“SEGURIDAD Y DESARROLLO”
APUNTES PARA
LA HISTORIA PATRIA; Y DE ABSOLUTA ACTUALIDAD PARA ENTENDER LAS CAUSAS DEL
ESTADO CALAMITOSO DEL PAÍS.
Fragmentos
del libro “Seguridad y Desarrollo”, (ed. Cultura Argentina, pg.31; año 1970),
escrito por el mártir nacionalista, profesor Jordán Bruno Genta. Creo que los mismos son suficientes como
introducción al tema del “desarrollo”, puesto sobre el tapete salvajemente por Makri.
(Para mayor conocimiento del tema, los argentinos deberían leer el libro completo)
El “desarrollismo” comenzó con la política entreguista iniciada por
Perón, y luego continuada ininterrumpidamente hasta el día de hoy; por civiles
y militares liberales. Los
irresponsables que gobernaron el país desde ese entonces, impulsaron la toma de
préstamos al FMI, para procurar salvar transitoriamente su gobierno, sin importarles
ni el perjuicio catastrófico que ocasionaban al país, ni como harían para saldar
la deuda, escandalosamente abultada. Todos ellos son culpables por ignorancia o por
indignidad traicionera, por haber promovido el “desarrollismo” a ultranza. Así fue como nos entregaron
bajo las garras de la Usura internacional, representada por el FMI, agencia del
imperialismo judeo-calvinista anglosajón. La realidad política del país lo
confirma: somos un país entregado y “arrasado” .
A continuación las palabras, del profesor
Genta:
PRIORIDAD DE
LA SEGURIDAD SOBRE EL DESARROLLO.
La Patria está enferma, más necesitada que nunca de
nuestro amor, de nuestra solicitud, de nuestro servicio.
La Patria está postrada por la servidumbre del libre
cambio y de la Usura; su mentalidad dirigente, subvertida por medio siglo de
Reforma Universitaria; sus masas obreras movilizadas en la conciencia y en la
lucha de clases; los productores del campo y los empresarios industriales con
arraigo, ahogados; los educadores proletarizados; las Fuerzas Armadas de la Nación reducidas a lo
técnico-profesional, sin doctrina
militar ni vocación de soberanía; y la Iglesia Católica Apostólica y
Romana, profundamente lacerada por el progresismo y la crisis de autoridad.
Lo más alarmante en esta corrupción general y profunda,
es el debilitamiento sustancial de las fuerzas de resistencia tradicionales: la
Iglesia de Cristo que defiende al hombre y las Armas que defienden a la Patria.
Es así que los enemigos de Cristo y del género humano
encuentran vía libre y una cierta impunidad en sus actos de violencia, de
terror y de destrucción. […]. La nueva actitud eclesial es presentar un
cristianismo amable, conciliador, aceptable para todo el mundo, desbordante de
amor y de simpatía benévola hacia todo lo terreno y temporal […]. Una
publicidad clamorosa aumenta la confusión y debilita la influencia católica en
el pensamiento y en la conducta de los mismos fieles. Se favorece, al mismo
tiempo, la propagación del falso cristianismo social, del progresismo y todas
las formas del ateísmo que están en la raíz de la subversión comunista.
En cuanto a la desmovilización ética de las FF.AA., el
primer paso decisivo lo dio Perón en febrero de 1946, cuando las derivó de su
función específica que es la defensa de
la Soberanía Nacional, hacia la defensa de la Soberanía popular; esto es,
de la defensa de la Soberanía real de la Patria, a la defensa de una ficción de
soberanía. Y esta distorsión de la finalidad natural, inició un proceso de subalternación que ha ido debilitando sustancialmente
a las instituciones militares.
El segundo paso de esa frustración de su misión, fue dado
por el presidente Dr. Frondizi, al
establecer la supuesta prioridad del Desarrollo sobre la Seguridad, que es la
tesis colonialista de postguerra.
Se trata de un criterio generalizado en las Naciones que
aceptan su condición de subdesarrolladas y que renuncian a ser sujeto de su
propia historia. Así, por ejemplo, el General y Canciller del Brasil, J.
Magalhaes, ha formulado en nuestro país, las siguientes declaraciones:
“La noción de soberanía es un concepto medieval y no una
concepción moderna, como es universalmente sabido; Y esta noción está superada,
así como las realidades que dieron base a ese principio cardinal de la política
moderna que son la Nación y el Estado delimitados por fronteras territoriales”.
La Soberanía
Política o Nacional era el nombre equivalente al de Seguridad que se usa después de la 2º. Guerra Mundial. Se explica
este cambio en la denominación, porque la Seguridad
política es exclusiva de algunas naciones poderosas que tienen a su cargo
vastas regiones incluso continentales, integradas por muchas naciones
subordinadas. En este sentido la República Argentina está incluida en la zona
de seguridad norteamericana. Por eso es que la
Seguridad es cosa primordial para EE.UU. y secundaria para nosotros, tal como
ha sostenido el Comando en Jefe del Ejército Argentino, en el año 1969:
“El Desarrollo constituye el objetivo de prioridad para
el país y, en particular para sus FF.AA. Su conquista permitirá llegar al
“despegue” económico tanto tiempo esperado y a un ritmo de crecimiento
sostenido que posibilite a todos los argentinos realizarse en la medida de sus
capacidades y de acuerdo con las pautas de nuestra tradición e idiosincrasia.
Este hecho alcanzará la cohesión nacional y brindará, en definitiva, el más
firme sostén para la seguridad. Dicho de
otro modo: sin desarrollo no habrá cohesión y sin cohesión no habrá seguridad”.
Es la
doctrina contraria a la que siguió la Patria en el tiempo de la Independencia y
de la Confederación Argentina. La seguridad conquistó y consolidó la cohesión
nacional; y ésta permitió el ulterior desarrollo después de 1852.
[…] En lo que se refiere a la Economía y a la Técnica, le
compete al Estrado intervenir en la distribución adecuada de la población; en
el logro de un equilibrio entre las diversas regiones y sectores económicos; en
la orientación de los oficios y profesiones de acuerdo a las necesidades
económico-sociales; en la fijación de los precios justos para los productores
de la tierra, tanto en el mercado interno como en el externo; en la defensa de los
consumidores; en la persecución implacable de toda forma de especulación y de usura; en el control
riguroso de los que entra y sale del país; en la administración del crédito y
en la explotación de toda riqueza natural y de todo servicio público que sean vitales
para la subsistencia y la grandeza de la Nación. Debe evitar también que tanto
el progreso técnico como la racionalización de las empresas provoquen desocupación, asegurando el pleno
empleo en todas partes y en todo tiempo.
Claro está que para
cumplir adecuadamente con estas elementales exigencias de la justicia social y
del Bien Común, sin las cuales no puede haber verdadero Desarrollo, el gobierno
debe ser soberano; esto es, tener firmemente en sus manos la seguridad.
Quiere decir
que de la Seguridad depende el desarrollo, y no viceversa. Si la Seguridad
exterior e interior dependen de otro, porque nos la han quitado o la hemos
delegado, entonces el Gobierno nacional, sea el que fuere, legal o de facto,
civil o militar, no tendrá el mínimo de libertad de acción indispensable para
encuadrar el Desarrollo en la Justicia Social y en el Bien Común.
Si la
Seguridad del República depende, en última instancia del Poder Internacional
del Dinero que regula la política de las grandes potencias, no hay duda de que
nuestro Desarrollo nacional va a responder a los intereses de ese Poder y no a los
superiores intereses del país. Se comprende que el Desarrollo con sus imponentes complejos, plantas
industriales, zonas de cultivos, obras públicas, etcétera, va a estar al servicio de la Usura Internacional y no de la persona
humana ni del Bien Común.
Este
Desarrollo en función de una seguridad que no depende del Señorío argentino,
sino de los Señores del Dinero, no va a reducir las desigualdades, mi a combatir las discriminaciones, ni a librar al hombre de la servidumbre,
ni a hacerlo capaz de ser por sí mismo agente responsable de su mejora material, de su progreso moral, ni de su
desarrollo espiritual.
El Desarrollo
al servicio de la Usura Internacional no promoverá jamás el ascenso integral
del hombre y de todos
los hombres de la comunidad argentina, ni de ninguna otra comunidad. No
alcanzará jamás la cohesión nacional y, por el contrario, será fuente de
división y de las más irreductibles contradicciones internas. Cada vez será más
amplia y radical la inseguridad en
todos los órdenes.
[advertencia
del blog: luego de detallar muestras de la inoperancia gubernamental para
combatir la corrupción; esta regía en 1970 y continúa rigiendo en 2018, pero agravada; continúa
el profesor Genta]:
Las estadísticas veraces no harían más que exponer la
confirmación aterradora de esta
enajenación y de este despojo sistemático que se realiza a la sombra de la
libertad; libre empresa, libre concurrencia, mercado libre.
Ante estos hechos notorios que son, por otra parte, del
dominio público, cabe preguntarse:
¿Bajo el sistema del libre cambio y en la servidumbre de la
Usura Internacional, puede planificarse en nuestra Patria, un Desarrollo que promueva realmente el
ascenso humano y el Bien Común?
¿Puede esperarse razonablemente del Desarrollo
planificado bajo esas condiciones de dependencia económica y mediatización
política, que promueva la cohesión nacional y la conquista de la seguridad?
La verdad es que en el año 1945 hicimos delegación de
nuestra Seguridad, aparentemente a los EE.UU., pero en realidad al Poder Internacional del Dinero, que es el
regulador de la política yanqui, tal como documentan la coexistencia pacífica y
la guerra del Viet Nam, dos claros testimonios de la solidaridad de la
plutocracia con el comunismo en el juego internacional. Esa delegación de la
Seguridad priva a los poderes públicos del control del Desarrollo; y esta es la
razón principal de nuestro estancamiento, de nuestra impotencia y de nuestra
postración, así como del endeudamiento creciente y del malestar de la
población.
[advertencia
del blog: a continuación el profesor Genta enuncia dos síntomas de la profunda
crisis nacional: a) la necesidad de una planificación demográfica, para el
verdadero desarrollo de todo el país, pues actualmente es un desierto
superpoblado en las grandes urbes; y b) la guerra subversiva].
[…] La guerra subversiva en desarrollo progresivo y de
carácter eminentemente urbano está desquiciando, enervando y descomponiendo a
la Nación. Es una reacción social provocada por la expoliación despiadada de la
Usura, con la consiguiente inestabilidad, inflación y endeudamiento de la
población, a la cual se castiga, además, con la congelación de los salarios,
cierre de establecimientos, supresión de ramales ferroviarios deficitarios y
aumento constante de las cargas impositivas. Se comprende que esta serie de
agresiones contra el hombre provoque descontento y protestas, a la vez que
estimula la tentación de la violencia, habitualmente utilizada por los agentes
de la Subversión social.
Un Estado inepto e incapaz de impedir el Contrabando, la
evasión de Capitales y de réditos en escala sideral, pretende equilibrar el
presupuesto exprimiendo a los que realmente trabajan y producen. Ocurre que la
propaganda oficial clama por la necesidad ingente de inversiones de capitales,
y somos uno de los principales países exportadores
de Capitales del mundo. El dinero que sale es muchísimo más del que entra,
porque todo está dispuesto en el derecho o en el hecho, para servir a la
especulación y a la usura.
Tan sólo los ciegos y los irresponsables no advierten la
escalada de la guerra subversiva que se prepara día a día.
Nos hemos referido a dos signos evidentes de la tragedia
nacional, que se va configurando, sobre todo en las grandes urbes; consecuencia
inevitable de que “no somos un país
subdesarrollado, sino un país arrollado”, según nos advierte el Padre
Castellani. Agregamos que arrollados impunemente por el Poder Internacional del
Dinero, a favor de las libertades democráticas que se declaman con elecciones o
sin ellas.
[…] Lo primero es recuperar la Seguridad; esto es, afirmar
nuestra Soberanía política en un margen de libertad de acción suficiente como
para liberar a la Patria de la servidumbre de la Usura internacional y de
ordenar a la economía y a la técnica al servicio del hombre y del Bien Común.
Si la
Seguridad no está en limpias manos argentinas, no hay ni podrá haber Desarrollo
para el bien de los argentinos y de todos los que habitan nuestra tierra.
Debemos entender que este orden de prioridades es irreversible. Toda alteración producida por una dimisión o
delegación de la Seguridad a un Poder extranjero, es una violencia contra el orden
natural e histórico que lleva necesariamente al desorden, la explotación, la protesta
y la subversión social dirigida…+
ADVERTENCIA DEL BLOG: REITERO SIEMPRE QUE MI PROPÓSITO ES
SELECCIONAR TEXTOS DE LOS GRANDES MAESTROS, RESCATÁNDOLOS, A VECES, DEL OLVIDO.
ELEGÍ ESTE MODALIDAD, DE ALGUNA MANERA PERIODÍSTICA, DE DESTACAR UNOS POCOS PÁRRAFOS
DE CADA UNO DE ELLOS, SUFICIENTES PARA ACLARAR Y SOLUCIONAR PROBLEMAS DE PLENA
ACTUALIDAD, INSOLUBLES CONSIDERANDO LA FALSIFICACIÓN Y TERGIVERSACIÓN DE LOS
HECHOS PRESENTADOS POR EL PERIODISMO AMARILLO “LIBRE E INDEPENDIENTE”; Y POR LOS
POLÍTICOS COMPROMETIDOS CON EL RÉGIMEN. PORQUE EL PENSAMIENTO DE LOS NACIONALISTAS
EMINENTES, EXPONE LA ÚNICA POSIBILILDAD DE LA RESTAURACIÓN PATRIA.
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