UN
CLAMOR POPULAR: ¿QUÉ HACEMOS CON LA JUVENTUD ROQUERA Y
DROGADICTA?
Primeramente, la educación que reciben es deficiente, pruebas a la vista;
complementada con una televisión planificadamente corruptora. Esta son verdades
de Perogrullo, y sin embardo muy poco se tienen en cuenta, para
contrarrestarlas. Pues lo común es que nadie se pregunta: ¿educación de qué y
para qué? El caso de Sarmiento es flagrante ¿Qué enseñó en las escuelas? Una educación
catastrófica, cuyas últimas consecuencias las sufrimos en este tiempo. Y sin
embargo la Masonería lo consagró Maestro de América, Maestro inmortal. Y con
tales títulos usurpados, la gente crédula persiste en adorar al mito (es
inmortal), y no se pregunta la clase de educación que impuso. E insisten en
mencionar a la educación a secas, como si fuese una formadora mágica; unos por
ignorancia, otros porque esa mala educación deficiente, sin valores, es
colonialista. ¡Y de esta ubre maman muchos cipayos!
Esto viene a cuento cuando vi un programa de TV, donde un científico
explicó, para las masas ignaras, que integro, el funcionamiento del invento
admirable de la fibra óptica. Este señor destacó que la trascendental
consecuencia de la fibra óptica es que permitirá transmitir información y educación a los
lugares más recónditos del país. Y entonces volvemos al primer párrafo: ¿Qué categoría
de información se transmitirá? ¿La común y habitual información manipulada por
la alta política progresista, habilitada por el 1º mundo? ¿Qué educación
llegará a esas gentes hoy día bastante aislada de la contaminación del
consumismo?
La información es un medio, y la educación, según se la entiende
actualmente, también. Son indiferentes moral e intelectualmente, y pueden
elevar humanamente o dañar irreversiblemente al que cae en su telaraña. Este
distinguido científico repitió el lugar común popular: hay que atiborrar al
pueblo con informaciones y enseñanzas, sin considerar que actualmente son conocimientos
enciclopédicos falsos y ejemplos inmorales de vida, absolutamente dirigidos a
confundir y engañar. Aun siendo un intelectual, la repitió con naturalidad,
como verdad apodíctica de sentido común, sabida y aceptada; otro mito más que
nos impuso el liberalismo para convertirnos en una turba de esclavos
complacidos en su ignorancia.
Las juventudes necesitan, por el
contrario, más que el pan, verdades trascendentes que le den sentido y grandeza
a sus vidas; para dejar de rebelarse contra los ejemplos de las vidas
miserables, rutinarias y decepcionantes, que aprenden en las escuelas y ven en
la TV. Esas son las verdades que necesita la juventud para salir del abismo::
amar a Dios, de quien todo depende, servir a la Patria y ser fiel a la familia.
Lamentablemente, con este nuevo invento puede repetirse la historia de los
científicos despreocupados de las verdades espirituales cristianas que elevan
la dignidad humana.
Es una deficiente educación, sólo positivista, la que reciben en las
universidades, sin Dios ni Patria, ni una sana filosofía ordenadora.
¿Qué queda de verdaderamente humano en estos científicos? Poca resistencia, entonces, podrán oponer a
ser simples empleados absorbidos por los laboratorios multinacionales. La escandalosa
realidad es que las ciencias experimentales quedaron bajo el mandato de las
multinacionales, y estas promueven, para acrecentar sus ganancias, la política
imperialista, que utiliza los nuevos inventos en contra de la ley natural y
divina.
Si los pueblos se resisten a esta masificación,
sembrarán la guerra, la violencia y la destrucción. Causas y efectos que no
tienen fin: a nuevos inventos, mal utilizados por esos elementos
inescrupulosos, mayor dominio de las multinacionales para imponer la siniestra globalización
mundial. +
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