Virgen Sagrada María
Mater Gratiae, Mater Misericordiae
M
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aría es nuestra
Madre espiritual y adoptiva, en el sentido que por su unión con Cristo Redentor
nos ha comunicado la vida sobrenatural de la gracia… por analogía con la vida
natural, es nuestra Madre, pues nos ha engendrado a la vida de la gracia… por analogía
con la vida natural, es nuestra Madre, pues nos ha engendrado a la vida de la
gracia. La paternidad adoptiva de Dios con respecto al justo, produce en el
adoptado la gracia santificante, participación de la naturaleza divina… germen
de la vida eterna… los que creen en el Hijo de Dios hecho hombre son nacidos no
de la voluntad de la carne, no de la voluntad de varón, más de Dios (Jn. 1/12).
Esto nos prueba la fecundidad de la paternidad espiritual; de esa fecundidad
participa la maternidad espiritual y adoptiva de María, porque en unidad con
Cristo Redentor nos ha comunicado verdadera y realmente la vida de la gracia, germen
de la vida eterna. Se puede, pues, y se la debe llamar Mater Gratiae, Mater Misericordiae. Esto quieren decir los Padres
al llamarla nueva Eva, y dicen que cooperó voluntariamente a nuestra salvación,
como Eva lo hizo para nuestra ruina.
E
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sta enseñanza forma
parte de la predicación universal desde el siglo II, y se encuentra en San
Justino, San Ireneo, Tertuliano, San Cirilo, San Epifanio, San Juan Crisóstomo,
San Proclo, San Jerónimo, San Ambrosio, San Agustín… San Efrén la llama “Madre
de la vida y de la salvación, Madre de los vivientes y de todos los hombres”,
porque nos dio al Salvador y se unió con Él en el Calvario… Dicen lo mismo, San
Germán, San Buenaventura, San Alberto Magno, San Bernardo, etc…
Padre
Garrigou-Lagrange O.P., en “La Madre del Salvador”.
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