miércoles, 21 de septiembre de 2022

 

De la revista IESUS CHRISTUS, de la Fraternidad San Pío X, Nº 84, XI/2002 HALLOWEEN…

O VÍSPERA DE TODOS LOS SANTOS

 

Padre Jordi Rivero


Cuando los disfraces y los juegos acentúan lo demoníaco, el terror o lo oculto, se entra en una zona de peligro. “Halloween” significa, en inglés antiguo, “all hallow’s eve”, o sea, víspera santa, en referencia  las vísperas  de la Fiesta de Todos los Santos, el 31 de octubre. La fantasía anglosajona le quitó su sentido religioso para celebrar, en su lugar, la  noche del terror, de las brujas y de los fantasmas.

 

RAÍCES PAGANAS DEL HALLOWEEN

 

Ya desde el siglo VI antes de Jesucristo, los celtas del norte de Europa celebraban  el final del año la fiesta de Samhein (o la Samon), fiesta del sol, la cual comenzaba la noche del 31 de octubre.

Ésta marcaba el fin del verano y de las cosechas. El colorido de los campos  y   el calor del sol desaparecían ante la llegada de los días de frío y de mayor oscuridad. Creían que aquella noche un dios de la muerte permitía que los muertos volviesen a la tierra para fomentar un ambiente de muerte y de terror.                                                                                           La separación entre los vivos y los muertos se disolvía  en aquella noche, haciendo posible la comunicación entre unos y otros.

Según la religión celta, las almas de algunos difuntos estaban atrapadas en el interior de animales feroces, y podían ser liberadas ofreciéndole a los dioses sacrificios de toda índole, incluso sacrificios humanos. Sin duda, no es sino el mismo demonio que, en todas las épocas, trata de implantar la cultura de la muerte.

Aquellos desafortunados también creían que en esa  noche, con los fantasmas y demás monstruos, salían libremente para aterrorizar a los hombres. Para aplacarlos y protegerse se hacían grandes hogueras.      Estas  fogatas tuvieron su origen en rituales sagrados de la fiesta del sol.

 Otras formas de  evitar el acoso de esos macabros personajes era preparándoles alimentos, montando macabras escenografías y disfrazándose para tratar de semejarse a ellos  y asi pasar desapercibidos ante sus amenazantes miradas.

¿Cómo sabría aquella gente cuál era la apariencia de las brujas, de los fantasmas y de los monstruos? Al no conocer al verdadero ,Dios vivían aterrorizados ante las fuerzas de la naturaleza y ante las realidades del sufrimiento y de la muerte.

De  alguna forma trataban de desahogarse de aquella situación  dándole expresión en toda clase de fantasías. Todo lo feo, lo horripilante y lo que puede tomarse como una amenaza posible de imaginarse, ya sea figuras de seres humanos o de animales, constituyó la base ideal para darle rienda suelta a la imaginación del terror.

 

MEZCLA   CON   EL   CRISTIANISMO.

Cuando los pueblos celtas se cristianizaron, no todos renunciaron a las costumbres paganas. Esto equivale decir que la conversión no fue completa. La coincidencia cronológica de la fiesta pagana  con la Fiesta de Todos los Santos y con la de los Fieles Difuntos del día siguiente, hizo que algunos las mezclaran.  En vez de recordar los buenos ejemplos de los Santos y de orar por los antepasados, se llenaban de miedo ante las antiguas supersticiones sobre la muerte y los difuntos.

Algunos inmigrantes irlandeses introdujeron el Halloween en los Estados Unidos donde llegó a ser parte del folklore popular. Allí se le añadieron diversos elementos paganos, tomados de todos los diferentes grupos de inmigrantes, hasta llegar a incluir la creencia en las brujas, los fantasmas, los duendes, los hombres vampiros y monstruos de toda especie.                                                                                                             Desde Estados Unidos, Halloween se ha ido propagando por el mundo.

 

ALGUNAS COSTUMBRES DEL HALLOWEEN.

 

-“Trick or treat”: Los niños (y los no tan niños) se disfrazan (es una verdadera competencia para hacer el disfraz más horrible  y temerario) y van de casa en casa exigiendo “Trisck or teat (que se traduce como  “truco o trato”, aunque se entiende “truco o regalo”). La idea es que , si no se les da alguna  golosina, la harán alguna maldad  al residente del lugar que visitan. Para algunos este ha sido un gracioso juego de niños. Últimamente esta práctica se ha ido convirtiendo en algo peligroso, tanto para los residentes (que pueden ser visitados por una pandilla violenta) como para los visitantes (hay vecinos que reaccionan con violencia, y se conocieron casos de golosinas envenenadas.)

-La calabaza: Según una antigua leyenda irlandesa, un hombre llamado Jack había sido muy malo, y no podía entrar en el cielo. Tampoco podía ir al infierno, porque le había jugado demasiadas malas pasadas al demonio. Por tanto, tuvo que permanecer en la tierra vagabundeando por los caminos, con una linterna a cuestas. Aquella primitiva linterna se construía  vaciando un vegetal y poniendo dentro de él un carbón encendido. Entonces, aquel Jack era conocido como “Jack of the lantern”, es decir “Jack el de la linterna”, o –abreviando- “Jack o’lantern”. Para ahuyentar a “Jack o’lantern” la gente supersticiosa ponía una linterna similar en la ventana o en el frente de las casas. Cuando la tradición se popularizó en los Estados Unidos, el vegetal con que se hacían las linternas era la calabaza, la cual es parte de las tradiciones supersticiosas del Halloween. Para producir un efecto tenebroso, la luz sale de la calabaza por unos agujeros en forma de rostro de una calavera o de un brujo.

 

-Fiesta de disfraces: una fiesta de disfraces no es algo intrínsecamente malo.  Pero sí hay que tener cuidado cuando estas se desarrollan en una cultura desenfrenada como la nuestra. Detrás de un disfraz se pueden hacer muchas cosas vergonzosas con impunidad. Con frecuencia, se consideran pretexto para esconderse y aprovecharse de la situación.

 Como hemos visto, los disfraces del Halloween  tienen origen en el paganismo, y por lo general aluden al miedo y a la muerte. Hoy en día, frecuentemente, los disfraces se burlan de las cosas sagradas. Vemos, -por ejemplo- disfraces de monjas embarazadas, sacerdotisas, pervertidos sexuales, etc… Todo esto sólo puede ofender a Dios.

Con el reciente incremento del satanismo y del ocultismo, la noche del Halloween se ha convertido en la ocasión propicia para celebrar grandemente toda clase de ritos tenebrosos, desde brujería hasta misas negras y asesinatos.

Es lamentable que, con pretexto de curiosidad o de tan sólo dejar pasar el tiempo, no sean pocos los cristianos que juegan con las artes del Maligno.

 

JESUCRISTO, LA VICTORIA SOBRE EL MAL.

 

La cultura moderna, jactándose de su pragmática y su ciencia, rechazó a Dios, considerándolo un mito ya superado. Al mismo tiempo, para llenar el vacío del alma, el hombre de hoy retrocede cada vez más hasta el absurdo de la superstición y el paganismo: cambió a Dios por el mismo demonio.

Es más fácil dejarse llevar por la corriente de la cultura y regresar  al miedo, a la muerte y a un “más allá” sin Dios porque sin la fe el hombre se arrastra hacia la necesidad de protegerse de las fuerzas que no puede dominar. De alguna manera, con sus ritos trata de exorcizar  a las fuerzas superiores.

Como católicos, profesamos que sólo Jesucristo  nos libera de la muerte. Sólo Él es la  Luz que brilla en la oscuridad de los largos inviernos espirituales del hombre. Sólo Él nos protege de la monstruosidad  de Satanás y de los demonios.  Sólo Él  da sentido al sufrimiento , con su cruz. Sólo  El es  vencedor del horror y de la muerte. Sólo Dios basta, para quien recibió la gracia y vive como discípulo de Cristo.

 

ALTERNATIVAS AL HALLOWEEN.

 

Los cristianos no sólo debemos desenmascarar al mal, sino además, ser luz en las tinieblas. Debemos abrogar por el retorno a la verdadera celebración de la Fiesta de Todos los Santos. Se pueden hacer muchas celebraciones en torno a los Santos.

Los niños se pueden disfrazar de su santo favorito y aprenderse su vida, especialmente sus virtudes con el fin de imitarlas. Los mayores pueden leer acerca de los Santos,  hacer una fiesta en honor al santo favorito de la comunidad o de la familia.

 Antiguamente,  en las comunidades de España se solía ir de puerta en puerta cantando, tocando instrumentos y pidiendo dinero para las almas del Purgatorio. Aquellos que hagan el esfuerzo de vivir su Fe, lograrán  en la Fiesta de Todos los Santos, una invitación a ser santos.     Las vidas de los santos los ayudarán a vivir más perfectamente el Evangelio, y encontrarán grandes amigos, que intercederán desde el cielo por su salvación.+

 

Padre Jordi Rivero.

 

 

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