jueves, 9 de noviembre de 2017

“SI LOS APÓSTOLES PIERDEN FUERZA, ES DECIR, DEJAN DE SER SAL, SE PERDERÁN A SÍ PROPIOS Y A LOS DEMÁS CONSIGO”.
EL PODERÍO JUDÍO CHANTAJEA A UN VATICANO INDOLENTE, TEMEROSO DE LA PUBLICIDAD, ESTRAGADO POR UN FALSO ECUMENISMO QUE SE ABRIÓ INDISCRIMINADAMENTE AL MUNDO CONDENADO.
DESTACO ADEMÁS QUE, DE MANERA SEMEJANTE, LA COACCIÓN JUDÍA MUNDIAL SE EJERCE SOBRE LOS GOBIERNOS, QUIENES TEMEROSOS DE LAS CALUMNIAS DE LA PUBLICIDAD GENERALMENTE SE SOMETEN A SUS EXIGENCIAS.
LA MISTERIOSA “RENUNCIA” DE BENEDICTO XVI Y SU EXTRAVAGANTE NOMBRAMIENTO COMO “PAPA EMÉRITO”, FUE SORPRENDENTE Y DESCONCERTANTE ¿PORQUÉ HABRÁ RENUNCIADO? QUIZÁ NUNCA SEPAMOS LOS MOTIVOS VERDADEROS. PERO DE ACUERDO A LA ACTUAL POLÍTICA VATICANA HAY UN TRASFONDO INQUIETANTE, TURBIO, QUE DEJA VOLAR LA IMAGINACIÓN MUY A RAS DEL SUELO.
BENEDICTO XVI, AL PRETENDER CONFRATERNIZAR   PUBLICAMENTE CON EL JUDAÍSMO TALMÚDICO, POR EJEMPLO, PARA CONSAGRAR AL ECUMENISMO MODERNISTA, SEGURAMENTE QUEDÓ FRUSTRADO Y HUMILLADO CUANDO EL RABINO DE ROMA LE CONTESTÓ CON PRETENCIONES INSOLENTES, DEMOSTRANDO QUE NO ADMITÍA NINGUNA RELACIÓN FRATERNA, Y MENOS AÚN LOS CHANCHULLOS “TEOLÓGICOS”, PROPIOS DEL “PROGRESISMO”, QUE AFECTASEN SU INTEGRIDAD TALMUDICA.
BENEDICTO NO TUVO LA CLARIDAD INDISPENSABLE PARA EXPONER PLENAMENTE LAS VERDADES CRISTIANAS TRADICIONALES, LO QUE SE MANIFESTÓ TAMBIÉN EN OTROS ASPECTOS DE SU PONTIFICADO, ORIGINANDO   EL FRACASO DE SU IDEOLOGÍA ECUMÉNICA MODERNISTA, CUYO “ESPÍRITU” SINUOSO Y AMBIGUO LO TENÍA PARALIZADO, IMPIDIÉNDOLE PROCLAMAR VALIENTEMENTE LAS CLARAS VERDADES CRISTIANAS.  TAMBIÉN DEMOSTRÓ SU INCAPACIDAD DEMOCRÁTICA PARA GOBERNAR A LA IGLESIA, COMO UN PRÍNCIPE CRISTIANO. 
POR LO CUAL, QUIZÁ APABULLADO, CONFUNDIDO Y DUBITATIVO,  EL JUDEO-PURITANISMO YANQUI, QUE LO ACEPTÓ Y LO USÓ, ADVIRTIÓ QUE NO ERA PLENAMENTE DE CONFIAR, Y AL FIN LO DESCARTÓ Y OPTÓ PARA OCUPAR EL SILLÓN PETRINO A UN PERSONAJE DEFINIDAMENTE CULTOR DEL MUNDO, A GUSTO DEL SIONISMO; AVANZANDO UN PASO MÁS HACIA EL NOAQUISMO, LA RELIGIÓN DE LA NATURALEZA.
 ADEMÁS DE NO PODER DESPRENDERSE DE LA IDEOLOGÍA PROGRESISTA, SUPONGO  QUE EL MIEDO A LA DURÍSIMA COACCIÓN JUDÍA, ES LA RAZÓN PREPONDERANTE QUE EXPLICA EL SOMETIMIENTO DE LOS PAPAS DE LA “PUBLICIDAD” ANTE LOS PODEROSOS DEL MUNDO.

TOMADO DE LA EXCELENTE REVISTA CATÓLICA ANTIMODERNISTA SISINONO, (XII/2010).

NO HAY QUE TEMER QUE EL MUNDO NOS CALUMNIE, SINO MÁS BIEN PARECER “ADULADORES” DEL MUNDO.
“Sufrirá vilipendio quien, por miedo a las críticas o a la persecución, se amilane de su propia voluntad, y como consecuencia, temple la doctrina. No podrá sufrirlo el que sea perseguido, pero mantenga en lo alto el alma y el pensamiento”. (San Agustín).
B
enedicto XVI está sufriendo, en cuanto Papa, una persecución mediática que aspira a herir en él al papado y a la Iglesia católica. El ataque partió del New York Times, propiedad de la familia judeo-americana Sulzberger. Además Stephan Kramer, secretario general del Consejo Central de los Judíos Alemanes, atacó al padre Cantalamessa, predicador pontificio por haber dado a conocer la carta de un judío amigo suyo, quien escribía que el ataque actual contra la Iglesia, que había partido de casos, aún por comprobar, de curas infieles, podía parangonarse con el antisemitismo en cuanto que estaba transformando en culpa colectiva unas posibles faltas personales. Idéntica reacción protagonizó contra Cantalamessa el rabino estadounidense Gary Greenebaum. El rabino de Roma, en fin, Ricardo Di Segni, hasta se dio por sentido al haber pronunciado sus palabras el padre Cantalamessa  el viernes santo, que, al decir del dicho rabino, es el día más funesto para los judíos en cuanto que desencadenó una oleada de persecuciones y de proselitismo católico contra el pueblo judío. Di Segni hizo patente su enfado contra todo el que quisiera restaurar en la liturgia la lengua latina de aquella Roma que destruyó a Jerusalén dos veces. Se habla incluso de llevar al Papa a juicio ante un tribunal [norte]americano o ante el de La Haya.


Esto son los frutos amargos de la “apertura al mundo”, a ese mundo que odia a la Iglesia como odió a Nuestro Señor Jesucristo y que se acuerda de la moral natural y cristiana no para observarla (no se considera obligado a ello y la pisotea a diario), sino sólo para enlodar a una categoría de personas que, pese a la posible caída de algunos de sus integrantes, sigue siendo, en conjunto y con gran diferencia, mejor que el mundo que la denigra.
Éstos son, sobre todo, los frutos de aquella erosión de la fe a la que dio inicio el “pastoral” Vaticano II. Sin la fe la moral se derrumba como se derrumba un edificio privado de sus cimientos.
Martes, 23 de marzo de 2010, el periodista Gerald Wagner escribió en el famoso diario inglés Daily Telegraph un artículo titulado: El ambiente postconciliar y la pedofilia. El escándalo católico de los abusos sexuales: es hora de restaurar la fe y echar a los obispos esclavos de la moda. “El problema de los abusos –escribe- es sólo una pequeña parte de la crisis mucho más amplia que aflige a la Iglesia después de la catástrofe del Vaticano II, una catástrofe mucho más seria que la constituida por la Reforma. (…).Tales delitos se consumaron siguiendo la estela que había dejado el Vaticano II, el cual arrojó la doctrina católica por la borda como si fuera un lastre. Estos delincuentes eran hijos de Pablo VI y de la ‘puesta al día’. Una vez que se había envilecido el cuerpo místico de Cristo resultaba fácil emporcar a los cleriguillos. Los sacramentos y las prácticas devocionales, a las que ‘se había dado de mano’ y que según el Papa, habrían podido evitar todo esto, no se marchitaron en la vid: fueron ramas podadas por obispos y sacerdotes. Había sólo un pecado mortal en la Iglesia católica en el tiempo en que se propagaba este abuso: atreverse a celebrar la misa tridentina en latín o tener la osadía de asistir a ella”.
Benedicto XVI  se halla hoy ante una disyuntiva o responde con energía y claridad, exponiéndose quizás a sufrir persecuciones incluso físicas, pero salvando así el honor de la Iglesia, o bien cede una vez más y entonces será Dios quien descargue la mano severamente para sanear una situación de confusión y desorientación en el ámbito doctrinal, dogmático y moral, una situación que reina en el ambiente eclesial al igual que en otras partes del mundo ¿No sería justo, por ejemplo, que el vicario de Cristo le recordara a Di Segi que el viernes santo es un día funesto sobre todo para nosotros, los cristianos, porque en aquel día el Sinedrio condenó a muerte a Cristo, y que si es también funesto para los judíos se debe a  que en dicho día el pueblo hebreo gritó: “¡Caiga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos!”?
“Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres. Vosotros sois la luz del mundo (…). Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos” (Mt.5, 13-16).
Estos versículos del Evangelio siguen a las bienaventuranzas, la última de las cuales reza: ”Bien-aventurados los que padecen persecución por la justicia, porque suyo es el reino de los cielos” (Mt. 5,11).
San Juan Crisóstomo explica que “la persecución, las injurias y las calumnias por Cristo es la suerte particular que han de correr los discípulos de Cristo, y la que los predicadores del evangelio deben prometerse más que todos los demás”.
En efecto –añade el santo doctor y Padre de la Iglesia-, “Cristo no se limitó a decir: ‘Bienaventurados los que padecen persecución” por Dios, sino que también calificó de desgraciados a aquellos de quienes todos hablan bien: “¡Ay cuando todos los hombres dijeren bien de vosotros…! (Lc. 6,26). (…) Es imposible, en efecto, que lo que son verdaderamente virtuosos sean alabados por todos, sin excepción alguna”.
Cuando dice “vosotros sois la sal de la tierra” Jesús “hace comprender que el pecado hirió y volvió insípida a la naturaleza humana. (…) Cuando la gracia de Dios renueve los corazones y los libere de la corrupción del pecado, entonces los consignará en las manos de sus Apóstoles; sólo entonces aparecerán estos como ‘la sal de la tierra’, puesto que la sal mantiene y conserva, y ellos deberán conservar en los hombres la nueva vida de la gracia sobrenatural que Dios les dio. Así como es obra de Cristo liberar a los hombres de la corrupción del error y del pecado, así y por igual manera es cometido de los Apóstoles impedir que caigan de nuevo en dicho estado de corrupción”. (San Juan Crisóstomo).
La “sal” que “muerde y abraza las llagas”, significa asimismo “la enseñanza severa (…) carente de adulación, que no se imparte para complacer a los hombres ni se limita tampoco a ser prudente y avisada, sino que, imitando a la sal …, procura la conversión de los mismos a Cristo”. Esta es la razón de que los apóstoles no deban lamentarse de la elevación y dificultad de las bienaventuranzas, pues para convertir a los demás y mantenerlos limpios de pecado deben primero conocer la verdad y practicar el bien en abundancia.
Si los Apóstoles pierden fuerza, es decir, si dejan de ser sal, se perderán así propios y a los demás consigo. “Pero si la sal se desvirtúa ¿con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres”. Si el fiel yerra, el maestro puede corregirlo, más si el maestro enseña el error ¿Cómo se puede remediar eso? He aquí por qué Jesús “declaró a boca llena que si los Apóstoles no estaban dispuestos a afrontar las persecuciones, habría sido vana su elección. De ahí es que no deban temer que se les calumnie, sino más bien parecer aduladores, porque así se volverían sal desvirtuada”. (S:J:C).
Deberán también llenar el mundo entero de la luz de la verdad. “Jesús habla primero de la sal y después de la luz para demostrar que ventaja dimana de palabras serias y de una doctrina severa como la sal, que consolida las almas y no permite que se relajen ni se corrompan, para que así luego se las pueda instruir y esclarecer mucho más” (S:J:C).
Me pregunto lo siguiente a guisa de conclusión: ¿No se han vuelto quizás sal desvirtuada nuestros obispos y también los Papas que dirigieron el Concilio y lo aplicaron después? ¿No prefirieron “parecer aduladores” del mundo por temor a ser calumniados por éste? ¿No dejaron de ser la luz del mundo, con lo que se precipitaron a si mismos en las tinieblas y precipitaron también a los demás? Por desgracia me temo que es así. Con todo, fue Dios quien fundó su Iglesia, y es Él quien la sigue socorriendo en la mayor parte de las más temibles tempestades. También sabrá hoy sacar bien del mal de manera que sus ministros vuelvan a enseñar, sin lisonjas ni adulaciones, las exigentes verdades de la fe.+


3 comentarios:

  1. Desde roncalli son unos usurpadores, no son papas, y si los humillan bien merecido lo tienen por connivear con los enemigos de Cristo.

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  2. No se de donde habrá sacado que la iglesia es una democracia, la verdadera la preconciliar era monárquica, los verdaderos papas fueron monarcas pero no absolutos.

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  3. No dejaron de ser luz, nunca fueron luz, pues eran infiltrados modernistas con el plan de demoler, si hasta parece que odiaron la verdadera misa por como la combatieron y prohibieron, lo cual lo comenzó roncalli y lo siguieron sus sucesores en la usurpación.
    La nouvelle Theologie desviada ya lo tenía todo planeado, eso lo cuentan muy bien en el libro de Luis María Sandoval, El Movimiento Liturgico.
    https://ar.ivoox.com/es/movimiento-liturgico-capitulo-6-la-reforma-liturgica-audios-mp3_rf_279240_1.html

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