ver en Maurras, aunque no se compartan la totalidad de sus conclusiones, a un maestro eminente del pensamiento contemporáneo. Nadie ignora la enorme influencia que ejerció sobre las mentes y muchos saben cuánto gravitó sobre los hechos en momentos dados, pero generalmente se olvida que esa empresa no fue espontánea, que fue precedida por una tarea prolongada, paciente y meticulosa de crítica nacionalista, de la cual la Encuesta nos da apenas pequeña idea.

Maurrás  fue ante todo un maestro de energía.

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Cuando Maurras se propuso impulsar a Jules Lemaitre a la acción, lo hizo con un capítulo que lleva el magnífico título de Necesidad positiva de la esperanza.

Y a Lemaitre y a sus amigos que especulan con “una solución que se impondrá o que intervendrá”, Maurras les pregunta con vivacidad :          ¿Cuál? ¿Cómo? ¿Sola? ¿Esa solución es pues una mujer de carne y hueso?”.

Y luego Maurras emprende la admirable demostración en la que se halla la famosa fórmula: “La desesperación en política me parece verdaderamente monstruosa”. Pero veamos esa página centellante:

“Ciertamente no es menester creer que los acontecimientos dependen de las improvisaciones de nuestro capricho. El porvenir surge de las acumulaciones del pasado y nosotros mismos estamos muy determinados por eso que ahora todos empiezan a llamar nuestros muertos .                      Si, los muertos son más activos que los más activos de los vivos. Pero es por medio de los vivos, en ellos, como actúan. Sea: nuestras iniciativas se plasman de sus cenizas. Pero las mismas quedarían inactivas si su fermento no determinase a nuestra voluntad.

“Y entre los agentes de la determinación, somos nosotros quienes contamos. Nuestro coeficiente personal entra en su integridad, que por eso mismo depende en gran parte de nuestra voluntad y nuestra razón.  Si así lo sentimos no estaremos dispuestos a soportar los acontecimientos, sino, dentro de lo humanamente posible, a hacerlos. Basta muy poco para cambiar el carácter, el rumbo y el valor de un acontecimiento.

“Aquel que advierte cuántos efectos diversos y consecuencias remotas pueden hacer de la más pequeña iniciativa de un hombre o de un grupo de hombres  bien dirigidos, cuando no se ejerce en sentido inverso de la mecánica general de la naturaleza, ese tal llega a ser del todo incapaz de desesperar.

“La desesperación, pecado venial del amigo de Lemaitre me parece en política verdaderamente monstruosa.

Y Maurras repite la objeción del amigo de Lemaitre como un último  grito de angustia antes de lanzarse a la lucha:

“--¡Ah! ¿  Cómo esperar?

“-- ¿ Cómo desesperar, más bien ? -retruca Maurras,  que se atiene al sublime movimiento de un pueblo en marcha a través de los tiempos.

“Lo que nuestra generación no ha hecho, podrá hacerlo la siguiente. Vencidos de momento, nuestros escritos, nuestros actos, nuestro recuerdo dejará su enseñanza.  La desesperación sólo se admite en quienes van a morir. Pero las naciones, con relación a los hombres son inmortales; quebradas y despedazadas, pueden renacer indefinidamente…”

 

Jaques  Ponclard  D’Assac