jueves, 2 de julio de 2015

DOS  SACERDOTES  INSIGNES
Castellani- Le lay
Cartas  enviadas por el padre Castellani al padre Le Lay, director del Boletín “La Tradición”, que reproduzco íntegramente; fueron  publicadas  en dicho Boletín: la primera  en el Nº 31,  de junio de 1957; la otra en el Nº 61 de julio-agosto 1963.





                                                              Buenos Aires, 10/11/1957.

De mi mayor estima:
     
      Recibí ayer dos números de su Boletín “La Tradición” (17/19 y 26/29) que me han complacido y consolado; y me han servido para documentar mi próximo artículo en ‘Dinámica Social’. Creo que su modesta hoja representa actualmente aquí el verdadero ’Criterio’; y es como un símbolo de lo que está pasando: lo auténtico está escondido, trabado y a veces perseguido; lo adulterado y lo paródico está en el trono, tiene todas las facilidades, dispone de la propaganda y hasta de la (apariencia de la) autoridad.

      Mucho me podría extender aquí acerca de la revista pseudo-católica ‘Criterio’; pero creo que Ud. lo sabe todo y no quiero aparecer como movido  por resentimiento o algún afecto poco limpio. La tengo por una revista  actualmente dañina y desdorosa del nombre de la Santa Madre Iglesia. Con esto está dicho todo. Basta ojear un número para comprobar este severo juicio.

      Días pasados un joven muy inteligente, por cuya boca hablaba  (creo yo) la feligresía católica, me decía que el caso de esa revista  ‘muerta’ le parecía cosa del diablo. Yo no la leo, de manera que le pregunté el porqué.

      “Esa revista eclesiástica existe  ¿para qué?  -me razonó-. Para publicar un artículo de Mons. Fr. que no sirve de nada en el mejor de los casos; -el resto del material son escritores extranjeros, y algunos argentinos que ni son los mejores escritores ni los mejores católicos…”  (Tampoco los extranjeros, -le dije yo; y el Nº 29 de “La Tradición” me confirma).

      “Que gente del grupo ‘Sur’ (liberales, comunizantes algunos e incluso un perverso) pontifique y enseñe en esa ‘voz de la Iglesia’, es una aberración tal como a mí se me hace cosa del diablo” ,terminó.

     Bien, yo no puedo hacer nada sino lamentarlo; y hay otras cosas mayores que pesan sobre mí. Diez años trabajé allí gratuitamente, cuando ‘Criterio’ era católico… Hoy día ni siquiera por un salario (que me hace falta) me acercaría a esa  ‘falsificación’.

      Discúlpeme que no pueda enviarle ayuda pecuniaria a su interesante hoja.  Estoy en estado de penuria, y además achacoso, y sin ninguna entrada. Estoy en una rigurosa ‘lista negra’ no sólo de los anticatólicos sino también infortunadamente  de la gente eclesiástica, gracias a la calumnia.  Mi libro sobre los Evangelios, que es mejor de los míos, ha encontrado durante dos años las más increíbles dificultades y todavía no ha podido salir. Se espera que para abril… Veremos.

      Reiterándole mi estima y simpatía, se encomienda en sus oraciones –en Xto. Jesús.

                                                                                                      
                                                                                                      L .Castellani- Caseros 796. Bs. As.

Años después la  segunda carta:

Buenos Aires, 26/6/1963
Sr. Pbro. Hervè Le Lay
Amado en Xto. P. La Lay:


      Recibí La Tradición Nº 59. Muy buena revista. Creo que necesaria. Le adjunto el importe de mi suscripción.
      Me pesa no poder enviarle mayor suma. Vivo muy estrictamente. El fisco grava muy fuerte a los habitantes de esta ciudad.  Me limpia casi del todo cada mes de mi magra mensualidad. No importa: la Providencia nunca me ha faltado.
      Necesario era lo que hace en este número: prevenir a los fieles del peligro Teilhard de Chardin. Creo haber sido el primero en la Argentina en dar la voz de alarma, en una nota de mi libro Cristo ¿Vuelve o no vuelve?, Salta 1951.  Un sacerdote salteño recién llegado de España, me dio a leer 7 de los manuscritos clandestinos del “paleontólogo”.  Me dejaron enfermo, pues topé en ellos manifiestos y graves errores: los cuales denuncié, como digo, en una nota del libro, que estaba en prensa. Fui reprendido por ello de un religioso de aquí. Sin razón, pues ahora la autoridad religiosa dice lo mismo que allí dije: “ambiuitatibis, immo etiam gravivus erroribus”.
      Fue vecino mío de aposento en la Rue de Grenelle, 42, Vlle. Es curioso notar que en 1947 me hallé con él en Roma, llamados ambos por el General S.J. al “dar cuenta de sí”, y resultó que yo, que era ortodoxo, fui sometido a una tempestad de castigos y humillaciones; y Teilhard, que no lo era, fue devuelto a París con honores por su General –no por la Curia Romana ciertamente.
      En fin, loado sea Dios, ahora ambas cosas son manifiestas: de mí ha dicho Monseñor Rau: ”un defensor de fa fe ortodoxa” y Dios lo haga y me conserve: de Teilhard ha juzgado la autoridad competente.
      Encomíéndeme a Dios, amado P. Le Lay, y reciba el testimonio de nuestro agradecimiento por sus utilísimos afanes.

In Dno Jesu
L. Castellani


Comentario nacionalista: ¿Qué decir ante tanta maldad de la ‘gente eclesiástica’ ? Dos eminentes sacerdotes con magnífica preparación intelectual, que podrían haber ocupado las cátedras más importantes,  Perseguidos, arrinconados, infamados, silenciado, empobrecidos;  ¡Qué escándalo de consecuencias nefandas!,  Y sin embargo ambos hicieron resonar sus voces  católicas y tradicionalistas, como pudieron, el francés,  desde su perdido rincón de Tala,; el criollo, olvidado en su mísero departamento, ubicado en una de las  calles innombrables de Buenos Aires, Estas cartas del padre Castellani sonn documentos históricos que  atestiguan que  la ‘Jerarquía’ argentina acunando a  ‘Criterio’ como su niña mimada… ¡y a Franceschi como su ‘baby sister’!; y   la Compañía exaltando a Teilhard;  estaban ambas  infectadas  de  modernismo.