lunes, 24 de septiembre de 2018


 “SEGURIDAD Y DESARROLLO”

APUNTES PARA LA HISTORIA PATRIA; Y DE ABSOLUTA ACTUALIDAD PARA ENTENDER LAS CAUSAS DEL ESTADO CALAMITOSO DEL PAÍS. 

Fragmentos del libro “Seguridad y Desarrollo”, (ed. Cultura Argentina, pg.31; año 1970), escrito por el mártir nacionalista, profesor Jordán Bruno Genta.  Creo que los mismos son suficientes como introducción al tema del “desarrollo”, puesto sobre el tapete salvajemente por Makri.
                                                                                                                                                                                                    (Para mayor conocimiento del tema, los argentinos deberían leer el  libro completo)                                                                                                                                                               
El “desarrollismo” comenzó con la política entreguista iniciada por Perón, y luego continuada ininterrumpidamente hasta el día de hoy; por civiles y militares liberales.  Los irresponsables que gobernaron el país desde ese entonces, impulsaron la toma de préstamos al FMI, para procurar salvar transitoriamente su gobierno, sin importarles ni el perjuicio catastrófico que ocasionaban al país, ni como harían para saldar la deuda, escandalosamente abultada.  Todos ellos son culpables por ignorancia o por indignidad traicionera, por haber promovido el  “desarrollismo” a ultranza. Así fue como nos entregaron bajo las garras de la Usura internacional, representada por el FMI, agencia del imperialismo judeo-calvinista anglosajón. La realidad política del país lo confirma: somos un país                                entregado y “arrasado” .                                          
A continuación las palabras, del profesor Genta:

PRIORIDAD DE LA SEGURIDAD SOBRE EL DESARROLLO.

La Patria está enferma, más necesitada que nunca de nuestro amor, de nuestra solicitud, de nuestro servicio.
La Patria está postrada por la servidumbre del libre cambio y de la Usura; su mentalidad dirigente, subvertida por medio siglo de Reforma Universitaria; sus masas obreras movilizadas en la conciencia y en la lucha de clases; los productores del campo y los empresarios industriales con arraigo, ahogados; los educadores proletarizados; las Fuerzas Armadas  de la Nación reducidas a lo técnico-profesional, sin doctrina  militar ni vocación de soberanía; y la Iglesia Católica Apostólica y Romana, profundamente lacerada por el progresismo y la crisis de autoridad.
Lo más alarmante en esta corrupción general y profunda, es el debilitamiento sustancial de las fuerzas de resistencia tradicionales: la Iglesia de Cristo que defiende al hombre y las Armas que defienden a la Patria.
Es así que los enemigos de Cristo y del género humano encuentran vía libre y una cierta impunidad en sus actos de violencia, de terror y de destrucción. […]. La nueva actitud eclesial es presentar un cristianismo amable, conciliador, aceptable para todo el mundo, desbordante de amor y de simpatía benévola hacia todo lo terreno y temporal […]. Una publicidad clamorosa aumenta la confusión y debilita la influencia católica en el pensamiento y en la conducta de los mismos fieles. Se favorece, al mismo tiempo, la propagación del falso cristianismo social, del progresismo y todas las formas del ateísmo que están en la raíz de la subversión comunista.
En cuanto a la desmovilización ética de las FF.AA., el primer paso decisivo lo dio Perón en febrero de 1946, cuando las derivó de su función específica que es la defensa de la Soberanía Nacional, hacia la defensa de la Soberanía popular; esto es, de la defensa de la Soberanía real de la Patria, a la defensa de una ficción de soberanía. Y esta distorsión de la finalidad natural, inició un proceso de subalternación que ha ido debilitando sustancialmente a las instituciones militares.

El segundo paso de esa frustración de su misión, fue dado por el presidente Dr. Frondizi, al establecer la supuesta prioridad del Desarrollo sobre la Seguridad, que es la tesis colonialista de postguerra.
Se trata de un criterio generalizado en las Naciones que aceptan su condición de subdesarrolladas y que renuncian a ser sujeto de su propia historia. Así, por ejemplo, el General y Canciller del Brasil, J. Magalhaes, ha formulado en nuestro país, las siguientes declaraciones:
“La noción de soberanía es un concepto medieval y no una concepción moderna, como es universalmente sabido; Y esta noción está superada, así como las realidades que dieron base a ese principio cardinal de la política moderna que son la Nación y el Estado delimitados por fronteras territoriales”.
La Soberanía Política o Nacional era el nombre equivalente al de Seguridad que se usa después de la 2º. Guerra Mundial. Se explica este cambio en la denominación, porque la Seguridad política es exclusiva de algunas naciones poderosas que tienen a su cargo vastas regiones incluso continentales, integradas por muchas naciones subordinadas. En este sentido la República Argentina está incluida en la zona de seguridad norteamericana. Por eso es que la Seguridad es cosa primordial para EE.UU. y secundaria para nosotros, tal como ha sostenido el Comando en Jefe del Ejército Argentino, en el año 1969:
“El Desarrollo constituye el objetivo de prioridad para el país y, en particular para sus FF.AA. Su conquista permitirá llegar al “despegue” económico tanto tiempo esperado y a un ritmo de crecimiento sostenido que posibilite a todos los argentinos realizarse en la medida de sus capacidades y de acuerdo con las pautas de nuestra tradición e idiosincrasia. Este hecho alcanzará la cohesión nacional y brindará, en definitiva, el más firme sostén para la seguridad.  Dicho de otro modo: sin desarrollo no habrá cohesión y sin cohesión no habrá seguridad”.
Es la doctrina contraria a la que siguió la Patria en el tiempo de la Independencia y de la Confederación Argentina. La seguridad conquistó y consolidó la cohesión nacional; y ésta permitió el ulterior desarrollo después de 1852.
[…] En lo que se refiere a la Economía y a la Técnica, le compete al Estrado intervenir en la distribución adecuada de la población; en el logro de un equilibrio entre las diversas regiones y sectores económicos; en la orientación de los oficios y profesiones de acuerdo a las necesidades económico-sociales; en la fijación de los precios justos para los productores de la tierra, tanto en el mercado interno como en el externo; en la defensa de los consumidores; en la persecución implacable de toda forma de  especulación y de usura; en el control riguroso de los que entra y sale del país; en la administración del crédito y en la explotación de toda riqueza natural y de todo servicio público que sean vitales para la subsistencia y la grandeza de la Nación. Debe evitar también que tanto el progreso técnico como la racionalización de las empresas  provoquen desocupación, asegurando el pleno empleo en todas partes y en todo tiempo.
Claro está que para cumplir adecuadamente con estas elementales exigencias de la justicia social y del Bien Común, sin las cuales no puede haber verdadero Desarrollo, el gobierno debe ser soberano; esto es, tener firmemente en sus manos la seguridad.
Quiere decir que de la Seguridad depende el desarrollo, y no viceversa. Si la Seguridad exterior e interior dependen de otro, porque nos la han quitado o la hemos delegado, entonces el Gobierno nacional, sea el que fuere, legal o de facto, civil o militar, no tendrá el mínimo de libertad de acción indispensable para encuadrar el Desarrollo en la Justicia Social y en el Bien Común.
Si la Seguridad del República depende, en última instancia del Poder Internacional del Dinero que regula la política de las grandes potencias, no hay duda de que nuestro Desarrollo nacional va a responder a los intereses de ese Poder y no a los superiores intereses del país. Se comprende que el Desarrollo con sus imponentes complejos, plantas industriales, zonas de cultivos, obras públicas, etcétera, va a estar al servicio de la Usura Internacional y no de la persona humana ni del Bien Común.
Este Desarrollo en función de una seguridad que no depende del Señorío argentino, sino de los Señores del Dinero, no va a reducir las desigualdades, mi a combatir las discriminaciones, ni a librar al hombre de la servidumbre, ni a hacerlo capaz de ser por sí mismo agente responsable de su mejora material, de su progreso moral, ni de su desarrollo espiritual.
El Desarrollo al servicio de la Usura Internacional no promoverá jamás el ascenso integral del hombre y de todos los hombres de la comunidad argentina, ni de ninguna otra comunidad. No alcanzará jamás la cohesión nacional y, por el contrario, será fuente de división y de las más irreductibles contradicciones internas. Cada vez será más amplia y radical la inseguridad en todos los órdenes.
[advertencia del blog: luego de detallar muestras de la inoperancia gubernamental para combatir la corrupción; esta regía en 1970  y continúa rigiendo en 2018, pero agravada; continúa el profesor Genta]:
Las estadísticas veraces no harían más que exponer la confirmación aterradora de esta enajenación y de este despojo sistemático que se realiza a la sombra de la libertad; libre empresa, libre concurrencia, mercado libre.
Ante estos hechos notorios que son, por otra parte, del dominio público, cabe preguntarse:
¿Bajo el sistema del libre cambio y en la servidumbre de la Usura Internacional, puede planificarse en nuestra Patria, un Desarrollo que promueva realmente el ascenso humano y el Bien Común?
¿Puede esperarse razonablemente del Desarrollo planificado bajo esas condiciones de dependencia económica y mediatización política, que promueva la cohesión nacional y la conquista de la seguridad?
La verdad es que en el año 1945 hicimos delegación de nuestra Seguridad, aparentemente a los EE.UU., pero en realidad al Poder Internacional del Dinero, que es el regulador de la política yanqui, tal como documentan la coexistencia pacífica y la guerra del Viet Nam, dos claros testimonios de la solidaridad de la plutocracia con el comunismo en el juego internacional. Esa delegación de la Seguridad priva a los poderes públicos del control del Desarrollo; y esta es la razón principal de nuestro estancamiento, de nuestra impotencia y de nuestra postración, así como del endeudamiento creciente y del malestar de la población.
[advertencia del blog: a continuación el profesor Genta enuncia dos síntomas de la profunda crisis nacional: a) la necesidad de una planificación demográfica, para el verdadero desarrollo de todo el país, pues actualmente es un desierto superpoblado en las grandes urbes; y b) la guerra subversiva].
[…] La guerra subversiva en desarrollo progresivo y de carácter eminentemente urbano está desquiciando, enervando y descomponiendo a la Nación. Es una reacción social provocada por la expoliación despiadada de la Usura, con la consiguiente inestabilidad, inflación y endeudamiento de la población, a la cual se castiga, además, con la congelación de los salarios, cierre de establecimientos, supresión de ramales ferroviarios deficitarios y aumento constante de las cargas impositivas. Se comprende que esta serie de agresiones contra el hombre provoque descontento y protestas, a la vez que estimula la tentación de la violencia, habitualmente utilizada por los agentes de la Subversión social.
Un Estado inepto e incapaz de impedir el Contrabando, la evasión de Capitales y de réditos en escala sideral, pretende equilibrar el presupuesto exprimiendo a los que realmente trabajan y producen. Ocurre que la propaganda oficial clama por la necesidad ingente de inversiones de capitales, y somos uno de los principales países exportadores de Capitales del mundo. El dinero que sale es muchísimo más del que entra, porque todo está dispuesto en el derecho o en el hecho, para servir a la especulación y a la usura.
Tan sólo los ciegos y los irresponsables no advierten la escalada de la guerra subversiva que se prepara día a día.
Nos hemos referido a dos signos evidentes de la tragedia nacional, que se va configurando, sobre todo en las grandes urbes; consecuencia inevitable de que “no somos un país subdesarrollado, sino un país arrollado”, según nos advierte el Padre Castellani. Agregamos que arrollados impunemente por el Poder Internacional del Dinero, a favor de las libertades democráticas que se declaman con elecciones o sin ellas.
[…] Lo primero es recuperar la Seguridad; esto es, afirmar nuestra Soberanía política en un margen de libertad de acción suficiente como para liberar a la Patria de la servidumbre de la Usura internacional y de ordenar a la economía y a la técnica al servicio del hombre y del Bien Común.
Si la Seguridad no está en limpias manos argentinas, no hay ni podrá haber Desarrollo para el bien de los argentinos y de todos los que habitan nuestra tierra. Debemos entender que este orden de prioridades es irreversible. Toda alteración producida por una dimisión o delegación de la Seguridad a un Poder extranjero, es una violencia contra el orden natural e histórico que lleva necesariamente al desorden, la explotación, la protesta y la subversión social dirigida…+


ADVERTENCIA DEL BLOG: REITERO SIEMPRE QUE MI PROPÓSITO ES SELECCIONAR TEXTOS DE LOS GRANDES MAESTROS, RESCATÁNDOLOS, A VECES, DEL OLVIDO. ELEGÍ ESTE MODALIDAD, DE ALGUNA MANERA PERIODÍSTICA, DE DESTACAR UNOS POCOS PÁRRAFOS DE CADA UNO DE ELLOS, SUFICIENTES PARA ACLARAR Y SOLUCIONAR PROBLEMAS DE PLENA ACTUALIDAD, INSOLUBLES CONSIDERANDO LA FALSIFICACIÓN Y TERGIVERSACIÓN DE LOS HECHOS PRESENTADOS POR EL PERIODISMO AMARILLO “LIBRE E INDEPENDIENTE”; Y POR LOS POLÍTICOS COMPROMETIDOS CON EL RÉGIMEN. PORQUE EL PENSAMIENTO DE LOS NACIONALISTAS EMINENTES, EXPONE LA ÚNICA POSIBILILDAD DE LA RESTAURACIÓN PATRIA.


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