lunes, 6 de octubre de 2025

 

ARTE

3ª CLASE

PADRE FRAY MARIO JOSÉ PETIT DE MURAT O. P.

El acto artístico es posible porque hay materia que acepta su acción. Es importantísimo el descubrimiento de la materia en el arte. Artista es el hombre que tiene aptitud para comprender la materia.

Arte es ver las posibilidades de belleza que están en el óleo o en el granito. Cada uno dará su belleza. No hay absoluta pasividad en la materia para lo que el artista quiera hacer de ella. El artista que quiere hacer nubes con la piedra, comete un crimen contra esa materia.

Bella arte es la que actualiza con modo humano las posibilidades de una determinada materia que se presenta dirigible. La obra de arte es el resultado del idilio entre el artista y la materia. El artista se encuentra entre dos realidades: el universo que viene a él y la materia de la cual fluyen también las inspiraciones.

Por lo general el artista recibe las mayores inspiraciones en la infancia, las que van madurando y aclarando a través del tiempo, uniéndose a inspiraciones sucesivas. Así a un artista le quedó una impresión profunda de un jardín con un niño, que le sugería idea de candor, de inocencia. ¿Cuándo se manifiesta esa inspiración? Un día, combinando colores, surge un rosado que le sugiere la realización de aquel cuadro.

El artista es el hombre que además de un conocimiento intuitivo agudo, tiene un sentido de la materia. Se establece en él como un diálogo entre su intuición y las bellezas dormidas en esa materia. No es habilidad manual que repite una cosa bonita sino el hombre que posee gran intuición, una poderosa aptitud muy particular con respecto al universo (podría decirse que es la esposa del universo, de quien recibe sin darse cuenta) Esa intuición no actúa sola sino con la materia que responda.

Hay cosas humanamente feas que resultan obras de arte maravillosas. Tenemos los vitreaux de Chartres que son prodigios humanos.

El cuadro de la niña de rosa de Velázquez; da ganas de saltar como en la 9ª Sinfonía de Beethoven. Como en la niña de azul de Renoir la niña completa el paisaje y el paisaje completa la niña.

El artista tiene que estar en actitud reverente ante el Universo y ante la materia.

Un escultor que hace su maquette en barro para hacerla ejecutar en piedra merece la horca. ¡Qué distintos a los asirios! El Faraón mismo iba con su séquito al desierto con el gran albañil para elegir las piedras para su obra Las elegían con vetas alargadas que acentuaban el movimiento vertical que deseaban lograr.

Miguel Ángel se enardecía con la contemplación del mármol. Vió un bloque y concibió a Moisés.

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CONTINUARÁ

 

ARTE

4ª CLASE.                                                                 DICTADA POR EL PADRE                                                              FRAY MARIO JOSÉ PETIT DE MURAT.

El arte tiene una realidad propia, no es una repetición de la naturaleza. Es otra realidad. Tiene raíz en la naturaleza, amistad, pero no es mimetismo (repetición).

La belleza es soberana, trascendental, la plenitud del ser dando ser. Cuando la cosa está henchida del ser que debe tener, es bella porque resplandece con tal intensidad que la inteligencia se queda boba, “por ella es ella”, cualidad exclusiva de belleza. Cuando una cosa está bien informada con su esencia, es bella y está cumpliendo con su misión. La rosa es rosa y es ella.

Cada cosa es un infinito relativo. Es bella cuando esa esencia está echando chispas, irradiando la luz de la esencia. El misterio es una luz simplicísima, oscura para el razonamiento pero no para la inteligencia. Todo, cuando es bello es luz. Deja de ser bella cuando se va asemejando a algo que no es ella. La belleza está en la esencia que ha dominado la materia, que se irradia.

El hombre dispone de sustancias, esencias, para poder aplicarlas en la materia. Por la inteligencia puede adquirir todas las cosas. La perfección “árbol” no está en porción la materia que es el árbol. El árbol llega a existir de manera preeminente en mí. La perfección “árbol” es absorbida por mi inteligencia. Yo poseo el misterio del astro, y de la tierra y del mar, la frescura virginal que tienen. La tierra no sabe de las bellezas que encierra.  El naranjo no existe para sí. Soy yo quien gusta del naranjo. Dios lo creó para conversar conmigo y tanto nos amó que colocó bellezas imprevistas en los rincones más imprevistos: en el fondo del mar, en el caracol, en el átomo, que está tan perfectamente constituido como un sistema planetario. El hombre dispone de esencias y las puede aplicar haciendo   belleza.

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La materia al tener cuantidad no puede tener TODA perfección, y por eso se dan muchas esencias para que cada una tenga una perfección. Cuanto más mediocre es el artista tiene más multiplicidad.  Hay una idea que viene a ser la suprema del mundo sensible: el hombre. Es tan rica que se despliega en toda su variedad: piedra, vegetales, animales, hombre.

El conocimiento humano extrae las ideas de las materias y las hace suyas  (por análisis o síntesis). Cuando el conocimiento es más simple hay menos ideas y más profundas –a mayor análisis, viene luego mayor síntesis. La síntesis además de ser perfección tan rica puede arrebatar a las cosas las ideas de Dios, hacerlas suyas, creándolas (especie expresa,  o verbo mental o idea).

Toda idea humana necesita encarnarse. Ahí está perfectamente ubicado el arte.

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Continuará.