jueves, 8 de abril de 2021

 

LAS ‘CHICAS’ LOS DESARMAN.

¿Es imaginable mayor bajeza, indignidad, ofensa que se puedan decretar contra los miembros de las Fuerzas Armadas? ¿Fuerzas Armadas? Pero si están desarmadas. Material y moralmente. Aguantando las agresiones de los gobiernos liberales/marxistas impávidos, bajando las cabezas.

No reaccionan ni contra las invasiones de todos los extranjeros que quieran venir a despojarnos. Tampoco reclamando, solidarios, contra el presidio de camaradas que lucharon contra la subversión defendiendo la Soberanía nacional. Ni contra el narcotráfico, que está emputeciendo a la juventud. Ni contra la delincuencia ciudadana. Pero lo más mortificante es haberlos sometido bajo el poder de unas ministras, o lo que sean, que pertenecieron a la subversión. Y que de alguna manera lucharon a mano armada contra el mismo Ejército argentino.

¿Lucharon? ¿Con esos rostros blandengues? ¿O fueron de comparsas?

Recuerdo la protesta escandalizada del “Campesino”, un general rojo designado a dedo, pero bien agalludo, diciendo que, con sus enfermedades venéreas, las “chicas” provocaban más bajas que las balas nacionalistas.

 Esas prostitutas rojas habrán tirado algun que otro tiro, para que las revistas marxistas, como ‘Ahora’ o ‘Noticias’ las fotografíen con un fusil en la mano, que apenas podían sostener, para demostrar que “el pueblo” era comunista: pero a nadie engañaban: su misión en el frente era otra; ellas debían alegrar a los soldados antes de ir a luchar.

Lo mismo ocurrió con las prostitutas embarcadas en las naves inglesas que atacaron Las Malvinas, para evitar que cunda demasiado el acostumbrado homosexualismo entre la marinería inglesa.

No quiero ser prejuicioso, pero, solamente sospechando que ‘nuestras chicas’, que hoy día tienen bajo su férula a todos los militares argentinos desarmándolos y humillándolos, puedan ayer haber ido al frente con el propósito de alegrar a los extremistas.  Sólo con esa sospecha, fundada en la actividad de otras chicas de otros ejércitos, es para reaccionar reciamente, como reaccionó “El Campesino”; (aunque, como buen comunista, no por escrúpulos morales).

Los altos mandos de nuestro Ejército deben reaccionar, protestar e impedir, por dignidad moral, que esas desgraciadas, aunque se  hayan alistado con el más exquisito pudor, pero sin ningún antecedente en la verdadera milicia, designadas a dedo sólo para satisfacer la venganza extremista, sigan conduciendo a su perdición al denigrado  y querido Ejército argentino.

 

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