viernes, 2 de noviembre de 2018


 LA PACHA MAMA BEBE SANGRE HUMANA.



Decepción para los idealistas indigenistas, auspiciados por el imperialismo. En las costas peruanas, en un asentamiento precolombino de la cultura chimú, descubrieron 140 restos de niños sacrificados, de entre 9 y 12 años de edad. Y más de 200 llamas jóvenes. Todos ellos inmolados en el ara del demonio. ¿Dónde queda, entonces, la paradisíaca vida que supuestamente gozaban los aborígenes antes de la llegada de los españoles? Que respondan los niños asesinados y sus padres.

Los niños eran llevados al ara de la mano del cacique, rodeado de sus concubinas, donde se les extraía el corazón con un cuchillo de piedra… sin anestesia, por supuesto. Los sacrificios humanos eran moneda corriente en toda América, que la España cristiana detuvo. También se sacrificaban doncellas. Así lo atestiguan las representaciones pictóricas de la época.

Era una ceremonia espectacular, donde participaba y disfrutaba toda la comunidad, para calmar la furia del demonio. Pero ningún demócrata liberal debería escandalizarse pues durante la Revolución francesa, madre de esta deliciosa civilización que estamos disfrutando, cortaron un par de millones de cabezas en el ara del demonio de la Libertad y la Democracia. Y ni que hablar del holocausto del aborto perpetrado por los líderes de los derechos humanos.

Viene a cuento algo curioso que evidencia uno de los fraudes desvergonzados que ha inventado la masonería imperialista o sus adláteres, en contra de la Iglesia. Se trata del actual culto a la Pacha Mama. El padre Constantino Bayle SJ, en su recomendable y documentadísimo libro: “El Dorado Fantasma”, (Ed. Consejo de la Hispanidad, 1943, pg.247) hace hablar a personajes de la época sobre estos hechos herodianos.

Digo actual, aunque su culto es primigenio, porque si hoy día se le ofrecen unas hojitas de coca y algún chorrito de alcohol, o unos puchos, en sus orígenes se le sacrificaba a la Pacha Mama sangre humana. O sea, la Pacha Mama necesita beber sangre humana para dar sus frutos.
Así es el verdadero rito satánico. Actualmente es un “culto” falsificado, una parodia grata a los turistas en busca de extravagancias, utilizada por los detractores de la verdadera Iglesia, por los indigenistas para recibir prebendas, y hasta por los políticos que ya no saben qué hacer para revestirse de populacheros. Hoy día hasta el culto al demonio se desacraliza. para regocijo en los abismaos infernales y en los antros de los imperialistas ateos, en la medida que simultáneamente se desacralice el culto al verdadero Dios… que es lo que está ocurriendo.  

El Padre Bayle trae el siguiente relato de un típico sacrificio de niños, de entre muchos otros que acontecían en distintas latitudes, todos de ejecución muy semejantes:
“Tiene este gran señor [el Inca] grandes provincias sugetas, las cuales le sirven con amor, por ser la nación dócil y de lealtad: posee grandes tesoros, y lo que saca lo tiene en vnas casas a modo de templo con buena guarda. Visita sus ídolos a [cada] qual cada mes, por la menguante de la luna, ofrece un niño de dos años que él propio lo degüella, y la sangre del ynocente la guarda, y mata asimismo un carnero de la tierra, el más hermoso, y le sacan la grasa, la cual, misturada con la sangre del ynocente, derritiéndola, y él por sus manos asperga primero al sol por donde sale, y luego a donde se pone, y luego así; y después a los circunstantes: y no se hallan mujeres a este sacrificio, sino sus capitanes y caciques de aquella tierra, naturales de ella, para que aprendan a hacer lo mismo”.  

Y luego trae este párrafo semejante al anterior, de las “Relaciones Geográficas de Indias”, t. I, 167:
“Los sacrificios que hacían (en Vilcas Guaman, ciudad fronteriza de las tierras conquistadas por Topa Ynga Yupanqui, eran de esta manera,: que el Hacedor de todas las cosas, que llamaban Tiesi Viracocha, el Inga ofrecía dos criaturas muy limpias, sin mancha ni lunar, y muy hermosas y escogidas; y estas se las traían muy compuestas y aderezadas a su usanza con lindos vestidos; y ofrecíanlas como dicho es, y matábanlas, degollándolas: y luego hacían sacrificios al sol con otras dos criaturas de la misma forma; y luego a la tierra, que llamaban Pacha Mama, otras dos criaturas por la misma orden. Y luego ofrecían al rayo… un cordero blanco y gordo y escogido; y ofrecían estas cosas pidiendo salud y buena andanza…”

Hoy día los indigenistas ocultan el verdadero rito de la Pacha Mama, o sea la barbarie del holocausto de niños inocentes. Tiempo atrás publiqué una nota donde expresaba que las brujas (las anteriores, y las muy numerosas presentes, muy atildadas y publicitadas en la televisión), por obediencia a su amo infernal, son las incitadoras a los abortos, porque el fin del demonio es destruir la Creación y ¿cuál destrucción sería más perversa y demoníaca que asesinar a los seres más inocentes dados a la vida por Dios? Dios crea y el demonio aniquila la vida. El rito de la Pacha Mama ya no es sangriento, y fue suplantado por el aborto, uno y otro llevan el mismo propósito; son semejantes. No sería sorprendente que desde los altos y secretos poderes mundiales se promueva y se incite al aborto demoníaco de los inocentes, libre, gratuito y recomendado.

Nada nuevo bajo el sol. Y así volvemos a vivir en el mundo infernal, en las salvajes edades precolombinas, cuando se sacrificaban inocentes al demonio.  Esto sucede por haber sido eliminada de la vida política la Iglesia de Cristo, sus mandamientos, sus dogmas y su moral; o sea la Civilización cristiana, que empezó a derrumbarse con la subversión protestante, y la desidia y complicidad de muchos obispos, pese al esfuerzo infructuoso de santos Pontífices para sostenerla.  


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