domingo, 6 de enero de 2019


Brigadier General don Juan Manuel de Rosas.

En la revista REVISIÓN, septiembre 1964, publicaron un artículo: "Juan Manuel de Rosas juzgado por un socialista”. Escrito por un socialista idealista francés, Laurent de l’Ardeche, contemporáneo del Restaurador; que se rebeló contra la intervención imperialista francesa sobre nuestro país. Como es sabido, Rosas la enfrentó heroicamente, con el total apoyo de la sociedad argentina, pues había instaurado en la Nación un gobierno personal y responsable, y en la sociedad porteña una auténtica democracia jerarquizada y nacionalista; que al unísono lo apoyó.  A continuación el artículo:                                                                                                                                                                       

“Somos nosotros republicanos demócratas enrolados bajo el estandarte de las reformas sociales que deben mejorar pacíficamente la condición intelectual y física de la clase más numerosa y pobre –decía en la Asamblea nacional francesa el diputado Laurent de l’Ardeche, representante del socialismo el 2 de enero de 1850-, somos nosotros los que nos asustamos de que la república democrática abrazando el Nuevo Mundo, hace arrojar de allí las tendencias monárquicas y los medios aristocráticos del partido unitario o europeo? La guerra del Plata contra los unitarios de Montevideo representa en el fondo la lucha del trabajo indígena contra el capital y el monopolio extranjeros, y encierra para los federales una doble cuestión de nacionalidad y de socialismo.
“Los unitarios y sus amigos lo saben bien. El jefe del federalismo es un vecino peligroso para el Brasil a título de propagandista y libertador de los esclavos: si hay algo en las orillas del Plata que ofrezca analogías con las doctrina de los revolucionarios y factores de barricadas, son las doctrinas y los actos del general Rosas…El poder de Rosas se apoya sobre el elemento democrático, y Rosas mejora la condición social de las clases inferiores, hace marchar las clases populares hacia la civilización, dando al progreso las formas que permitan las necesidades locales. Él hace todo esto sin necesitar hacer revoluciones y barricadas, puesto que la soberanía nacional es la única que lo ha elevado al poder donde lo mantienen invariablemente la confianza, la gratitud y el entusiasmo de sus conciudadanos.

"El diputado Laurent, representante de l’Ardeche, hablaba en lenguaje socialista. Él y su grupo: la Montaña, extrema izquierda del parlamento francés, se opusieron a la guerra contra Rosas, que buscaba Thiers en “defensa de la civilización burguesa”, al rechazar el primer tratado de Lepredur de 1849.

"Tomamos sus palabras de La Gaceta Mercantil, número 20 de abril de 1850 para ilustración de muchos seudos izquierdistas. Sobre todo de los intelectuales del partido comunista, que jamás han conseguido romper el esquema de la historia liberal, y de aquellos “socialistas democráticos” que de socialistas tienen solamente el nombre.

"La Confederación Argentina de Rosas era en 1850 el ejemplo progresista (la palabreja no nos gusta pero la ponemos para uso de nuestros interlocutores) de una república sin clases, que defendía su trabajo vernáculo contra el imperialismo. Esto lo comprendieron los socialistas contemporáneos de Rosas, pero no pueden comprenderlo ni Ghioldi ni Codovilla". *

Comentario nacionalista final: Laurent dejó en la Historia una denuncia, con palabras sinceras y verdaderas, que, si en su tiempo fue repudiadas por los imperialistas nativos y extranjeros, actualmente sería imposible las pronuncien tanto los KK, como los piqueteros, los marxistas de todo pelaje, clericales tercermundistas, etc.; pues toda esta runfla no es ni más ni menos que conservadora, enchufada con el capitalismo imperialista, de derecha o de izquierda, para vivir a costillas del Estado. Jamás pretenderían instaurar una democracia jerarquizada, ordenada al Bien común, como fue la democracia federal.








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