martes, 27 de septiembre de 2016


MI PATRIA ES MI CASTILLO INVIOLABLE
Tirana es la capital de Albania. País situado en algún lugar de Europa, que me resultó  imposible de precisar con certeza. Ni siquiera mi afición por la filatelia, cuando era jovencito, me ofreció algún sello de esa lejana e ignota nación…  Pero en estos días aconteció que, oficiando de hurón, cayó en mis manos una noticia publicada en la revista española  “Juan Pérez” (de junio 1964), y me interesé por ese país, seguramente maravilloso. Tengo la seguridad que pocos argentinos saben algo de Albania, de su situación, de su gente, de su política. Y ellos ¿habrán oído hablar alguna vez de Argentina? Es posible  crean que su capital es Río de Janeiro y que en la Patagonia viven gigantes,  y hasta es posible que hayan oído de algún imbécil personaje del deporte argentino; y nada mucho más halagüeño, como es lógico pensar  considerando nuestra nefasta imagen que el liberalismo desparramó por el mundo. Entonces   recurrí,  para desburrarme, a consultar un viejo Atlas de 1947, donde encontré a la minúscula Albania, enclavada en la Península Balcánica, bañada por el Adriático.  Lugar privilegiado entre Yugoslavia y Gracia, y frente a la bota romana. ¡Maravillosa ubicación! Hace varias décadas allí aconteció un hecho que me sorprendió dolorosamente, comparando  la gran decisión política de la pequeña Albania con la del gobierno argentino ante una situación idéntica. Y sin más preámbulos transcribo la noticia mencionada, para que se renueve la vergüenza argentina, sacrificio útil para mantenernos avispados; y vivo nuestro repudio patriótico a la democracia liberal :

“EL JEFE DE LA GESTAPO AL SERVICIO DE TIRANA
“La revista alemana occidental “Stern” afirma estar informada por personas de confianza que el antiguo jefe de la polícía secreta estatal del III Reich (Gestapo), Heinrich Müller, no solamente está con vida, sino que bajo el nombre de Abedin Bekir Nakoschiri ocupa una posición clave política: la de jefe de la Sección “Extranjero, Occidente” del Servicio Internacional de Información de Tirana.
“Inmediatamente de conocida esta sensacional noticia, el Fiscal General de Berlín occidental, Dr. Lothar Münn ha dado instrucciones de renovar la orden de detención contra Müller. Todos los puestos de policía tienen nota de proceder al arresto inmediato de este “enemigo de la democracia” tan pronto se atreva a pisar suelo alemán occidental.
Esta medida teórica de la autoridades alemanas, la intentó convertir en práctica realidad el servicio secreto israelí. Una Delegación de Israel compuesta de escogidos “especialistas” se trasladó a Albania para -.como oficialmente se informó- “tomar contacto con los 300 ciudadanos judíos que viven en Tirana”.
El encargo oficioso era, naturalmente raptar al Obergruppenfühler Müller. Pero la operación fracasó totalmente. El servicio secreto albanés dejó informar a los viajeros israelitas que “cualquier daño que se hiciera a un ciudadano albanés, se compensaría con represalias contra los judíos de Tirana…”. Los israelíes comprendieron el aviso y abandonaron la búsqueda…”.


La pequeña Albania actuó racionalmente como un país soberano, ante la insolencia sionista. Pusieron los puntos sobre las íes; ordenando  la casa, castillo inviolable. En cambio, el  gobierno de nuestro país, lamentable colonia “occidental y cristiana”, permitió que los sionistas entren,  recorran y salgan como Pancho por su casa del país, eligiendo a quienes llevarse para armar en Israel el gran sainete propagandístico. Pregunto: ¿Cómo reaccionaría el gobierno israelí si un comando extranjero actuase con esa misma insolencia burlándose de su soberanía? El escándalo mundial que armarían sería mayúsculo y las represalias infamantes y sangrientas. En definitiva  que  Albania los paró en seco y los sionistas regresaron mansitos y sin chistar. Entre nosotros, por el contrario, cuando el caso Eichmann,  ¿Habrá corrido dinero o se trató del habitual espíritu sumiso y traidor del liberalismo? Seguramente las dos cosas. Lo importante es que este acontecimiento  es el modelo de las continuas claudicaciones ante los poderosos que se repiten en nuestra  Patria