sábado, 3 de agosto de 2024

 

 

 

DISLATES AVINAGRADOS.

YA NO SE RESPETAN LAS RESTRICCIONES MORALES.

Se informó por Youtube que Milei fue proclamado en Los Ángeles (USA) por sus correligionarios EMBAJADOR DE LA LUZ, aunque no se transmitieron oficialmente los méritos para tal designación.

 Este privilegio me recordó una escena bíblica, protagonizada por Samuel,  cuando, no sabiendo a quien elegir como monarca de Israel, invocó a Yahvé,  quien le ordenó que proclame rey al primer visitante que se le presente al día siguiente. El cual fue el pastor Saúl, que rondaba por esos pagos buscando la borricas de su padre. Samuel, al verlo entrar, quedó conmocionado por su gigantesca estatura, su único mérito evidente… pero suficiente para atacar y destruir a los vecinos. Y lo ungió como Príncipe, con un privilegio otorgado por Yavhé:  cualquier acción de Saúl carecería de restricciones morales; hiciera lo que hiciera, Yahvé lo avalaría; pues sería el representante de la Luz.  

Seguramente le habrá otorgado el mismo privilegio a Milei. Al menos así se lo hacen creer a él ciertos rabinos.  Él se guía por las luces negras y obscuras  de la secta Lubavich, que, según evidencia su proceder, le ordena tergiversar, dilapidar, aborrecer, destruir, confundir, no respetando ni a los padres ni al país donde nació, ni a sus mismas declaraciones políticas.   ¡En nombre de “Yahvé”!  ¡Y de la estrella de David y del aplauso de los anglosajones!   ¡Pobre Patria Argentina! Sigilosamente – aunque cada vez más descaradamente—está rematando la integridad espiritual y política de la  Patria.

Luz sionista que sólo es ficción, parodia belicosa de quien es la verdadera Luz del mundo, pues el que la sigue no anda en tinieblas; ella ilumina el sendero político que conduce al Cielo; y la Patria a la Gloria. Es “Luz de vida”, soleada y alegre, de amor, respeto y dignidad para todos los hombres y todas las naciones.  (Jn. 1- 8/12)…

DISLATE CULINARIO.

Un gracioso mejicano, viajero por el mundo, “Luisillo el gordillo”, descubrió, gracias a su afición gastronómica, que en varios países orientales nuestros hermanos asiáticos comen todo lo que respira, por aire, mar o tierra: se chupan los dedos saboreando ratas, serpientes, cucarachas, insectos en general, murciélagos, hermosos y relucientes escarabajos, y hasta huevos a punto de eclosionar con el pollito adentro, ¡ y provechito !

Enterado Klaus Schwab y su banda de filántropos correligionarios, con el amor de madre amamantando a su bebito, decretará una ley universal, asegurando que esos deliciosos alimentos son los más apropiados para no contaminar el ambiente y para preservar la salud del género humano. Un alimento que revolucionará el mundo instaurando paz, bienestar y abundancia.

Claro está que siempre habrá ignorantes que refunfuñen, temiendo les duela la pancita. Y se consuelan deseando que Klaus Schwab, tan amante de la comida oriental, debería dar el ejemplo comiendo un delicioso sangüichito de babosas, remojado en caca/cola, y continúe luego comiendo insectos hasta que reviente de hartazgo.

Si tuviese intenciones de purificar cuerpo y alma, lo que caritativamente le recomendamos, es apropiado el siempre eficaz remedio casero: un litro de aceite de bacalao antes de partir a  dar alguna de sus promocionadas conferencias por el mundo democrático. ¡Por la boca y por el ano saldrá abundantemente la misma repugnancia!*

 

 

 

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