LA PACHA
MAMA BEBE SANGRE HUMANA.
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Decepción para los idealistas indigenistas, auspiciados
por el imperialismo. En las costas peruanas, en un asentamiento precolombino de
la cultura chimú, descubrieron 140 restos de niños sacrificados, de entre 9 y
12 años de edad. Y más de 200 llamas jóvenes. Todos ellos inmolados en el ara
del demonio. ¿Dónde queda, entonces, la paradisíaca vida que supuestamente gozaban
los aborígenes antes de la llegada de los españoles? Que respondan los niños
asesinados y sus padres.
Los niños eran llevados al ara de la mano del cacique, rodeado
de sus concubinas, donde se les extraía el corazón con un cuchillo de piedra…
sin anestesia, por supuesto. Los sacrificios humanos eran moneda corriente en
toda América, que la España cristiana detuvo. También se sacrificaban
doncellas. Así lo atestiguan las representaciones pictóricas de la época.
Era una ceremonia espectacular, donde participaba y
disfrutaba toda la comunidad, para calmar la furia del demonio. Pero ningún
demócrata liberal debería escandalizarse pues durante la Revolución francesa,
madre de esta deliciosa civilización que estamos disfrutando, cortaron un par
de millones de cabezas en el ara del demonio de la Libertad y la Democracia. Y
ni que hablar del holocausto del aborto perpetrado por los líderes de los
derechos humanos.
Viene a cuento algo curioso que evidencia uno de los
fraudes desvergonzados que ha inventado la masonería imperialista o sus
adláteres, en contra de la Iglesia. Se trata del actual culto a la Pacha Mama. El
padre Constantino Bayle SJ, en su recomendable y documentadísimo libro: “El
Dorado Fantasma”, (Ed. Consejo de la Hispanidad, 1943, pg.247) hace hablar a
personajes de la época sobre estos hechos herodianos.
Digo actual, aunque su culto es primigenio, porque si hoy
día se le ofrecen unas hojitas de coca y algún chorrito de alcohol, o unos
puchos, en sus orígenes se le
sacrificaba a la Pacha Mama sangre humana. O sea, la Pacha Mama necesita
beber sangre humana para dar sus frutos.
Así es el verdadero rito satánico. Actualmente es un
“culto” falsificado, una parodia grata a los turistas en busca de
extravagancias, utilizada por los detractores de la verdadera Iglesia, por los
indigenistas para recibir prebendas, y hasta por los políticos que ya no saben
qué hacer para revestirse de populacheros. Hoy día hasta el culto al demonio se
desacraliza. para regocijo en los abismaos infernales y en los antros de los
imperialistas ateos, en la medida que simultáneamente se desacralice el culto al
verdadero Dios… que es lo que está ocurriendo.
El Padre Bayle trae el siguiente relato de un típico sacrificio
de niños, de entre muchos otros que acontecían en distintas latitudes, todos de
ejecución muy semejantes:
“Tiene este
gran señor [el Inca] grandes provincias sugetas, las cuales le sirven con amor,
por ser la nación dócil y de lealtad: posee grandes tesoros, y lo que saca lo
tiene en vnas casas a modo de templo con buena guarda. Visita sus ídolos a
[cada] qual cada mes, por la menguante de la luna, ofrece un niño de dos años
que él propio lo degüella, y la sangre del ynocente la guarda, y mata asimismo
un carnero de la tierra, el más hermoso, y le sacan la grasa, la cual,
misturada con la sangre del ynocente, derritiéndola, y él por sus manos asperga
primero al sol por donde sale, y luego a donde se pone, y luego así; y después
a los circunstantes: y no se hallan mujeres a este sacrificio, sino sus
capitanes y caciques de aquella tierra, naturales de ella, para que aprendan a
hacer lo mismo”.
Y luego trae este párrafo semejante al anterior, de las “Relaciones Geográficas de Indias”, t. I,
167:
“Los
sacrificios que hacían (en Vilcas Guaman, ciudad fronteriza de las tierras
conquistadas por Topa Ynga Yupanqui, eran de esta manera,: que el Hacedor de
todas las cosas, que llamaban Tiesi Viracocha, el Inga ofrecía dos criaturas
muy limpias, sin mancha ni lunar, y muy hermosas y escogidas; y estas se las
traían muy compuestas y aderezadas a su usanza con lindos vestidos; y ofrecíanlas
como dicho es, y matábanlas, degollándolas: y luego hacían sacrificios al sol
con otras dos criaturas de la misma forma; y
luego a la tierra, que llamaban Pacha Mama, otras dos criaturas por la misma
orden. Y luego ofrecían al rayo… un cordero blanco y gordo y escogido; y
ofrecían estas cosas pidiendo salud y buena andanza…”
Hoy día los indigenistas ocultan el verdadero rito de la
Pacha Mama, o sea la barbarie del holocausto de niños inocentes. Tiempo atrás
publiqué una nota donde expresaba que las brujas (las anteriores, y las muy
numerosas presentes, muy atildadas y publicitadas en la televisión), por
obediencia a su amo infernal, son las incitadoras a los abortos, porque el fin
del demonio es destruir la Creación y ¿cuál destrucción sería más perversa y
demoníaca que asesinar a los seres más inocentes dados a la vida por Dios? Dios
crea y el demonio aniquila la vida. El rito de la Pacha Mama ya no es
sangriento, y fue suplantado por el aborto, uno y otro llevan el mismo
propósito; son semejantes. No sería sorprendente que desde los altos y secretos
poderes mundiales se promueva y se incite al aborto demoníaco de los inocentes,
libre, gratuito y recomendado.
Nada nuevo bajo el sol. Y así volvemos a vivir en el mundo infernal, en las salvajes edades
precolombinas, cuando se sacrificaban inocentes al demonio. Esto sucede por haber sido eliminada de la
vida política la Iglesia de Cristo, sus mandamientos, sus dogmas y su moral; o
sea la Civilización cristiana, que empezó a derrumbarse con la subversión
protestante, y la desidia y complicidad de muchos obispos, pese al esfuerzo infructuoso
de santos Pontífices para sostenerla.
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